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LA INVESTIGACIÓN DEL 11-M

Los mandos de la Guardia Civil de Asturias niegan que se ocultaran pruebas sobre el 11-M

Bolinaga dice que guardó la cinta de 'Lavandero' porque no tenía "valor judicial ni policial"

Los antiguos mandos de la Guardia Civil en Asturias y sus sustitutos, que hoy han declarado ante la comisión del 11-M, consideran que los agentes que investigaron la trama de los explosivos hicieron lo que pudieron y que nunca ha habido intención de ocultar pruebas a la justicia. El actual responsable del Instituto Armado en la región, José Antonio Búrdalo, ha hablado de "negligencia sin intencionalidad", mientras que su predecesor ha dicho que se investigó "allí donde se tenía información" y ha descartado la ocultación de pruebas. Por su parte, el ex responsable de la institución en Gijón ha dicho que no envió al juez una cinta sobre la trama porque no tenía "valor judicial ni policial".

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El teniente coronel José Antonio Rodríguez Bolinaga, destituido como jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Gijón por ocultar durante un mes la cinta, ha dicho que la archivó en una caja fuerte porque, tras analizarla, no la consideró "un asunto de terrorismo". Es más, considera Bolinaga que la cinta "no tiene valor policial ni judicial" y por ello no la puso en conocimiento del juez. La grabación recoge una conversación entre el confidente Francisco Javier Lavandera Villalón, alias Lavandero, y el agente Jesús Campillo, en la que Lavandero revela que Antonio Toro, uno de los implicados en los atentados del 11-M, le había confesado que traficaba con explosivos y que buscaba a alguien que supiera montar bombas con teléfonos móviles. Tras analizar la cinta y el informe que la acompañaba, Bolinaga decidió dar traslado del asunto a la policía judicial y no al servicio de información, añadiendo además que Lavandero también era confidente de la Policía Nacional y por ello entiende "que toda esa información ya la tiene la Policía".

Por su parte, el ex jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Asturias, Pedro Laguna, que ha comparecido por segunda vez, ha asegurado que él no tuvo ningún conocimiento de la cinta, de cuya existencia se enteró por la prensa el pasado día 11. En todo caso, ha destacado que "no se ocultaron informes, ni cintas" y que se actuó "allí donde se tenía información". Pese a reconocer que él no tenía "ni idea de la cinta", sí ha destacado que "no se ha ocultado ninguna información, ni se ha mentido, ni hay ánimo sino de aclarar las cosas y hacerle fácil su trabajo a esta comisión".

En cuanto al hecho de que Bolinaga guardase la cinta, se ha limitado a calificarle de "gran profesional" y ha asegurado que no ocultó la cinta, sino que "la guardó, y si ha sido un error lo asume". También se ha referido a otras investigaciones sobre la trama asturiana que no dieron fruto. Así, en referencia a otra confidencia de 2003 que apuntaba a que José Emilio Suárez Trashorras y Antonio Toro ocultaban explosivos, ha dicho "se hizo lo que se pudo". Resumiendo, ha dicho que "lo que ha habido aquí es un par de señores que han robado en una mina que conocían", por lo que ha abogado por mejorar la legislación para controlar los polvorines y destinar más personal porque es "insuficiente".

Finalmente, el actual jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Asturias, Luis Antonio Búrdalo, ha ofrecido a la comisión sus propias conclusiones sobre la trama asturiana de los explosivos. A raíz de los dos informaciones abiertas a raíz de la aparición de la cinta de Lavandero, Búrdalo entiende que no hubo "intencionalidad de ocultar pruebas a la autoridad judicial", aunque "de hecho se ocultaron pruebas". No obstante, señala que esta situación obedeció sobre todo "a conductas poco ortodoxas, y en algunos casos negligentes, en cuanto a las normas de custodia de pruebas o de comunicación de hechos de relevancia jurídica".

Defensa frente a mentes enfermizas

Pedro Laguna ha terminado su declaración con la lectura de un texto en el que ha salido al paso de informaciones publicadas en algunos periódicos. "Los mandos de la Guardia Civil de Asturias, ni la Guardia Civil, no han formado parte de una corrupción de trapicheo de drogas, prostitutas, tráfico de coches y explosivos, y es prueba que el Gobierno anterior ha condecorado a su representante por su lucha contra la delincuencia", ha leído. "Sin capacidad de defensa, se están extendiendo estas insidias, sin prueba alguna, en algunos medios de comunicación. Barbaridades que nadie en su sano juicio pueden defender salvo mentes enfermizas", ha concluido, visiblemente emocionado.

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