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Otra vez el PAN

Por décadas el sistema de partidos mexicano giró alrededor del PRI. El universo político sólo tuvo dos colores: a favor del PRI o en contra del PRI. Esta división fracturó a la clase política, a los intelectuales y hasta el electorado mismo. Sin embargo, del año 2000 a la fecha el protagonista del sistema de partidos ha sido el Partido Acción Nacional (PAN): ha ganado la elección presidencial en dos ocasiones consecutivas, en todos los comicios ha sido el rival a vencer (lo que no puede decirse del PRI que quedó relegado a un lejano tercer lugar en el 2006) y su estrategia electoral, con la excepción de 2003, ha dictado el ritmo y contenido de las campañas.

La prueba más contundente de esta nueva era partidista se dio en 2006 cuando la disputa Calderón-López Obrador borró al PRI del mapa electoral y obligó a los votantes a definirse en términos ideológicos, de izquierda-derecha. Nada más alejado de la época priísta, tan reacia a los posicionamientos ideológicos y de clase.

Hoy, a cinco semanas de los comicios, las encuestas muestran una cerrada contienda electoral entre el PRI y, quién más, Acción Nacional. Si bien el partido tricolor mantiene en promedio una delantera de 3-4 puntos en las diversas encuestas, la posibilidad de que obtenga la mayoría absoluta de la Cámara Baja (251 de 500 diputados) parece alejarse. La expectativa surgió con fuerza porque en la precampaña, especialmente en el mes de febrero, diversas encuestas dieron al PRI una amplia ventaja sobre Acción Nacional con porcentajes de votación que rondaban el 45%. Con este nivel de apoyo el tricolor simplemente arrasaría en los comicios.

Para mayo, el respaldo para el PRI oscila entre 37 y 39% en diversos estudios, con un PAN que está en un rango del 34 al 36%. Muchos han atribuido este mayor grado de competencia a la activa campaña mediática del PAN en contra del PRI. Sin embargo, el porcentaje para Acción Nacional se ha mantenido relativamente estable desde el inicio de la contienda, con una ligera caída en febrero. En el mejor de los casos, la campaña del PAN le ha restado votos al PRI pero no le ha dado votos a Acción Nacional.

Además, un nivel de votación para el PRI, o cualquier otro partido, superior al 40% es altamente improbable si consideramos la historia reciente. El electorado mexicano está altamente fragmentado lo cual se refleja en el siguiente hecho: en los ocho comicios federales celebrados desde 1997 a la fecha (2 elecciones presidenciales, 4 de diputados federales y 2 de senadores), en sólo una de ellas el partido o candidato ganador ha recibido más del 40% de los votos (Vicente Fox). Desde esta perspectiva, la caída del PRI en las encuestas es simplemente un regreso a su nivel histórico de votación y no es producto de la campaña blanquiazul.

Lo que sí es un hecho es que el gobierno federal y Acción Nacional han definido la agenda de esta campaña. La batalla contra el narcotráfico, y la machacona campaña del PAN pidiendo que se respalde al Presidente Felipe Calderón en esta lucha, han impedido que el tema económico domine el proceso electoral. Si la Gripe A y sus nocivas consecuencias permitían vislumbrar el ascenso de la economía como el tema dominante en las semanas previas al 5 de julio, la detención ocurrida esta semana de los alcaldes y funcionarios en el estado de Michoacán la sepultó. La interrogante es cuántos votos cosechará Acción Nacional tras este operativo. A base de escándalos también se gana una elección.

* El autor es directivo de la empresa de estudios de opinión Buendía y Laredo.

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