Olarra Guridi, presunto responsable de nueve asesinatos

El dirigente de ETA Juan Antonio Olarra Guridi Oskargi está acusado de ser el actual jefe de los comandos de la organización terrorista, puesto en el que habría sustituido a Francisco Javier García Gaztelu, Txapote, tras la detención de éste el 22 de febrero del pasado año. Olarra está incluido en la lista de terroristas buscados por la Unión Europea y tienen numerosas reclamaciones judiciales de la Audiencia Nacional.

Nacido en San Sebastián el 11 de septiembre de 1967, Olarra Guridi ha formado parte de los comandos Donosti y Madrid antes de ocupar cargos de dirección en la estructura de ETA en Francia.

Olarra entró en ETA a finales de 1991 y en abril de 1992 intervino, presuntamente, en el asesinato de un policía nacional en Irún. A partir de ese momento pasó a la clandestinidad y se convirtió en miembro liberado, a sueldo, del comando Donosti. Olarra y ya fallecido Juan María Igerategi, Ijitu, fueron los encargados de reorganizar el Donosti tras la desarticulación de este grupo, en agosto de 1991, a raíz de los sucesos de Morlans en los que tres "liberados" resultaron muertos en un enfrentamiento con la Guardia Civil.

Antes de convertirse en liberado, a sueldo, Juan Antonio Olarra está acusado de intervenir en el asesinato del coronel Luis García y de dos guardias civiles, en el año 1991, en San Sebastián. También se le atribuye un atentado con coche bomba contra el cuartel de la Guardia Civil de Irún y otro con explosivos contra el cuartel de la localidad navarra de Los Arcos, que no causaron víctimas.

Durante los años 1992 y 1993 interviene en la reorganización del comando Donosti para lo que capta a Valentín Lasarte y adiestra a los miembros del comando Basati, entre otras actividades. En este periodo interviene, presuntamente, en el asesinato del industrial José Antonio Santamaría, el 19 de enero de 1993, y del funcionario de prisiones José Ramón Domínguez, tres días más tarde.

El 29 de marzo de 1994, Ijitu murió en Vitoria al estallarle la bomba que transportaba, por lo que Olarra Guridi regresó a Francia. Sin embargo, mes y medio más tarde fue enviado a la costa levantina para organizar un nuevo comando de ETA en la zona. Este intentó se frustró al descubrir la policía el piso utilizado por Olarra, Ainhoa Mujika y otro activista.

Miembro destacado del 'comando Madrid'

A finales de 1995, Olarra se incorporó al comando Madrid, junto con Ainhoa Mujika, Rufino Arriaga y Jon Bienzobas y otros activistas que fueron identificados un año más tarde cuando abandonaron de forma precipitada un piso franco que los etarras tenían en la calle Polibea al producirse la deflagración accidental de parte del explosivo que almacenaban.

Las huellas de estos dos miembros de ETA habían aparecido en otro piso situado en la calle Doctor Fleming, que fue localizado por la policía en noviembre de 1996. La vivienda fue alquilada por Ainhoa Mujika, utilizando documentación falsa, en octubre de 1995 y sirvió como piso franco del comando Madrid hasta el mes de abril del año siguiente. En esa fecha los etarras abandonaron la vivienda precipitadamente dejando en su interior armas y documentos que no fueron descubiertos por la policía hasta siete meses más tarde.

Olarra está procesado como autor del asesinato de Francisco Tomás y Valiente, ocurrido el 14 de febrero de 1996. También se sospecha que pudiera estar implicado en el asesinato del teniente coronel Jesús Cuesta Abril, el 8 de enero de 1997, y del magistrado del Tribunal Supremo Rafael Martínez Emperador, perpetrado el 11 de octubre de 1997.

A raíz del descubrimiento del piso franco que el comando Madrid tenía en la calle Polibea, Olarra y sus compañeros de comando huyeron a Francia. A partir de 1999 la policía francesa detectó su pista en varias ocasiones como colaborador de García Gaztelu, Txapote, al frente de los comandos de ETA. Cuando éste último fue detenido, Olarra ocupó su puesto auxiliado por Ainhoa Mujika.

Los integrantes de varios comandos desarticulados a lo largo de los últimos año han reconocido a Olarra como la persona que les daba las órdenes desde Francia. Es el caso de los comandos Aranba, desmantelado en Guipúzcoa, del Barcelona, del último comando Madrid o del Gaua.