Una manifestación recorre Santander en demanda de una investigación del accidente del Yak-42
Defensa se equivoca en la distribución de los objetos personales de los familiares
Cuando se cumplen cinco meses del accidente del Yakovlev 42 en Trebisonda (Turquía), la familia del cabo David García Díaz, uno de los 62 militares fallecidos, ha convocado una manifestación para rendir un homenaje a las víctimas y exigir "de una vez por todas" una investigación a fondo de lo sucedido, que a estas horas de desarolla en Santander. Mientras tanto, el diario El Mundo publica hoy que el Ministerio de Defensa se equivocó en el reparto de los efectos personales a las familias, a las que ocultó su error.
La manifestación, a la que han acudido unas 150 personas, ha partido a las 13.00 horas de la plaza del Ayuntamiento de Santander para culminar ante la sede del Gobierno de Cantabria. Noelia, la mayor de los cuatro hermanos que constituían la familia García Díaz antes de que David, de 22 años, perdiera la vida cuando regresaba a España desde Afganistán, se ha sumado al coro de denuncias contra las autoridades españolas: "Cinco meses después, no ha habido ningún tipo de explicación ni de tacto o delicadeza a la hora de hacer llegar toda la documentación que tenía que hacer llegar a las familias".
Noelia García critica que el Gobierno no sólo no ha aclarado los detalles del accidente para aliviar el dolor de los familiares, sino que "ha incrementado la pena y la desorientación" a la hora de buscar información. "Nos han puesto una mordaza", sentencia Noelia. Con todo, la gota que ha colmado el vaso ha sido el reciente descubrimiento, en la zona del siniestro, de objetos pertenecientes a las víctimas, objetos que todavía están sin recoger en el lugar, entre ellas, varias placas de identificación.
Nuevas revelaciones del caso
Sucedió en el viaje que algunos familiares realizaron hace unos días al lugar del accidente, como parte de una expedición organizada por el club del Villarreal, "y al ir a arrojar unas rosas, vieron en el suelo cosas de los chicos, como las placas que llevaban colgadas en el cuello". Noelia asegura, tras el accidente, preguntó por estas identificaciones y le dijeron que "estarían grapadas al pecho". La hermana del cabo David afirma que las familias tienen "serias dudas" de que lo que nos han entregado sea algo que tenga que ver con los cuerpos de nuestra gente". "Las chapas priman en la identificación, porque no hay pruebas de ADN, ni contraste con piezas bucales y además no me dejaron ver el cuerpo, al que no hicieron autopsia", dice Noelia, quien asegura que "esto ya empieza a oler mal a kilómetros".
En este sentido, El Mundo publica hoy que el Ministerio de Defensa cometió errores de asignación en el reparto de los relojes y efectos personales a las familias. Según se desprende de una nota interna del Ministerio de
Defensa, el departamento que dirige Federico Trillo decidió ocultar la existencia de estos objetos personales a las familias para no tener que reconocer el error cometido en su distribución. Todo comenzó en julio, cuando Defensa invitó a familiares de los militares a reconocer unos objetos en la base de Getafe (Madrid). Teresa, la viuda del brigada Juan Carlos Jiménez Sánchez, identificó el reloj Casio de su marido, que figuraba en el catálogo con el número 19. A su vez, la viuda del capitán Ignacio González Castilla hizo lo propio con otro modelo de la misma marca que aparecía con el número 22.
Mientras, Soledad Rivera, viuda de Manuel Gómez Ginerés, reconoció por fotografía un modelo que, según los encargados del reparto, había sido entregado equivocadamente a la viuda de González Castilla. En lugar de reconocer el error y pedirle su devolución, se procedió a retener el reloj solicitado por Teresa, que aún no le ha sido entregado. Para justificarlo, el ministerio explicó a Teresa que no podía entregar el reloj, pues había sido identificado por otra familia. Sin embargo, la viuda de Jiménez encontró la factura del reloj y una fotografía de su marido con Manuel Gómez Ginerés en la que se ve que sus relojes eran distintos. En septiembre, Defensa decidió dar el reloj a Teresa y se planteó qué hacer con Soledad. Según la nota interna, los encargados optaron por no descubrir el error y obligar a Soledad a devolverlo, alegando que no habían encontrado el auténtico reloj de su marido.
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