La policía 'ficha' en la Cañada Real
Los vecinos del poblado denuncian que les paran, les cachean y les piden la documentación
Agentes de la Policía Nacional se han desplazado esta mañana a la Cañada Real Galiana para realizar reconocimientos entre los vecinos y comprobar identidades, según han confirmado fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, que no han querido precisar los motivos de la operación. Los vecinos de la zona han denunciado que la policía ha estado toda la mañana "parando y cacheando" a los hombres del barrio, e incluso alguno afirma haber visto que dos de ellos han sido detenidos, extremo que niegan las fuentes de la Policía Nacional, que tratan, según han dicho, de hacer su trabajo "lo más tranquilos posible".
La zona donde se aprecia una mayor presencia policial es la parte norte del poblado, la que linda con Rivas-Vaciamadrid, ocupada en su mayor parte por marroquíes que se han construido sus viviendas, todas ellas ilegales. Algunos de los vecinos marroquíes han indicado que creen que la Policía está buscando a quienes lanzaron piedras el jueves pasado a los agentes en la batalla campal que se originó entre vecinos y policías a cuenta del derribo de una casa. Hubo 41 heridos, la mayoría leves y la mayoría policías. Uno de los agentes, un inspector de Policía de 38 años, tenía la mandíbula rota y tuvo que ser intervenido quirúrgicamente. Tendrá que estar tres meses de baja y no podrá comer alimentos sólidos durante al menos dos meses, ya que le han tenido que colocar tres placas de titanio y 12 tornillos de sujeción.
Durante el pasado fin de semana, los vecinos de la Cañada estuvieron ayudando al marroquí Abdul, propietario del inmueble ilegal derribado, a levantarlo de nuevo en el mismo lugar. La casa cuenta ya con la fachada del primer piso totalmente reconstruida y puerta de entrada, aunque aún no tiene ventanas. Las mujeres del barrio manifiestan su indignación agrupadas en corrillos y denuncian que la mayoría de sus hombres están trabajando y se sienten intimidadas por la presencia policial.
Ni delincuentes ni 'camellos'
Las casas de esta zona de la Cañada Real Galiana son todas de construcción, de dos y tres alturas, con patios interiores, y algunas hasta con jardines, y la mayoría de sus vecinos niegan que sea un lugar de delincuentes, vendedores de drogas e infraviviendas. Sí reconocen que existe un problema localizado en la zona de Valdemingomez, donde "efectivamente" se ha instalado un supermercado de drogas", formado por la gente desalojada de las Barranquillas, pero este problema, añaden, se extiende a lo largo de un kilómetro, y la Cañada son quince, que transcurren prácticamente pegados a la autovía de Valencia, entre Getafe y Vallecas, y ocupan parte de los municipios de Madrid, Coslada y Rivas-Vaciamadrid.
Por su parte, la delegada de Urbanismo y Vivienda del Ayuntamiento de Madrid, Pilar Martínez, ha desmentido hoy que el objetivo de los desalojos promovidos por el Gobierno municipal en la Cañada Real sea liberar los terrenos para poder construir viviendas en ellos, ya que allí no se puede edificar, al ser un espacio protegido. En este sentido, Martínez ha subrayado que "nadie" querría vivir en una zona próxima a un vertedero. De esta forma, la responsable municipal ha salido al paso de las acusaciones vertidas contra el Ayuntamiento.
Además, la delegada ha señalado que deberán ser los jueces los que decidan si continúa el aplazamiento de nuevos derribos de viviendas en la Cañada Real, después de que el juzgado número 20 de lo Contencioso Administrativo decidiera el viernes paralizar la demolición de los hogares de siete familias rumanas asentadas en este poblado. Según la responsable de Urbanismo y Vivienda, el problema en la Cañada Real no es urbanístico sino de "exclusión social y orden público".
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