Tres etarras que implicaron a Gestoras Pro Amnistía niegan sus testimonios
Los terroristas alegan torturas para retractarse de la incriminación a varios de los 27 acusados en la trama de apoyo a los presos
Los tres etarras que han declarado hoy como testigos a petición de la Fiscalía en el juicio contra Gestoras Pro Amnistía alegaron haber sido víctimas de torturas para retractarse de sus declaraciones en las que, ante la Guardia Civil, incriminaron en la trama de apoyo a los presos de ETA a varios de los 27 acusados del juicio que está celebrando la Audiencia Nacional.
El primero de los testigos solicitados por el fiscal Carlos Bautista en esta vista oral ha sido Jorge Olaiz Rodríguez, miembro del comando Nafarroa de ETA detenido el 26 de noviembre de 2001 en Pamplona tras un tiroteo con la Guardia Civil. En su declaración ante la Guardia Civil tras ser detenido, Olaiz aseguró que Josu Mirena Beaumont, uno de los 27 acusados en este juicio, le entregó una carta citándole en Francia para una reunión en la que el propio Francisco Javier García Gaztelu, alias Txapote, le propuso integrarse en ETA. Ante el Tribunal, Olaiz ha negado haber recibido ninguna carta de Beaumont, y ha señalado que si así lo afirmó ante la Guardia Civil fue porque llevaba "cuatro días sufriendo torturas", unos malos tratos que denunció, pero que fueron archivados.
Documentación de Gestoras
A continuación ha declarado Susana Achaerandio Alesanco, detenida el 17 de enero de 2002 en Vitoria acusada de colaborar con ETA. Tras su arresto, la Guardia Civil encontró en su domicilio documentación de Gestoras Pro Amnistía. La etarra también ha rectificado su declaración ante la Guardia Civil, argumentando que sufrió torturas. Tras su arresto, Achaerandio informó de que Díez de Heredia era la máxima responsable de Gestoras Pro Amnistía en Alava y que, ante el acoso policial que sufría los aparatos de apoyo a los preso de ETA, decidió guardarle en su domicilio diferentes documentos de esta organización.
Por último ha comparecido, Ibon Aranalde Ijurco, hermano de la etarra Maite Aranalde Ijurco y condenado a dos años de cárcel por participar en actos de violencia callejera o kale borroka. Aranalde dijo conocer a uno de los principales acusados en este juicio, el responsable nacional de Gestoras Pro Amnistía Julen Celaraían, aunque explicó que tan sólo tenía relación con él porque era "del pueblo de al lado". Aranalde aseguró conocer también al máximo responsable de Askatasuna Sabin Juaristi, algo que ha negado hoy alegando, al igual que los demás testigos, haber sido objeto de torturas. El testigo ha asegurado hoy que "aparte de los golpes físicos", los agentes de la Guardia Civil le amenazaron diciéndole que si denunciaba los malos tratos "el infierno que estaba pasando" lo pasaría también su familia, en concreto su hermana, que había sido detenida por una presunta pertenencia a ETA.
Tras escuchar esta afirmaciones, el fiscal Bautista ha tratado de redirigir el curso del interrogatorio, y ha formulado preguntas más genéricas ante las cuales Aranaldes ha explicado que la labor de Gestoras Pro Amnístia era "ayudar a los represaliados" y que esta organización fue sustituida por Askatasuana. La presidenta del tribunal, la jueza Teresa Palacios, ha preguntado al testigo qué entendía por "represaliado". Aranalde ha respondido que puede ser "un preso vasco, palestino o africano, que lucha por los derechos de su pueblo, y que por esa razón lo oprimen y termina en la cárcel o tiene que huir".
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