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El Senado veta los matrimonios homosexuales con los votos de PP, cuatro de CiU y uno del PAR

A pesar de este revés, la norma previsiblemente quedará aprobada la semana próxima en el Congreso

Tal y como se preveía, el Senado ha vetado a última hora de la tarde el proyecto de ley para permitir el matrimonio entre parejas del mismo sexo. La propuesta de veto, defendida por Unió, ha prosperado gracias a los 126 votos del PP, a los que se han sumado cuatro senadores de CIU y uno del PAR. Se trata del tercer veto del Senado a iniciativas Gobierno en esta legislatura pero que, al igual que los dos anteriores -Presupuestos Generales del Estado y límite de gasto para 2006-, carecerá de efectos prácticos. El texto se remitirá ahora al Congreso, donde es previsible que una mayoría absoluta de diputados apoye el próximo jueves el proyecto para levantar el veto, con lo que la ley quedará aprobada definitivamente.

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Tanto PP como Unió habían presentado una propuesta de veto pero se ha votado la de Unió al haberla registrado primero. En concreto, se han producido 131 votos a favor del veto, 119 en contra (94 del PSOE, tres del Grupo Mixto, 15 de la Entesa Catalana del Progrès, cinco del PNV y dos de Coalición Canaria) y dos abstenciones (de CiU). La votación ha transcurrido según el guión anunciado, salvo en el caso de CiU, que había dado libertad de voto a sus representantes, al igual que PNV. En principio, iban a votar a favor tres senadores de CiU y no cuatro como ha ocurrido finalmente. Ambos partidos son contrarios a las bodas gays al considerar que la regulación de las uniones debe realizarse, pero al margen del matrimonio. También rechazan la adopción de menores por parejas de homosexuales y defienden el derecho a la objeción de conciencia.

Tras este revés, el Senado devolverá el texto al Congreso sin enmiendas, pues el veto impide el debate de éstas. Salvo sorpresas de última hora, la Cámara Baja levantará por mayoría absoluta -176 votos- el veto el próximo jueves y aprobará definitivamente la ley, ya que el PSOE cuenta con el respaldo de todos los grupos salvo el PP. En abril, cuando se sometió a la primera votación, consiguió el respaldo de 183 diputados, 136 votos en contra y seis abstenciones. Como cabía de esperar, el debate ha sido muy reñido y los senadores de las distintas formaciones han recibido llamadas de atención por parte de la Presidencia en varias ocasiones por interrumpir al orador con murmuraciones y exclamaciones. Algunos socialistas han mostrado la bandera de arcoiris del movimiento homosexual.

En la tribuna de invitados se encontraban representantes de los dos sectores enfrentados, entre ellos las dirigentes de la Federación Estatal de Lesbianas Gays y Transexuales, Beatriz Gimeno y Botty García; y el vicepresidente del Foro de la Familia, Benigno Blanco. También ha asistido el dirigente socialista Pedro Zerolo. El primero en intervenir ha sido el senador de Unió Jordi Casas, que ha defendido su propuesta de veto citando ex primer ministro francés socialista Lionel Jospen: "El matrimonio es en su origen y en tanto que institución la unión de un hombre y una mujer". Casas entiende que esta definición no obedece al azar, ni a una inclinación sexual sino "a la dualidad de sexos que caracteriza nuestra existencia". El senador considera que el Parlamento no está debatiendo una reforma, sino sobre la "ruptura de la garantía institucional del matrimonio" y su desnaturalización". Además, ha recordado que el Consejo de Estado ha presentado objeciones al texto.

En lo que se refiere a la adopción, el democristiano ha subrayado que "todo niño y toda niña viene de un padre y una madre", por lo que "todo niño o niña, por tanto, tiene derecho a una familia constituida por un padre y una madres". Por tanto, la adopción debe "reproducir el hábitat natural" y los efectos jurídicos, sociales y económicos de la "filiación biológica". La principal discusión ha sido protagonizada por los senadores Arcadio Díaz Tejera (PSOE) y Rosa Vindel (PP). El ponente del PSOE ha comenzado su turno expresando a su agradecimiento a los hombres y mujeres "que con su sufrimiento y lucha durante décadas han hecho posible que este proyecto se debata hoy". Díaz Tejera ha ofrecido a los senadores la oportunidad de dar lo mejor de sí mismos "con el objetivo de que la sociedad vea reflejada su pluralismo también en el plano de la orientación sexual", al tiempo que recordaba que esta reforma no va contra nadie y defendía el derecho a la adopción atendiendo a los informes de los expertos.

Los argumentos no han convencido a la senadora del PP, que ha reiterado su propuesta de uniones civiles para homosexuales por ser "más pacífica, menos controvertida, más acorde a nuestro ordenamiento jurídico" y porque no hiere sensibilidades ni convicciones morales. A partir de ahí se ha producido un cruce de acusaciones entre socialistas y populares. Vindel ha reñido al PSOE por tener miedo a "la palabra libertad" y el senador socialista le ha recordado las declaraciones del catedrático Aquilino Polaino solicitada por el PP. Vindel ha hablado del rechazo a la norma en las filas socialistas (Francisco Vázquez, Mercedes Aroz o Juan Carlos Rodríguez Ibarra), a lo que ha sido respondida con alusiones a los críticos del PP (Celia Villalobos, la diputada extremeña María Pía Sánchez o el alcalde de Vitoria).

Vindel ha insistido en que la "institución del matrimonio" está reservada al hombre y la mujer "como proclama el artículos 32 de la Constitución. "El matrimonio es heterosexual o no es", ha sentenciado. También ha destacado la intervención de la senadora de CiU Isabel López Aulestia, quien ha augurado un futuro de "senadores felizmente casados y casadas" con otras personas del mismo sexo, al igual que ahora los hay "felizmente divorciados". Aulestia ha criticado las propuestas de veto y ha pedido a los senadores socialistas que se han opuesto al proyecto que entreguen su escaño por faltar a su compromiso con sus electores. El senador del PAR (Partido Aragonés), José María Mur, ha defendido la objeción de conciencia y una mayor claridad jurídica del texto ante sus "serias dudas de su constitucionalidad". "El Congreso tendrá la última palabra", ha concluido.

Varios senadores socialistas, con banderas del arco iris durante el pleno del Senado sobre las bodas gays.
Varios senadores socialistas, con banderas del arco iris durante el pleno del Senado sobre las bodas gays.EFE

Los obispos reiteran la posición de la Iglesia

La Conferencia Episcopal Española (CEE) ha recalcado hoy la excepcionalidad de su participación en la manifestación del 18 de junio contra el matrimonio entre personas del mismo sexo, se ha congratulado de su éxito y ha afirmado que esta respuesta social "debería hacer reflexionar" al Gobierno. En rueda de prensa, el portavoz de la CEE, Juan Antonio Martínez Camino, ha leído las conclusiones de la Comisión Permanente de los obispos, que ha analizado el asunto.

Preguntado sobre las declaraciones de Aquilino Polaino en el Senado y sobre si la Iglesia considera que la homosexualidad es una enfermedad, Camino ha respondido que "no es competencia de los obispos decir qué es enfermedad y qué no". Martínez Camino ha recordado la doctrina de la Iglesia sobre la dignidad y el respeto que, como personas e hijos de Dios, tienen los gays, pero ha agregado que el Catecismo señala que la homosexualidad es "una inclinación objetivamente desordenada".

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