"Lo que más me impresionó fueron los restos humanos en el jardín y en la piscina"

El inspector jefe de la Policía Científica que dirigió la inspección ocular de los restos de la casa de Leganés en la que murieron siete presuntos autores del atentado del 11 de marzo de 2004 en Madrid ha narrado hoy al juez lo que encontró entre los escombros: "efectos cotidianos" como ropa o cepillos de dientes, memorias USB, armas y restos de explosivos, "también adosados a algunos cuerpos". "Lo que más me impresionó fueron los restos humanos en el jardín y en la piscina", ha contado.

Alguno de los cadáveres parecía tener el pantalón puesto del revés, "de atrás hacia delante", ha añadido el agente, que ha prestado declaración esta mañana ante el tribunal de la Audiencia Nacional que juga a los presuntos autores de la matanza. Otros cuerpos hallados entre los escombros del piso de la calle de Carmen Martín Gaite de Leganés tras la explosión del 3 de abril de 2004 tenían aún explosivos adosados con fajas. Según las pesquisas policiales, los presuntos terroristas hicieron estallar la dinamita que tenían para quitarse la vida.

El testigo acudió a Leganés aquella tarde con el objeto de realizar la inspección ocular de la vivienda una vez que fueran detenidas las personas que se habían atrincherado en su interior. Sin embargo, nada más llegar un agente de la Policía de Información le indicó que se había producido un tiroteo (que él personalmente no escuchó) y que iban a intervenir los Grupos Especiales de Operaciones (GEO). Es por ello que recibió la orden de mantenerse lejos del piso, sin traspasar el cordón policial.

Sólo después de la explosión y de que interviniesen los GEO y los artificieros, pudo acceder al lugar de los hechos la Policía Científica para realizar la inspección ocular. Entre los escombros del piso, en el jardín y en la piscina (que tuvo que ser vaciada), los agentes hallaron "todo tipo de armas" (desde subfusiles a armas cortas), detonadores, munición y cartuchos de explosivos. Según ha relatado el testigo, los restos de explosivos fueron recogidos por los artificieros, que los analizaron y concluyeron que se trataba de Goma 2.

Este inspector jefe participó también en la inspección de la furgoneta Renault Kangoo que se localizó en la mañana de los atentados en Alcalá de Henares, y ordenó que fuera llevada al complejo policial de Canillas "para su estudio". Cuando el vehículo llegó a la Comisaría General de la Policía Científica, no se tomó nota de su entrada, probablemente "por lo extraordinario de ese día".

La primera inspección ocular se realizó en el garaje de los artificieros, pues la Policía Científica no contaba con una instalación apropiada, pero a él le llamaron al encontrarse una cinta con inscripciones en árabe. En el vehículo halló una bolsa azul debajo del asiento del copiloto que contenía detonadores, amén de "efectos cotidianos sin interés aparente para la investigación". "La furgoneta no tenía nada característico", pero el hecho de encontrar la cinta y los detonadores hizo que se tratara "como un vehículo relacionado con los atentados", ha añadido el testigo.