La policía halla dos misiles tierra-aire en sendos 'zulos' de ETA en Francia
Se trata de misiles portátiles de fabricación rusa en perfecto estado y listos para ser utilizados
La policía ha encontrado dos misiles tierra-aire en sendos zulos de ETA en Urrugne y Briscous (suroeste francés), según ha confirmado Interior. Se trata de misiles portátiles de fabricación rusa que ETA habría adquirido en los últimos cinco años y destinados al derribo de helicópteros o de aviones que vuelan a baja altura. Ambos proyectiles se encontraban en perfecto estado y listos para su utilización.
Mientras, Mikel Albisu, Mikel Antza, el número uno de ETA y su compañera, Soledad Iparraguirre, Anboto, han sido trasladados hoy a París desde la localidad vascofrancesa de Biarritz, desde donde han tomado un vuelo regular a la capital francesa. Otras 11 de las 17 personas detenidas en la operación serán trasladadas a París para declarar ante los jueces antiterroristas.
Según las leyes francesas, los detenidos deben estar presentes en los registros, por lo que hasta esta tarde no han podido viajar a París. Esta mañana, los registros que siguen a la operación desarrollada el domingo, han deparado nuevas sorpresas, como el hallazgo de dos misiles tierra-aire en uno de los zulos. Los dos misiles son de origen y fabricación rusos y se encontraban en el interior de sendas cajas, en perfecto estado y listos para ser utilizados, según un comunicado difundido hoy por Interior, que señala que todo el material encontrado hasta el momento lo ha venido acumulando ETA durante los últimos cinco años. La policía francesa, añade la nota, estima que la banda ha invertido en este tiempo la mayor parte de sus fondos en la adquisición de dicho material en el mercado negro.
Traficantes irlandeses vendieron a ETA hace cuatro o cinco años los dos misiles, que son del modelo Sam-7 Strela, según fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por Vasco Press. El Sam-7 Strela (que significa flecha) es el séptimo modelo de misiles tierra-aire producidos por Rusia y antes por la extinta Unión Soviética. Se trata de misiles idóneos para disparar contra aviones o helicópteros, siendo especialmente vulnerables los aparatos que vuelan a baja altura.
Estas armas, de escaso tamaño (1,4 metros de largo y 75 milímetros de diámetro) y peso (2,95 kilogramos), permiten su manejo por una sola persona, que lo puede disparar cargándolo sobre el hombro. Pueden ascender hasta los 4.500 metros de altura y se guían por infrarrojos, lo que supone que en el intento de derribar un avión o helicóptero el proyectil se dirige directamente a la zona de calor de los motores.
Como los misiles de Sokoa
Al igual que ETA, el Ejército Republicano Irlandés ha tenido en sus arsenales misiles Sam-7 procedentes de compras realizadas en Libia y Líbano. En octubre de 1987, la Marina francesa interceptó en aguas del Golfo de Vizcaya el buque Eksun II que transportaba un gran cargamento de armas para el IRA, entre las que había veinte misiles Sam-7.
Las fuerzas de seguridad españolas tenían conocimiento desde finales del año 2001 de que ETA tenía en su poder este tipo de proyectiles, por lo que se dieron avisos de alerta en previsión de que pudieran ser utilizados contra aviones o helicópteros.
ETA dispuso de dos misiles Sam-7 Strela en 1986, después de que los comprara a unos traficantes que operaban controlados por los servicios de seguridad españoles y que permitieron la redada en los sótanos de la empresa Sokoa, en Hendaya, el 5 de noviembre de aquel año.
El vasto operativo policial puesto en marcha el pasado domingo y que ha permitido descabezar la cúpula de ETA continúa buscando zulos escondidos que pudieran disponer de sistemas hidráulicos de apertura y que hasta el momento habrían pasado desapercibidos, según Interior, que afirma que la policía espera encontrar más material y documentación en los próximos días.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.