Bono: "Los de los partidos propios son unos hijos de puta"
El presidente del Congreso, pillado mientras bromeaba con unos diputados sobre la polémica por la placa de homenaje a una monja
La intención del presidente del Congreso, José Bono, de poner en la Cámara Baja una placa de homenaje a una monja, sor Maravillas (1891-1974), quien nació en unas dependencias que luego fueron del edificio parlamentario y fue perseguida en la Guerra Civil, ha soliviantado a su grupo parlamentario, que considera contrario a un estado aconfesional este gesto. Bono, en una conversación en los pasillos del Congreso con tres diputados del PP, difundida por la cadena de televisión Cuatro, ha tenido, en tono jocoso, palabras de recuerdo para las familias de sus compañeros socialistas: "Los de los propios partidos son unos hijos de puta", una expresión que ha provocado la carcajada de sus oyentes.
Bono también ha dicho, entre risas, a los parlamentarios con los que hablaba, Fernando López-Amor, Javier Gómez Darmendrail y Aurelio Romero: "Hay mucha santa y algún malo", una alusión a su grupo parlamentario. Precisamente, el presidente de la Cámara Baja ha hecho este comentario el mismo día en que el portavoz del Grupo Socialista, José Antonio Alonso, manifestaba el rechazo de plano de sus compañeros a la iniciativa de Bono. Alonso ha dicho que la placa en memoria de la monja va contra la aconfesionalidad del Estado.
La difusión del comentario le ha llevado a Bono a disculparse con gran rapidez. Bono ha asegurado que la conversación correspondía a un contexto distendido y sin ánimo de "molestar" a nadie. No es la primera vez que a Bono le da un disgusto un micrófono. En enero de 2004, cuando era presidente de Castilla-La Mancha, llamó "gilipollas" al primer ministro británico, Tony Blair, en un comentario que fue captado por una cámara de televisión.
"Sin ánimo de molestar"
"Me han dicho que han dicho que una cámara me ha robado unas palabras que, en un tono de broma informal, estaba comentando con unos diputados. Quiero decirles que no tengo el más mínimo ánimo de molestar a nadie", ha explicado. Además, ha subrayado que "no tiene el más mínimo sentido que alguien, en serio", quiera atribuir a una persona que acumula "40 años de historia" en el PSOE "nada que pueda resultar ofensivo" para su partido. "Si alguien lo ha visto así, ruego que lo disculpe", ha apostillado.
A la salida del Pleno del Congreso, Aurelio Romero, uno de los diputados del PP que escuchó las palabras de Bono, ha salido en su defensa. "No ha dicho nada anormal", ha asegurado Romero. "Hemos tenido una conversación distendida y no ha hecho ningún comentario adverso ni hacia la santa ni hacia nadie", ha añadido.
En estos días del caso Maravillas, Bono sólo ha recibido el apoyo expreso del PP, mientras que todos los partidos de izquierda han manifestado su disgusto y su intención de recurrir la decisión de Bono. De hecho, la Mesa del Congreso estudiará la próxima semana el recurso de ERC-IU-ICV contra esta decisión. La secretaria de organización del PSOE, Leire Pajín, número tres del partido, hizo ayer lunes una petición: "Las Cortes deben mantener su status aconfesional, y más allá de sus méritos más o menos discutibles, se me ocurren otras candidatas".
Es tal el malestar entre las filas socialistas que en los últimos días ha circulado entre los compañeros de Bono el siguiente mensaje de móvil: "No a la monja Maravillas en las paredes del Congreso de los Diputados. Hay muchas otras mujeres antes que ella. Ni beatas ni placas ni honores. Pásalo".
Iniciativa de un diputado miembro del Opus
La iniciativa de esta placa partió de un diputado del PP, Jorge Fernández-Díaz, miembro del Opus Dei, y fue aprobada por la Mesa del Congreso el pasado 4 de noviembre. María Maravillas de Jesús Pidal y Chico de Guzmán, la religiosa madrileña que ha motivado la polémica, fue canonizada por Juan Pablo II durante la quinta visita de Karol Woytila a España, en mayo de 2003. Cinco años antes había sido beatificada.
La monja a la que ahora quiere homenajear el Congreso tomó los hábitos a los veinte años, declarándose "hija de Teresa de Jesús", y, como ella, fundó varios conventos de la orden de las Carmelitas. Durante la Guerra Civil sufrió persecución junto a otras religiosas de la misma orden. Había nacido en el número 46 de la Carrera de San Jerónimo de Madrid, en un edificio que hoy forma parte de las dependencias del Congreso.
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