Mauritania reconoce su responsabilidad en el secuestro pero culpa al anterior Gobierno
El país africano también ha asumido fallos en la búsqueda de los secuestrados
El presidente de Mauritania, Mohamed Ould Abdel Aziz, ha admitido que las fuerzas de seguridad del país africano presentan "deficiencias" evidentes tanto en su gestión como en su equipamiento, que vendrían arrastrándose desde los últimos años y que perjudicarían la erradicación y persecución de secuestros como el de los tres cooperantes españoles retenidos desde el 29 de noviembre.
Durante una visita al hospital Cheij Zayed en Nuakchot, Abdel Aziz, que tomó posesión en el cargo el pasado 5 de agosto, ha indicado que los problemas que sufren las fuerzas de seguridad "no se resuelven en un sólo día". El mandatario ha subrayado "que el Ejército ha padecido el caos y que las fuerzas de seguridad no disponían de los equipamientos necesarios ni tienen los medios y el compromiso exigidos", según informa la Agencia Mauritania de Información.
"Desde hace algunos meses o un año -el ahora presidente lideró un golpe militar en agosto de 2008-, hemos intentado equipar a las Fuerzas Armadas y de seguridad, entrenarlas y prepararlas para llevar a cabo sus misiones esenciales y hay algunas mejoras", ha agregado.
No es el único mea culpa que ha entonado el país africano. La propia Gendarmería de Mauritania ha asumido que cometió errores en el rastreo posterior al secuestro. Y eso que apenas transcurrió un cuarto de hora entre el momento en que los tres cooperantes catalanes pidieron ayuda y el desencadenamiento de la alerta.
El propio presidente prometió a la delegación española que recibió, encabezada por el secretario de Estado Josep Puxeu, "volcarse" en perseguir a los secuestradores. No tuvo éxito y, por eso, destituyó, tres días después del secuestro, al general Ahmed Bekrine, el jefe de la Gendarmería, el cuerpo desplegado en la zona rural donde se produjo el apresamiento.
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