Los padres de una gran dama

La jornada de puertas abiertas que el 7 y el 8 de diciembre celebra el Congreso de los Diputados para festejar el aniversario de la Constitución Española propone este año una sorpresa: la incorporación a sus magnificas colecciones de arte de una estela singular de retratos. Corresponden a los siete redactores de la carta magna de 1978 y conforman un políptico encomendado hace dos años por la Mesa del Congreso al pintor gaditano Hernán Cortés.

Los retratos, recién terminados, han sido realizados al óleo sobre lienzo por el artista del natural, con la pose directa de los retratados, salvo en el caso de Gabriel Cisneros, que falleció previamente, y pintados en el estudio del pintor de la calle de Alfonso XII, a excepción del concerniente a Jordi Solé Tura que, por su enfermedad, culminada hoy con su muerte, llevó a Cortés a desplazarse a Barcelona.

La serie de retratos ha sido para su autor un reto múltiple, según confiesa: "Se trataba de representar a cada uno de los llamados Padres de la Constitución con motivo de su 30 aniversario en 2008 tal y como eran ellos hace tres décadas". Pero el desafío, para Cortés, ha ido más allá: "No sólo era preciso culminar correctamente el retrato de cada uno de los personajes sino que, además, surgía una potente dificultad añadida. La de armonizar su conjunto, sin que ninguno destacara por sobre los demás sin menguar su propia imagen ya que se trataba de un políptico que debería integrarlos a todos ellos". Desafío muy semejante al que implica esa regla clásica de la Belleza según la cual, para lograrla, las partes deben guardar armonía con el todo y éste con aquéllas.

El resultado ha sido una suerte de recreación de un preciso momento de España en el cual gentes notables, de señeras personalidades y altas cualificaciones políticas y académicas, pero de extracciones ideológicas tan diversas como las de Manuel Fraga Iribarne, ex ministro de Franco, Gregorio Peces-Barba, socialista hijo de represaliado, Jordi Solé Tura, comunista, o Miquel Roca Junyent, nacionalista catalán, fueron capaces de culminar una gesta.

La misma que consumaron las gentes a quienes representaban, consistente en anclar sus divergencias, ponerse a dialogar y sentarse a redactar un delicadísimo texto legal que regulara, a partir de entonces, la convivencia de los españoles en democracia. Quizá por la singularidad de aquel momento teñido de energía y de inocencia y tan sutilmente captado por la pupila de Hernán Cortés, los retratos muestran a los protagonistas de la redacción constitucional con un aura de frescura y naturalidad que les distingue de manera perdurable.

El lugar elegido para colgar estas telas, de 1,30 metros de altura por 70 de anchura, ha sido el llamado Salón Internacional, un espacio excelso del palacio del Congreso de los Diputados. Allí, a partir de este fin de semana, los retratos podrán ser contemplados por congresistas y visitantes. La disposición del políptico sitúa en los extremos izquierdo y derecho de la serie a Gregorio Peces-Barba y Manuel Fraga. En el centro, con mirada al frente, Miquel Roca Junyent. Y en los espacios intermedios, Gabriel Cisneros y Miguel Herrero de Miñón, a la derecha de Roca, y José Pedro Pérez Llorca y Jordi Solé Tura, a su izquierda.

Su presencia pictórica contribuirá, quizás, a prorrogar aquel aliento democrático, de pluralidad, respeto mutuo y trabajo incesante, que signó aquel preciado texto fruto de la inteligencia, la bondad recíproca y el consenso con una única mácula: entre sus protagonistas faltaba la presencia de mujeres, la mitad de las destinatarias del laborioso contenido constitucional.