De la Vega alerta de que votar contra la Carta Europea sería un "parón" para la UE
La vicepresidenta del Gobierno afirma que la Constitución española se verá reforzada por la Europea
La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ha advertido hoy de que "el voto de protesta" en el referéndum sobre la Constitución de la UE, o la "abstención fiada en la confianza" de que está asegurado el proceso de construcción de Europa,"tiene un precio elevado". Ese precio podría concretarse en un "parón" en la construcción europea, lo que sería "un fracaso colectivo".
En la clausura de unas jornadas sobre la construcción europea organizadas por el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Fernández de la Vega ha señalado que el Tratado europeo devuelve a España la condición de "motor europeísta" y lo ha calificado como "un buen compromiso, un texto con una firme vocación constitucional y un paso adelante en el proceso europeo".
En referencia a su acoplamiento con la Constitución española, ha asegurado que el contenido de la Carta Europea la "refuerza" porque "acoge los mismos valores" de libertad, igualdad, justicia y pluralismo, "refuerza la protección sobre las diversidades regionales o lingüísticas", así como el modelo social. En todo caso, no ha querido referirse a la articulación del "principio de primacía" del derecho comunitario sobre el nacional y ha recordado que el Gobierno acordó ayer elevar una consulta al Tribunal Constitucional sobre si es preciso reformar la Carta Magna para adaptarla al nuevo Tratado de la UE.
Sin embargo, ha insistido en que "cualquier" reforma constitucional debe ser el resultado de "máximo consenso" entre las fuerzas parlamentarias aunque, en este caso, se trate de una reforma "precisa, limitada, concreta y en una materia que solamente confirma un proceso iniciado con nuestra adhesión a las Comunidades" europeas. En este sentido, ha reiterado la voluntad del Gobierno de extender ese consenso una vez conocido el dictamen del Tribunal Constitucional.
En cuanto a la campaña que prepara el Gobierno de cara al referéndum para la aprobación de la Constitución europea en España, Fernández de la Vega ha explicado que España ha tenido "poca cultura" de política exterior, algo que ha criticado porque debe ser considerada más que como una política de Estado, como "de ciudadanos" porque se trata de un "deber democrático, y porque no hacerlo genera desafección, falta de compromiso y frustración". Por ello, ha apostado por una mayor participación de los ciudadanos en el proceso de construcción europea, porque "ser europeo no es un estado beatífico", sino que significa "tomar parte en un proceso muy dinámico, que se desarrolla y crece", pero que también "puede estancarse".
"Si los europeos de ayer hubiera sido sólo realistas, nada de lo que constituye la Europa de mañana existiría", ha dicho. De ahí la necesidad de alcanzar "un compromiso unánime" en torno a la Constitución Europea, con la que "ganan los valores de la política, la laicidad y la colaboración". "Europa, al contrario que el siglo XVII, no se define por la oposición entre estados, alianzas dinásticas, estratégicas o religiosas, sino por la integración en torno a un ideal, un interés común que va más allá de un mercado y la práctica compartida de valores políticos", que hacen de la UE "un factor de estabilidad" en el mundo, por su "decidida asunción de la defensa" de la legalidad internacional y sus "valores" del multilateralismo, la cooperación y la expansión de la democracia.
Sin embargo, entiende la vicepresidenta que Europa "no será el espacio de libertad, paz, progreso y justicia social" al que aspiran sus ciudadanos si éstos "no se implican" en su construcción.
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