Esmeralda, bailarina y madre en paro

Candela nació el 25 de agosto y es una bebé "sana y preciosa", a pesar de que su madre, que sólo sonríe cuando habla de ella, sufrió mucho durante el embarazo. Y todavía sufrió más después. Porque a los pocos días de su llegada al mundo, a su mamá la despidieron del trabajo. Bueno, como se dice ahora, no le renovaron el contrato de un año que tenía. La madre de Candela es Esmeralda Gutiérrez Martín, bailarina y trabajadora del Ballet Nacional de España (BNE) durante los últimos ocho años con un "currículum intachable".

Esmeralda, de 29 años, ha denunciado su caso esta mañana en una rueda de prensa en la sede de Comisiones Obreras de Madrid, en la que ha explicado que ha presentado una demanda por despido nulo contra el BNE. Horas después, fuentes del BNE han precisado a esta web que no hay caso, ya que "la reclamación" de esta trabajadora está "admitida" y que, si no ha firmado ya el contrato, está "por firmarlo". Sin embargo, Esmeralda sostiene, en una conversación telefónica con ELPAIS.com, que "nadie", ni del ballet ni del Ministerio de Cultura, se ha puesto "en contacto personalmente" con ella hasta el momento para comunicarle "de forma oficial" dicha readmisión.

Según la versión de la bailarina, "el pasado viernes la dirección del BNE le dijo al comité de empresa que tenían pensado volverla a contratar", pero ella no ha visto "ningún papel ni nada". Esmeralda cuenta que el "acoso laboral" comenzó antes de quedarse embarazada, pero que fue a más. Tanto que a finales de noviembre, cuando ya estaba en estado, se dio "de baja por mobbing". En concreto, según la artista, le diagnosticaron "depresión reactiva por mobbing". "A raíz de esta depresión que sufrí, he tenido complicaciones durante el embarazo, incluso amenazas de aborto", sostiene.

"Nos hemos olvidado de ti"

"Lo peor de todo", según Esmeralda, fue el modo en el que supo que estaba en la calle. "Ni siquiera me llamaron para informarme. Di a luz el 25 de agosto y, por mis compañeros, me entero en septiembre de que han vuelto al trabajo todos después de las vacaciones de agosto. Me presento el día 3 para preguntar por mi situación, porque en septiembre me caducaba el contrato. ¡Y cómo me lo podía esperar, después de ocho años y con un currículum intachable!", explica.

Por toda explicación, recibió un "nos hemos olvidado de ti" y un "lo sentimos mucho". A partir de ahí, "se pasaban la pelota unos a otros porque nadie me quería decir qué pasaba". Ella habló "con la gerente", Isabel Sánchez, que le contestó que quien tenía que hablar con ella era el director, José Antonio Ruiz de la Cruz. "Me recibe de pie en un despacho con la puerta abierta, me pregunta qué tal estoy tras dar a luz y me dice adiós, ni una palabra más". La gerente, presente en la conversación, "se queda de piedra, blanca". y "más blanca" se queda Esmeralda. Finalmente, le dicen que cuando se dio de baja ya habían hablado de que no la iban a renovar.

La bailarina decide entonces poner "una reclamación al Ministerio", para lo que tiene un plazo legal de 20 días. Éste, a su vez, tiene un mes para responder. Y, según Esmeralda, no ha respondido. En su opinión, "todo está en el aire" porque al comité le aseguraron "de palabra" el pasado viernes su reingreso. Por su parte, fuentes del Ballet Nacional aseguran que "desde el primero momento que se supo" la situación de esta empleada, "se la readmitió inmediatamente". "Su reclamación fue atendida", subrayan. Su relato de los hechos es que "hace más de un mes que se comunicó a los sindicatos que se la readmitía".

La abogada de Esmeralda, Isabel Lobera, precisa que la "reclamación previa" la pusieron el 20 de septiembre, por lo que Cultura debía haber contestado "antes del 20 de septiembre". Como no lo hizo, presentaron "una demanda por despido nulo por vulneración de dos derechos constitucionales": el artículo 14, "que hace referencia al principio de igualdad en su vertiente de no discriminación por razón de maternidad" y el 15, que "hace referencia al derecho a la integridad física de las personas" (el supuesto mobbing sufrido por su cliente). Lobera considera que es "muy posible" que el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), de quien depende el ballet, "reconsidere su postura".