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La cifra de inmigrantes empadronados se duplica en tres años y suma ya el 8% de la población

España tiene 43,7 millones de habitantes, de los que más de tres millones son extranjeros

Las previsiones demográficas elaboradas por el Banco de España a partir del censo de 2001 y hechas públicas en enero indican que para 2050 la población española superará los 53 millones de habitantes. Según los datos del padrón hechos públicos hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 1 de enero de 2005 había ya 43,7 millones, casi tres más que en 2000. La mayor parte de este incremento se debe a la inmigración: la población extranjera ya suma el 8% del total —3,5 millones—, y para 2050 puede acercarse al 20%.

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En 2001 España tenía 40.847.371 habitantes. Dos años después tenía 43,2 millones, y 1 de enero de 2005 ya supera los 43,7 millones. El informe del Banco de España mencionaba como factores de este crecimiento la inmigración, la esperanza de vida al nacer y la tasa de fertilidad, pero los datos hechos públicos hoy por el INE ponen el énfasis en el primero de ellos —de hecho, el crecimiento vegetativo, nacimientos menos defunciones, es muy pequeño—. En 2002 engrosaron el padrón 648.000 inmigrantes; un año después, 400.000, y en 2004 alrededor de 450.000; las previsiones del Banco de España pasan porque el flujo se mantenga constante en los próximos años, y constituya más de dos tercios del aumento de población.

Si esto fuera así, hasta el 2050 podrían entrar nueve millones de inmigrantes en España. En la actualidad hay 3,5 millones, lo que representa el 8% de los 43,7 millones de habitantes, aunque este dato está sujeto a revisión, pues según ha dicho hoy la presidenta del INE, Carmen Alcaide, es "muy provisional". El 1 de enero de 2000, la población inmigrante constituía el 2,3% de la población; en 2001, el 3,3%; en 2002, el 6,2%; y en 2003, el 7,1%. A finales de 2004, el 8%. La evolución en estos cinco años no tiene parangón en ningún otro país, según Alcaide, que sin embargo ha querido precisar que puede no obedecer a entradas nuevas en España sino a empadronamientos nuevos: es decir, los inmigrantes quizá estaban ya aquí pero no sabían que podían empadronarse o no deseaban hacerlo —mediante este trámite se puede obtener sanidad gratuita, entre otros beneficios sociales—.

De cruzar las cifras de inmigrantes empadronados —3.050.000— con la de extranjeros con tarjeta de residencia —1.977.000— se obtiene un total de casi un millón de sin papeles, a la que habría que restar los europeos de países miembros de la UE residentes en España. Respecto a la nación de origen de los inmigrantes, sobresale entre todas Ecuador, por cifras totales y por incremento en el último año; por detrás, Marruecos, Colombia y Rumania.

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