Moratinos aclara que no acusó a Aznar de instigar el golpe contra Chávez, sino de legitimarlo
El PP considera insuficientes las disculpas del ministro y anuncia que no negociará con él un pacto de estado
El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, ha explicado esta mañana en el Congreso que no acusó al Gobierno de Aznar de instigar o participar en el golpe de Estado en Venezuela en 2002, sino de no condenarlo y tratar de darle "legitimidad internacional". Moratinos ha reconocido haber estado "desafortunado en las formas" al hablar en un programa de televisión, por lo que ha pedido disculpas. El PP considera insuficientes las disculpas y ha anunciado que ya no le reconoce como interlocutor para intentar lograr un pacto de Estado en política exterior.
En la Comisión de Exteriores del Congreso, Moratinos ha matizado un tanto las declaraciones que efectuó el pasado 22 de noviembre en el programa de TVE 59 segundos en las que aseguró que "el anterior Gobierno, cosa inédita en la diplomacia española, el embajador español recibió instrucciones de apoyar el golpe" contra Hugo Chávez en Venezuela en abril de 2002. Moratinos ha aclarado que no quiso con ello decir que Aznar participara o instigara el golpe, ya que eso sería una "calumnia", sino que por 'apoyar' quiso decir "no condenar el golpe y tratar de darle legitimidad internacional". También ha reconocido que estuvo "desafortunado en las formas" por hacer las declaraciones en un programa de televisión, "aunque sean verdad". Por ello, "asumo mi error y me disculpo", ha dicho, aunque ha afirmado a continuación de sus palabras fueron "aprovechadas" para crear una polémica "sobredimensionada".
Para sustentar sus palabras, Moratinos ha esgrimido diversa documentación procedente de los archivos del Ministerio de Asuntos Exteriores, las hemerotecas y el diario de sesiones de la Cámara Baja. En su opinión, el anterior Gobierno "cometió, cuando menos, un grave error de apreciación y de gestión de la crisis en contra de la práctica y de los usos diplomáticos". Ha mencionado una llamada del golpista Pedro Carmona que Aznar atendió mientras el presidente Chávez estaba detenido y el hecho de que Aznar diese instrucciones al embajador español en caracas para que se entrevistase con el nuevo presidente provisional de Venezuela, el citado golpista Carmona. Finalmente, ha denunciado la "ambigüedad" del Gobierno de Aznar.
Las explicaciones de Moratinos han dejado satisfechos a todos los grupos parlamentarios, menos al PP. Así, su portavoz de Exteriores, Gustavo de Arístegui, considera insuficientes las disculpas de Moratinos, al que acusa de "persistir en la calumnia"-dado que no rectifica-, por lo que ha anunciado que el PP ya no le reconoce como "interlocutor" válido por haber perdido su "legitimidad moral" para sentarse a negociar un pacto de Estado sobre política exterior. Los populares se niegan a "pasar página", como ha pedido el Gobierno, y seguirán pidiendo la dimisión del ministro: "El problema no es la televisión ni la duración del programa, el problema es usted", ha sentenciado.
¡Qué ejemplo!
No ha tardado mucho el PP en poner en práctica su amenaza. En la sesión de control al Gobierno, el líder del PP, Mariano Rajoy, ha pedido al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el "cese" del ministro Moratinos por su "comportamiento insólito en democracia" y porque sus "rectificaciones de hoy son tan vagas como tardías". "Se ha calumniado al Gobierno de España" ha dicho Rajoy, refiriéndose a un ministro que "faltó a la verdad", que es "imprudente, actúa a impulsos, tiene calentones dialécticos a menudo, y sólo se preocupa de cambiar la política exterior anterior". Por todo ello, concluye, "debe ser cesado".
En su respuesta, Zapatero ha defendido a su ministro y le ha calificado de "ejemplo" por disculparse pese a tener "argumentos y razones", en contraste con la "con la gente que, sin tener razón, quiere imponerse siempre", en referencia al ex presidente Aznar. Zapatero ha dicho que Moratinos ha ofrecido hoy información exhaustiva, con datos, con hechos y con documentación" y ha pedido disculpas, lo que ha satisfecho a siete de los ocho grupos parlamentarios. "¡Qué ejemplo y qué contraste!", ha dicho Zapatero, comparando la actitud de su ministro con gente que, "sin tener razón, sin tener ninguna razón, quiere imponerse siempre, y no me refiero a usted, señor Rajoy".
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