La empresa que prometió trabajo a Roldán retira su oferta

Luis Roldán, ex director general de la Guardia Civil, no tendrá trabajo si sale de prisión en cumplimiento de la decisión del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Valladolid, que el pasado lunes le condeció la el tercer grado penitenciario, lo que le permite salir de prisión por las mañanas y volver a dormir. Roldán, que continúa en la cárcel de Brieva (Ávila), donde ha pasado ocho de los 31 años de condena por apropiación indebida, recibió la promesa de trabajo de la empresa Palumi S.A., que ahora ha retirado su oferta.

En un comunicado, Palumi comunica la decisión de su consejo de administración de "no contratar a Luis Roldán para la realización de cualquier trabajo en la empresa ni en ninguna otra empresa que tenga vinculación con la misma ni con alguno de sus consejeros". En la misma nota precisan que informarán a los abogados de Roldán del acuerdo alcanzado.

Luis Roldán iba a ser contratado como "comercial de espectáculos musicales", según ha confirmado el empresario aragonés, Arturo Beltrán, propietario de esta empresa, que entre otros negocios tiene por 75 años la concesión de la plaza de toros de Vista Alegre.

El empresario Arturo Beltrán comentó ayer que le había contratado para hacer un favor a un amigo, al que según dijo conoce desde Pamplona, donde fue delegado del Gobierno antes de ser director general de la Guardia Civil.

Los recursos contra la concesión del tercer grado

Tras conocer la noticia, el director general de Instituciones Penitenciarias, Angel Yuste, ha aconsejado que, al estudiar el recurso de reforma presentado por el fiscal contra la concesión del tercer grado, el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Valladolid tenga en cuenta la decisión de la empresa Palumi de no contratar al ex director general de la Guardia Civil.

Yuste ha explicado, en los pasillos del Congreso de los Diputados, que desconoce si esta empresa, que había hecho una oferta de trabajo a Roldán, ha reconsiderado esta decisión, pero ha recordado que éste era uno de los elementos en los que se basó el juez para aprobar la aplicación del tercer grado.