Condenados los padres de un niño que murió de hambre en Galicia

El padre del niño que murió de hambre en Ponteareas (Pontevedra) ha sido condenado a 21 años de cárcel por un delito de homicidio por la muerte de su hijo pequeño y otro de homicidio en grado de tentativa debido al estado de desnutrición que presentaba su otra hija. La madre de ambos pequeños ha sido condenada a 17 años de prisión también por ambos delitos. Además tendrán que indemnizar a la menor con la cantidad de 68.000 euros.

La sentencia de la Audiencia Provincial de Pontevedra condena al padre, José Antonio C.G., a 13 años de prisión e inhabilitación absoluta durante el tiempo de condena como responsable de un delito de homicidio de su hijo Aarón, que falleció en septiembre de 2006 por inanición, cuando sólo tenía dos años de edad. Además, le impone una pena de otros ocho años de prisión como responsable de un delito de homicidio en grado de tentativa por el estado en que se encontraba su otra hija Rebeca, que con tres años tuvo que ser ingresada por un estado grave de desnutrición. El fallo argumenta la condena "en atención a que la prueba practicada pone de manifiesto el desprecio del acusado por la vida de su hijo y la extrema repulsa de su conducta, que la hace merecedora de tal reproche penal".

Sin contacto con su hija

En cuanto a la madre, Felisa B.B., a quien un informe médico diagnosticó un retraso mental "leve" y que ha sido considerado como factor atenuante en el juicio, ha sido condenada a 11 años de cárcel como autora responsable de un delito de homicidio, y a seis años por tentativa de homicidio. En total tendrá que cumplir 17 años en prisión. Mientras que el padre de los pequeños ya se encuentra internado en el centro penitenciario de A Lama desde septiembre de 2006, tras conocerse la muerte de su hijo menor, Felisa B.B. lo hizo un mes después, tras permanecer ingresada en la unidad psiquiátrica del Hospital Meixoeiro de Vigo.

La sección cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra ha impuesto además a ambos la prohibición de aproximarse a su hija por un tiempo de diez años. Tampoco podrán comunicarse con ella durante ese periodo. Y les inhabilita para ejercer la patria potestad durante el tiempo que le falta a la menor para alcanzar la mayoría de edad, trece años en total. El juez les ha impuesto además una indemnización de 15.000 euros por la muerte de su hermano y 50.000 euros por los daños físicos, secuelas y daños morales sufridos La familia materna de la menor, que ahora tiene cinco años, ha pedido su custodia.