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Derribadas una decena de chabolas en la Cañada Real Galiana

Los vecinos critican la fuerte presencia policial, con barricadas y helicópteros, y que coincida con el final del Ramadán

El Ayuntamiento de Madrid ha derribado esta mañana, por orden del Departamento de Urbanismo, una decena de viviendas "ilegales" del Sector IV de la Cañada Real Galiana de Madrid, pertenecientes al distrito de Vicálvaro, sin que se hayan producido incidentes, según han informado el consistorio y los representantes de los vecinos. El consistorio destaca que las chabolas "estaban desocupadas", por lo que ha habido que desalojar a sus ocupantes. Los vecinos, muchos de ellos musulmanes, aseguran que "estaban habitadas" y critican que la medida se haya llevado a cabo el último día del Ramadán.

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Fuentes del Ayuntamiento han confirmado que, minutos antes de las nueve de la mañana, ha comenzado el derribo de una decena de viviendas en esa zona por orden de Urbanismo, que no estaban habitadas. Decenas de agentes de la Policía Nacional y Municipal de Madrid han cercado las entradas al Sector IV con barricadas para evitar posibles enfrentamientos, como los vividos hace un año en el sector V, que terminaron con 27 heridos en una auténtica batalla campal entre agentes y vecinos. Entre las 9.30 y las 12.30, cuatro máquinas excavadoras han accedido a la parte madrileña de la vía pecuaria y han demolido las construcciones. Según fuentes del Ayuntamiento de Madrid, se trataba de viviendas inacabadas y en algunos casos, "de muros y pequeñas construcciones poco sólidas inhabitadas". Igualmente, subrayan que la actuación de los agentes locales se ha desarrollado "con total normalidad".

El vicepresidente de ese Sector V de la Cañada Real, Alí, ha detallado que han sido siete las viviendas derribadas, en medio de un gran despliegue policial que impedía a los vecinos acceder a la zona. En las viviendas no había nadie en ese momento, en algunos casos "porque aún no estaban habitadas", y en otros porque sus dueños estaban celebrando "el final del Ramadán". Alí ha precisado que, en contra de las ocasiones precedentes, no se han producido incidentes porque los vecinos "no quieren problemas como los que ha habido en otras veces" y porque además hoy muchas personas estaban celebrando el fin del Ramadán y "no se han enterado a tiempo de lo que ocurría".

¿Tenían orden judicial?

"Han elegido precisamente este día para el derribo", ha apostillado. Alí es el joven marroquí cuya vivienda fue derribada por orden judicial el pasado 22 de abril, cuando fueron demolidas cuatro construcciones del Sector V de la Cañada. Él y su familia siguen viviendo en la misma zona. Por su parte, la presidenta de la Asociación de Vecinos del Sector IV, Lidia, ha denunciado que la fuerte presencia policial, con helicópteros incluidos, ha impedido a los residentes del barrio acudir a sus puestos de trabajo y a los niños a la escuela. "Han puesto barricadas entre la carretera de Vicálvaro a Rivas y en el colegio Mario Benedetti, por donde pasa el AVE. Además, han impedido salir a la gente de sus casas y a los fieles de la mezquita", ha criticado.

Esta representante vecinal también ha negado que las construcciones destruidas estuvieran deshabitadas, salvo una de ellas, "en la que sólo había puestas las ventanas". También ha criticado la falta de sensibilidad de los operarios municipales, que han efectuado su trabajo aprovechando que los dueños, todos ciudadanos marroquíes, se encontraban orando en una mezquita cercana por el Ramadán. "Se aprovechan de que no conocen las leyes españolas para derribar sus casas. Yo sé que si vienen a mi casa les tengo que pedir una orden judicial. Su intención es clara: que esto sirva de aviso para el resto y que dé ejemplo para que no se construya más", ha dicho un habitante español del Sector V. En este sentido, Lidia sostiene que los derribos de esta mañana "no han contado con orden judicial o, por lo menos, no la han enseñado", y ha lamentado que las máquinas han dañado también las viviendas contiguas a las derrumbadas. Además, ha declarado que las casas derribadas pagaban el impuesto de la contribución al Ayuntamiento, e incluso que una que se negó a hacerlo "le retiraron la tasa de su nómina".

Según los vecinos, una de las construcciones derruidas pertenecía a Ayad, padre de tres hijos, que estaba en ese momento en la mezquita. Otro de los afectados, Ahmed, se encontraba en su país celebrando el Ramadán, mientras que el resto estaba trabajando en la capital. Éste es el primer derribo que se produce en el sector IV de la Cañada Real, un poblado chabolista considerado como el mayor de toda España, en el que viven unas 50.000 personas de varias razas y nacionalidades en asentamientos que van desde chalés adosados a chabolas de chapa y cartón. "Tememos que vuelvan. Hoy habían planeado tirar 30 viviendas, aunque al final sólo han sido ocho o nueve, asi que vendrán de nuevo. Muchos llevamos más de 30 años viviendo aquí y hemos hecho un censo y todo. Ahora, intentamos explicar a la gente que la pelea tiene que estar en los juzgados y no en las calles", ha sentenciado Lidia.

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