Alemania suspende a dos soldados por la profanación de cadáveres en Afganistán
"No volverán a ser parte de nuestro ejército", ha asegurado el ministro de Defensa
Alemania ha suspendido hoy a dos soldados que participaron en 2003 en la profanación de cadáveres en Afganistán en 2003, un escándalo que destapó esta semana el semanario Bild. "No volverán a ser parte de nuestro Ejército, ha asegurado en Berlín el ministro de Defensa, Josef Jung. Las imágenes de la profanación fueron publicadas el viernes y provocaron el rechazo generalizado de la opinión pública del país.
Las fotos se hicieron con una cámara digital. En una de ellas se ve a un suboficial besando una calavera y en otra la misma calavera decorando la parte delantera del vehículo todo terreno utilizado por esa patrulla alemana de las ISAF. Bild ha publicado este jueves que la fosa llegó a convertirse en un lugar de peregrinación para muchos de los soldados destacados en la capital afgana, pero no está aún claro si quienes yacen en la misma son afganos o ex militares rusos.
El presidente de la Asociación del Ejército, el coronel Bernhard Gertz, se ha mostrado muy preocupado por que "ese incidente ponga en contra nuestra al mundo musulmán". "La instrumentalización de esas imágenes de Kabul va a conducir naturalmente a una gran indignación en el mundo árabe y quizás dé lugar a situaciones concretas de peligro para nuestros soldados en Afganistán", ha dicho el militar, que sin embargo ha reconocido problemas en la formación ética de los soldados.
Mientras, la Fiscalía de Postdam (este de Alemania) se ha inhibido en favor de la de Múnich en la investigación de los hechos, en los que ya habría siete soldados y suboficiales involucrados, de los que sólo la mitad siguen en activo. Todos los sospechosos están o estuvieron estacionados en Mittenwald, en el Estado federado de Baviera (sur de Alemania). La investigación en curso es por el presunto delito de profanación de tumbas y perturbación de la paz de los muertos, para el que el Código Penal alemán contempla penas de cárcel de hasta tres años. En Alemania, ese delito quedó relegado a la criminalidad nazi y a los cementerios judíos, de ahí la severidad de la pena.
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