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Cataluña devuelve a Italia una bañera del siglo II

Fue robada en Roma en 2005 y la vendía un anticuario de Barcelona por 6.000 euros, cuando vale 50 veces más

Imagen de la bañera de mármol de la época del emperador Adriano.
Imagen de la bañera de mármol de la época del emperador Adriano.EFE

No se sabe qué linda esposa de prócer romano o qué prócer mismo se dio el último baño en ella pero lo que es seguro es que ningún desaprensivo millonario la usará de nuevo. El Cuerpo Nacional de Policía ha entregado este martes a las autoridades italianas esta preciosa (y valiosa) bañera romana de mármol de la época del emperador Adriano que fue robada en octubre de 2005 de un jardín particular de Roma. La bañera, valorada en 300.000 euros, estaba en poder de un anticuario de Barcelona que, supuestamente, desconocía su valor y su procedencia ilícita. Y que pensaba venderla, claro, pero por un precio 50 veces inferior al estimado.

Se trata de una bañera oval de mármol, con bajorrelieves exteriores que representan motivos de leones y figuras humanas, datada en el siglo II d.C., bajo el gobierno del emperador Adriano. Mide 153 centímetros de largo por 60 de alto y de ancho y pesa una media tonelada. Según ha explicado el inspector jefe del Grupo de Protección del Patrimonio Histórico de la Jefatura Superior de Policía de Cataluña, Mariano Costoso, tras el robo en Roma, el objeto fue trasladado, probablemente por mar y dentro de un contenedor, a la ciudad condal. Los ladrones sabían lo que querían, porque al entrar en la finca fueron directamente a buscar la bañera y sólo se llevaron esta pieza.

A partir de allí, la bañera empezó un recorrido incierto, hasta que casi un año después de haber sido robada, a mediados de 2006, un anticuario de Barcelona la compró a otro comerciante del sector, pendiente de identificación. Fue en Sant Fruitós de Bages (Barcelona) y pagó unos 3.000 euros, aunque supuestamente lo hizo "de buena fe" y sin saber su valor real ni que había sido robada. Pensó, según su testimonio, que se trataba de una de tantas copias modernas de las piezas arqueológicas de la Roma imperial. Desde entonces lo tenía expuesto en su galería de la capital catalana, donde lo ofrecía por el doble, 6.000 euros, una cantidad ínfima teniendo en cuenta que está valorada en 300.000. Allí pasó sin pena ni gloria más de un año, sin despertar el interés de ningún comprador.

Sólo hay otra igual

La Policía investiga la identidad del primer vendedor del objeto para determinar la ruta que siguió. Sospechan que el almonedista es italiano. Una comisión rogatoria italiana descubrió "de casualidad" la bañera en la galería barcelonesa. Los policías italianos comprobaron que la pieza estaba siendo buscada en su país y la identificaron por unas "rajas laterales" que caracterizan e identifican la bañera. Ya sin lugar a dudas, una Comisión Rogatoria Internacional de la Fiscalía del Tribunal Ordinario de Gela, en la costa sur de Sicilia (Italia), solicitó la identificación y recuperación del objeto.

A principios de marzo, por orden del Juzgado de Instrucción número 33 de Barcelona, el CNP intervino el precioso objeto y la depositó en el Museo de Arqueología de Catalunya (MAC), ya que éste reúne las condiciones de seguridad y conservación adecuadas. Y dos altos cargos del Comando Carabinieri de Tutela del Patrimonio Cultural han llegado hoy a Barcelona, donde les ha sido entregada la bañera y un documento oficial en el que se acredita su origen, en presencia del director del MAC, Pere Izquierdo. El directivo del museo ha destacado el papel de su institución en la lucha contra el tráfico ilegal de antigüedades y en la identificación de piezas perdidas o robadas.

La bañera, de la que únicamente se conoce otro ejemplar idéntico, expuesto en el Museo Vaticano, será transportará mañana mismo a Italia para que las autoridades de este país decidan cuál es su destino definitivo, según ha explicado el jefe del grupo de Patrimonio Histórico de la Policía Nacional, Mariano Costoso. Izquierdo ha resaltado el alto valor de la bañera, cuyos leones y figuras humanas representan escenas de una obra teatral de éxito de la época, con figuras de Dioses y un pequeño monumento al actor principal. Corría el siglo II, en la época del emperador Adriano, cuando las familias nobles y adineradas de Roma empezaron a adquirir este tipo de bañeras ovales, de mármol blanco, que distintos talleres de escultores romanos fabricaban en serie.

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