La agonizante Jade Goody comienza a despedirse
Sin querer vetar a los medios de todo el mundo, la ex concursante del 'Gran Hermano' británico deja el hospital para pasar sus últimos días con su familia
A las puertas de su muerte, la estrella mediática Jade Goody, polémica ex concursante de la edición británica de Gran Hermano, no ha querido dejar de ser el centro de atención de la prensa mundial. Esta mañana ha abandonado el Hospital Royal Mardsen, tras rogar a los médicos que la dejen pasar sus últimos días junto a su familia. Fiel a su público, Goody ha salido en camilla y en medio de paparazzi de todo el mundo, a quienes no ha querido vetar.
Su representante, Max Clifford, asegura al periódico Daily Telegraph que ha aconsejado a Goody que deje de aparecer en el ojo público, ya que ha logrado lo que quería: asegurar el futuro de sus hijos de cuatro y cinco años con el dinero que han pagado los medios por cubrir su boda y su bautizo. Sin embargo, la moribunda ex concursante, cuando no está sedada, mantiene su completo juicio y quiere seguir apareciendo en las noticias.
"La verdad de las cosas es que tiene muy poco tiempo para vivir", dice Clifford. "Hay que tener en cuenta que es su vida, y que la ha vivido frente al ojo público los últimos siete años, que, dicho sea de paso, han sido sus años más felices y completos. Así que en cierto modo tiene derecho a decidir querer morir así".
"La chica que dio la pelea"
En una entrevista que acaba de dar a la revista británica OK! y que será publicada en su edición de esta semana, Jade Goody dice que está lista para morir, aunque se siente "destrozada" al darse cuenta de que no verá crecer a sus hijos. "Quisiera verlos convertirse en hombres y casarse. Es el sueño de toda madre, ¿no?".
Y, ante la pregunta de cómo quiere ser recordada, la mediática ex concursante contesta: "Como una persona que irritó y entretuvo a la gente en la misma medida. Pero también quiero que se me recuerde como la chica que dio la pelea. Me sentenciaron a muerte, pero no dejé que eso me matara".
"Peleé y conseguí casarme, bautizarme, asegurarles un futuro a mis hijos. Creo que he conseguido más en 27 años que lo que muchos consiguen en toda su vida. Podría haberme dedicado a maldecir el hecho de que tengo que morir joven, pero no ha sido así y ahora, al final del camino, puedo mirar para atrás y sentirme orgullosa de mis actos", concluye.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.