Condenado a seis años de internamiento el menor que transportó parte de los explosivos el 11-M
'El Gitanillo' acepta la condena después de que la fiscal rebajara de ocho a seis años su petición de pena
El juez central de Menores de la Audiencia Nacional, José María Vázquez Honrubia, ha condenado esta tarde a seis años de internamiento en régimen cerrado y cinco más de libertad vigilada a G.M.V., alias El Gitanillo, el menor acusado de transportar parte de los explosivos utilizados el 11-M, después de que éste admitiera los hechos y aceptara la pena. Se trata del primer juicio por hechos relacionados con los atentados terroristas del 11 de marzo en Madrid que se celebra en la Audiencia Nacional. La sentencia íntegra se conocerá en los próximos días.
Al inicio del juicio, para el que estaban previstas tres vistas, la fiscal Blanca Rodríguez ha decidido rebajar de ocho a seis años su petición de condena por el delito de colaboración con banda armada para evitar que el acusado tenga que ingresar en un centro penitenciario ordinario en un futuro, tal y como había recomendado momentos antes el equipo técnico del centro de menores Los Rosales (Madrid), en el que se encuentra recluido desde su detención, el 15 de junio. Según la Ley del Menor, cuando los menores condenados a internamiento alcanzan los 23 años, deben terminar de cumplir su pena en una cárcel ordinaria. Dado que El Gitanillo, también conocido como Gabi, El Guaje o Bambi, tiene 16 años, de haber sido condenado a los ocho años -el máximo correspondiente al delito-, los dos últimos años tendría que haber ingresado en una cárcel de adultos.
El objetivo prioritario de la Ley de Responsabilidad Penal del Menor es la rehabilitación y, por ello, al comienzo de la vista, que ha durado 20 minutos, la fiscal ha pedido que declararan en primer lugar los responsables del equipo técnico de Los Rosales. La directora del centro ha asegurado que desde su ingreso, G.M.V. ha hecho "ciertos progresos", lo que indica que necesita continuar separado del ambiente social y familiar que le ha rodeado porque se ha comprobado que "no ha sido favorable para su desarrollo". Además, ha destacado que las características psicológicas que presenta llevan a concluir que tampoco favorecería su rehabilitación el ingreso en un centro de adultos. A los seis años de internamiento a los que ha sido condenado, además de a los cinco años de libertad vigilada y seis años de inhabilitación absoluta, deben restarse los cinco meses que ha estado interno de forma preventiva tras su detención.
Un casi imperceptible "sí"
La medida será además revisada cuando haya cumplido la mitad de la condena y en ese momento se valorara su conducta y su evolución. Después de que la fiscal anunciara que modificaba su petición inicial en atención a la valoración del equipo técnico, el juez ha preguntado al menor si estaba conforme con esta pena y si admitía los hechos que se le imputan. El Gitanillo, quien ha comparecido en la vista junto a su madre -su padre está en prisión- ocultos ambos tras un biombo para salvaguardar su identidad y evitar así ser vistos por el público, entre el que se encontraban víctimas del 11-M como una madre que perdió a su hijo, ha respondido al juez con un casi imperceptible "sí". Su abogado defensor ha manifestado entonces su conformidad con que en ese mismo momento se diera por terminado el juicio, en el que estaba previsto que mañana compareciera como testigo el ex minero asturiano José Emilio Suárez Trashorras, en prisión como presunto responsable de la trama de los explosivos del 11-M.
Fuentes jurídicas han señalado que la decisión del menor, lo que ha supuesto su condena en firme, perjudica a Suárez Trashorras, ya que, según las alegaciones del Ministerio Público, él mismo declaró en su día que el pasado enero "tuvo conocimiento de que Trahorras estaba robando explosivos y facilitándoselos a personas de raza árabe". Precisamente, el juicio a "Gabi" ha coincidido con una nueva toma de declaración a Trashorras por parte de Juan del Olmo, instructor del sumario del 11-M, a raíz de la aparición en el cuartel de la Guardia Civil de Cancienes (Asturias) de una grabación que supuestamente revela nuevos datos en torno a la implicación de éste y su cuñado Antonio Toro en el robo y tráfico de explosivos. En la declaración que prestó ante el juez de menores el pasado 16 de junio, Gabi relató que, a principios de febrero de este año, Trashorras le propuso viajar de Asturias a Madrid en un autocar de línea y transportar una bolsa de deportes que contenía entre 15 y 20 kilogramos de dinamita.
El Gitanillo añadió que cogió el autobús en Oviedo y que cuando llegó a la estación de Méndez Alvaro, llamó a un móvil que le había dado el ex minero y habló con "un moro" -Jamal Ahmidam, El Chino, que en abril se suicidó junto a otros seis terroristas en Leganés- que se desplazó hasta allí y recogió la bolsa. El menor aseguró que otras dos personas -Sergio Álvarez y Antonio Iván Reiss Palacios, detenidos días y que quedaron en libertad después de declarar- habían realizado viajes similares antes. También se mostró seguro de que los explosivos habían sido sustraídos de la Mina Conchita por el ex minero, y afirmó que, cuando El Chino acudió a Asturias a recoger la Goma 2, Trashorras le dijo: "No os olvidéis de coger las puntas y los tornillos". Sin embargo, las muestras de metralla recogidas en junio por la Guardia Civil en la mina no coinciden con la empleada en los atentados.
El juez deja en libertad al último imputado
El juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo ha dejado esta noche en libertad a Ricardo Gutiérrez Sepúlveda, Richard, el último imputado por su supuesta vinculación con los atentados del 11 de marzo, según fuentes jurídicas. Gutiérrez, a quien se imputa por colaboración con organización terrorista y tráfico de estupefacientes, deberá comparecer semanalmente en el juzgado más próximo a su domicilio.
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