"El huracán de fuego nos vio y dijo voy a por vosotros"

Jesús Abad sufrió quemaduras de primer grado -las de menor gravedad- en antebrazos y cara y la rotura de cuatro costillas. Pero salvó la vida. Desde el Hospital General de Guadalajara donde se recupera de sus heridas, este funcionario de 45 años ha hablado por primera vez de unos momentos en los que "te ves muerto" y "es lo único que piensas". Es el único superviviente de la tragedia acaecida a última hora del domingo en el incendio de Guadalajara, donde asistió a la muerte de sus 11 compañeros devorados por las llamas.

El superviviente del retén de Cogolludo, que conducía un camión autobomba, ha explicado al Telediario de TVE que su equipo participaba en las labores de extinción del incendio en Riba de Saelices cuando entraron en un barranco que resultó ser una trampa mortal. "El fuego estaba muy lejos cuando, de repente, llegó un humo muy negro de llamas. Íbamos a salir de ellí cuando se nos echó el fuego encima". Tumbado en la cama del hospital y con la cara vendada, Jesús, funcionario del Ayuntamiento de Arcos del Jalón (Soria), ha continuado su terrible relato, que permite reconstruir el calvario sufrido por un retén.

"No nos dio tiempo, ya nos enganchó"

Así, les sorprendió un "huracán de fuego muy grande", como "una especie de ola gigante, pero en fuego" que no esperaban. "Creo que nos vio y dijo 'vosotros sois míos' y vino por nosotros porque estaba muy lejos, muy lejos y, de buenas a primeras había un humo negro ya de llama y empiezas a pensar que esto ya ha cambiado. La siguiente vez que volví la cabeza asomaban ya las llamas y se montaron [los compañeros] en los coches para salir y ya no nos dio tiempo, ya nos enganchó", ha recordado.

El superviviente logró arrancar el camión autobomba pero se despeñó por un barranco, saltó por la ventanilla de su vehículo y se escondió bajo otro camión que estaba en el camino. Gracias a la rotura de la bomba de agua, que vertía agua sobre él, puede ahora contarlo. "Dentro de mi camión vi que moría y, abajo, cuando salté rodeado de fuego, también vi que moría. Te falta todo, te falta oxígeno, te ves ardiendo, te ves... muerto y es lo único que piensas", ha indicado. Por ello, no sabe cómo fue capaz de salvar la vida en tales circunstancias: "No sé que me ha salvado, no lo puedo decir. Serían las ganas de vivir porque el valor lo tenemos todos. Cuando vas a un sitio de esos [un incendio forestal] vas con el valor que llevas y sabes a lo que arriesgas".

"Que miren lo que han hecho"

Quizá por ese convencimiento, Abad asegura que volverá al monte: "En cuanto pueda. Estaré con éstos [sus compañeros en Guadalajara] o con los de Castilla y León, de donde soy". Para Jesús, lo "más duro" fue ver morir a sus compañeros y "la impotencia de ver cómo arde todo esto y que no puedes hacer nada, por mucha motobomba y muchos equipos". Finalmente, a los excursionistas que encendieron la barbacoa que inició el fuego, Abad les ha pedido con tristeza "que miren lo que han hecho, que tengan la cabeza ahora para pensar lo que han hecho, que piensen bien lo que han hecho". Por su parte, la esposa de Jesús fue entrevistada ayer por este periódico, al que confesó: "Lo único que ahora me interesa es que mi marido se recupere y supere toda esta pesadilla".

También aportó los primeros detalles sobre los hechos. "De repente, según me ha dicho, les sorprendió una gran bola de fuego y vio cómo sus compañeros empezaban a arder. Él salió del camión tirándose por la ventanilla del copiloto y pudo refugiarse debajo del vehículo. Como estaba chorreando agua, se pudo salvar". "El peor momento", continuaba la mujer, "lo vivió al levantarse y ver a todos sus compañeros muertos. Todavía no se ha recuperado y lo está pasando muy mal". Fuentes del centro hospitalario han explicado a Efe que el pronóstico de Jesús, natural de Arcos de Jalón, es "menos grave". Salvo complicaciones, no se prevé que este ingresado muchos días más, ya que, si su evolución continua igual, sólo necesitará "cuidados" básicos que podrá recibir en su casa, según las mismas fuentes.