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"Si el 7-J se votara seguir en la UE el 90% diría sí"

Los eurodiputados confían en que dotar de mayor peso al Parlamento acerque a los electores y reclaman más agilidad y liderazgo ante las previsiones de baja participación

Europa no es una asignatura fácil. A falta de cuatro días para que comience oficialmente la campaña para las elecciones, en las que se prevé una escasa participación -solo un 34% tiene intención de votar y en España el porcentaje es siete puntos menor, según el último Eurobarómetro- los diputados reconocen la dificultad para llegar a los ciudadanos, pero reivindican la importancia de su labor en una Cámara de la que se deriva más de la mitad de la legislación aplicada posteriormente en los Estados miembros.

"Hay una gran distancia entre la UE y la gente porque la agenda política está sesgada hacia la macroeconomía y lo macroestratégico y la sociedad manifiesta su malestar", afirma el eurodiputado socialista Alejandro Cercas, quien ha liderado como ponente de varias enmiendas el freno a la directiva de las 65 horas de trabajo, que el PSOE exhibirá en esta campaña como uno de sus principales logros para diferenciar su modelo del liberal-conservador. "Fue una victoria social del Parlamento frente al Consejo y la Comisión", afirma Cercas. En su opinión, al final de la legislatura se produjeron avances porque "la crisis sacudió las conciencias". Pendiente de que este año sea ratificado por Irlanda, el Tratado de Lisboa es para el diputado del PSOE "una buena oportunidad" porque dará más peso al Parlamento, que ha demostrado "estar cerca de la gente".

Más información
Eurobarómetro del Parlamento Europeo

Menos fondos, menos entusiasmo

La eurodiputada del PP Pilar del Castillo apunta más causas del alejamiento entre la sociedad española y el Parlamento. "En España hubo un periodo de gran entusiasmo tras la entrada en la UE. Vivimos los años en los que Europa transfirió grandes sumas a España para su desarrollo, pero todo eso ha tocado a su fin y el entusiasmo va decayendo". En las primeras elecciones celebradas en España en 1987 la participación alcanzó el 69%, mientras que en las últimas solo se llegó al 45%. El dato contrasta con el elevado número de electores que acuden habitualmente a las urnas en las generales, en torno a tres cuartas partes del censo. Para la diputada popular, existen también obstáculos de tipo burocrático e institucional que habría que agilizar. "El Parlamento va aumentando su capacidad de decisión, pero se tarda mucho en transponer en cada Estado las normas aprobadas, a veces entre 16 y 18 meses o más tiempo".

El único representante español de Los Verdes en los últimos cinco años, David Hammerstein, propone que se pudiera elegir directamente al presidente de la Comisión para acercar más las instituciones. El socialista Cercas coincide en esa apreciación: "Estamos viviendo una época con falta de líderes y poner rostros ayudaría. Tenemos que avanzar en la imagen".

La presión que ejercen los lobbys en la Eurocámara supone una barrera más, según Hammerstein, para desplegar una política cercana. "El Parlamento ha cedido a los intereses de las industrias", según el eurodiputado ecologista, que cita como ejemplo el reglamento REACH, aprobado en esta legislatura para regular el uso de productos químicos, al que califica como una "oportunidad perdida". "Los lobbys de la industria química presionaron para eliminar muchas de las sustancias peligrosas que se iban a restringir, las propuestas originales se fueron diluyendo y el 80% de los diputados votó enmiendas añadidas por las empresas", señala Hammerstein, quien también lamenta que los intereses nacionales prevalezcan sobre los europeos. "Los Estados se han aprovechado de Europa, la realpolitik de los grandes países imprime su poder y la política exterior está en manos sólo del Consejo".

Limitaciones de la Eurocámara

La legislatura ha dejado algunos textos que los diputados coinciden en destacar, aunque reconocen el escaso poder de maniobra del Europarlamento para poderles dar un auténtico impulso, como el informe sobre los vuelos de la CIA, que concluyó que varios países miembros fueron cómplices de las actividades ilegales de los servicios secretos estadounidenses. La socialista Elena Valenciano, que formó parte de la comisión de investigación, lamenta que la Eurocámara no tenga capacidad sancionadora pero subraya el significado de presentar ante la opinión pública lo que sucedió y el hecho de que tuvieran que comparecer ministros para dar explicaciones. "Lo importante es que el papel que tiene el Parlamento se exprima al máximo", afirma Valenciano. Hammerstein comparte esta idea, pese a reconocer la frustración que supuso la falta de colaboración de muchos Estados en esta investigación. "La autoridad del Parlamento condiciona la acción de los Gobiernos y en ese sentido airear los trapos sucios es útil".

Una de los textos de esta legislatura peor entendidos por gran parte de la ciudadanía y que provocó más reacciones en contra fue la directiva de retorno, que autoriza a mantener detenidos a los inmigrantes sin papeles durante 18 meses. "El Parlamento mejoró el texto del Consejo. El cálculo que se hizo fue que sin directiva de retorno la situación sería peor", explica Valenciano sobre la votación que salió adelante con el respaldo de los populares, los liberales y una parte de los socialistas, entre ellos 16 españoles.

Debate ideológico e intereses nacionales

Centrados los dos grandes partidos en defender los intereses nacionales en muchos debates por encima de las diferencias ideológicas, la intensidad del enfrentamiento es menor en Europa que en España, lo que también puede causar mas desinterés entre los votantes. Cercas cree que la vía de la confrontación no es la mejor para atraer el interés mediático. "Es más fácil contar chistes con sal gorda que con ironía, pero yo aspiro a que España sea un país más aburrido pero más civilizado. Estamos enredados en demostrar la maldad del que tenemos enfrente y eso es democracia de tercera división", asegura el diputado socialista. Del Castillo considera que cuando las decisiones que toma el Parlamento son "visibles" los ciudadanos están muy interesados. "En política agraria la atención que se presta es enorme, los agricultores están más pendientes de Bruselas que de los parlamentos nacionales".

La división entre socialistas y populares ha quedado reflejada recientemente en una de las últimas sesiones celebradas en mayo en la Eurocámara, en la que se bloqueó el llamado paquete de telecomunicaciones con el que se pretendía dar libertad a cada país para regular el control de Internet. Los Verdes, con el apoyo de parte de los socialistas y los liberales, enmendaron el texto inicial en cuya elaboración participó Del Castillo. La diputada del PP acusó a quienes apoyaron la enmienda de actuar por intereses electorales.

Un pacto entre socialistas y populares allanó, en cambio, la aprobación en 2006 de la directiva Bolkestein, que permite actuar a las empresas con mayor libertad en todos los países de la UE. Para Del Castillo, pese a que se sacó adelante con muchas modificaciones sobre el texto inicial, esta directiva de servicios constituye junto al reglamento REACH "la decisión legislativa más destacada" de los últimos cinco años. En las filas socialistas consideran que los cambios introducidos suprimieron el cariz "ultraliberal" de la directiva lo que significó un triunfo para los derechos de los trabajadores.

Durante la precampaña, el PP ha dejado entrever que una de sus bazas principales será plantear los comicios en clave nacional, como "un test" al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en las primeras elecciones europeas en plena crisis económica. "Normalmente en las europeas se debaten los temas nacionales, ha pasado siempre aquí y en cualquier otro lugar porque es lo que más interesa a los electores. En Europa se tratan asuntos que afectan a todos los españoles y hay que desarrollar los debates sobre los temas que afectan en el momento al país, pero eso no impide hablar de Europa porque hay mucha interrelación", explica Del Castillo. En el PSOE se oponen a esa lectura. "Las elecciones europeas no son una reválida de las que no ganó el PP", afirma Valenciano.

De cara al 7 de junio, los eurodiputados mantienen la confianza en que la participación sea superior a la que indican las encuestas. "La gente no quiere volver atrás. Si el 7-J se decidiera seguir en la UE el 90% iría a votar sí, porque conoce los privilegios que eso supone", dice Cercas.

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