Aznar: "No hay espacio para la neutralidad, la indiferencia o la equidistancia"

El presidente del Gobierno, José María Aznar, se ha reunido desde las 9.30 horas con el gabinete de crisis para analizar el inicio del ataque a Irak. A mediodía, el presidente ha realizado con semblante serio una declaración institucional plagada de referencias al cumplimiento de la legalidad internacional y en la que ha explicado la postura española y la participación de las tropas, al tiempo que ha llamado a la oposición a "reflexionar" para lograr un consenso.

Durante su breve discurso, Aznar ha culpado al régimen de Irak del desencadenamiento de la guerra, ya que el presidente iraquí, Sadam Husein, "ha consumado su desafío" a la comunidad internacional al desaprovechar su "última oportunidad para el desarme", después de 12 años de exigencias de la ONU y, sobre todo, pasados "casi cinco meses" de la resolución 1.441 y finalizado el ultimátum de 48 horas para que se desarmara o abandonara el país.

Ante esta situación, el presidente ha reiterado el apoyo de su Gobierno a la guerra contra Irak, cuyo fin es "el restablecimiento de la legalidad internacional", que ha relacionado con la "solidaridad" de España "a la lucha contra el terrorismo y las armas de destrucción masiva y los estados que no respetan la legalidad". Para Aznar, éstas son "amenazas reales que afectan a todos" y ante las que no hay espacio ni "para la neutralidad, ni para la indiferencia ni para equidistancia".

"Por la paz y la seguridad"

Por esta razón, el Gobierno se ha sumado "a un amplio grupo de países" que luchan "por restablecer la paz y la seguridad" en las relaciones entre estados. "La alternativa a este orden creíble es la impunidad y la quiebra de la legalidad internacional", ha añadido el presidente, para añadir que "había posiciones más cómodas", pero que ha optado por asumir su "responsabilidad". También ha tenido palabras de aliento, "respaldo y confianza" para los miembros de las Fuerzas Armadas "que inician una misión honrosa e importante de apoyo humanitario" a los desplazados por el conflicto.

En este punto, ha prometido a la sociedad española que "las acciones militares serán congruentes y proporcionadas" con el fin de la guerra, que es el desarme de Irak. El presidente ha indicado que no es el pueblo iraquí, sino Sadam, quien ha perdido su última oportunidad, a los que ha señalado que es el momento de "reintegrarse en la comunidad internacional, manteniendo su unidad y sus recursos naturales. En la vía de las oportunidades, Aznar ha opinado que también se abren para el conflicto entre israelíes y palestinos, al que el Gobierno dedicará sus "esfuerzos".

Sobre la postura del resto de los partidos en contra de la guerra, ha señalado que "no pretende que nadie renuncie a sus posiciones", pero sí pide "a todos que se deje un espacio para la aproximación y el acuerdo de futuro". El presidente, que ha estado siguiendo toda la esta madrugada la primera ofensiva estadounidense, habló ayer por la tarde con sus aliados George W. Bush y Tony Blair. Después, se puso en contacto telefónico con el rey y con el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, sobre las 23.00 horas, para informarles del inminente ataque. Sin embargo, ha dejado en manos del vicepresidente Mariano Rajoy la labor de informar al resto de los grupos a lo largo de esta mañana.