Scilingo guarda silencio y simula un mareo durante el inicio del juicio por genocidio
El acusado no contesta al interrogatorio pese a que los forenses certifican que su salud es buena
El ex militar argentino Adolfo Scilingo se ha limitado a guardar silencio en la primera sesión del juicio que comenzó a celebrarse hoy en la Audiencia Nacional por los delitos de genocidio, terrorismo y torturas presuntamente cometidos durante la dictadura argentina (1976-1983). La vista continuará el próximo lunes con la audición de algunas de las declaraciones que Scilingo prestó ante el Baltasar Garzón en 1997.
El acusado, para quien las acusaciones particulares y populares solicitan 6.626 años de cárcel y que se encuentra en huelga de hambre desde el pasado 9 de diciembre, presentó un aspecto débil en la sala, hasta el punto que no abrió en ningún momento los ojos, ni efectuó declaración alguna. La única ocasión en la que se pudo escuchar su voz fue cuando le pidió al presidente del tribunal, Fernando García Nicolás, que no le gritara porque le dolía la cabeza.
Sin embargo, los dos forenses que le examinaron constataron que Scilingo presentaba "condiciones aceptables" para asistir al juicio y manifestaron que, si él quería, podía hablar. "Su actitud es voluntaria y es consciente de lo que hace", indicaron los médicos, que añadieron que su tensión arterial era normal y que únicamente sufría dolor de cabeza como consecuencia de la huelga de hambre.
Un desvanecimiento del acusado en los calabozos del tribunal provocó que el juicio comenzara con más de hora y media de retraso. Así, a las 12.10 horas se inició la vista, que había suscitado una enorme expectación si se atiende al gran número de periodistas de todo el mundo acreditados y al público asistente a la sala, gran parte del cual estaba compuesto por familiares de desaparecidos en la dictadura argentina.
Un mareo simulado
El acusado hizo amago de desmayarse a su entrada en la sala y, una vez sentado, permaneció como ausente, al no contestar ni siquiera con gestos a los requerimientos de García Nicolás relativos a si deseaba responder a las preguntas del fiscal, de los abogados de las acusaciones y de su propio letrado, Fernando Martínez Morata. Por este motivo, el presidente de la Sección Tercera suspendió por unos instantes la vista para que Scilingo fuera examinado de nuevo por los forenses.
Esta suspensión motivó las protestas del público asistente, que entendía que el acusado estaba simulando que no podía contestar debido a una falsa enfermedad. En la reanudación, y tras la confirmación de los forenses de que Scilingo -esta vez sentado en una silla de ruedas- estaba en condiciones de asistir a la vista y de declarar, García Nicolás entendió que el silencio del acusado equivalía a una negativa a contestar las preguntas.
Posteriormente, a petición de la fiscal Dolores Delgado, se procedió a la lectura de las primeras declaraciones de Scilingo ante Garzón, el 7 de octubre de 1997, y a la declaración indagatoria que prestó el 4 de noviembre de 1999. En la segunda sesión del juicio, se podrán escuchar las cintas de las declaraciones prestadas por Scilingo ante Garzón en octubre y noviembre de 1997, en las que relató los crímenes cometidos por militares en la dictadura.
Primer juicio en España
Este es el primer juicio que se celebra en España por crímenes contra la humanidad cometidos en Argentina y su relevancia radica en la aplicación al caso de la jurisdicción penal internacional. En el mismo sumario está también en espera de juicio el represor argentino Ricardo Miguel Cavallo, extraditado por México a España, aunque la tramitación de esta pieza se encuentra más retrasada.
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