Tres detenidos en el Alarde de Irún que intentaron impedir el desarrollo del desfile
El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco había prohibido la asistencia de la compañía mixta Oiasso a la marcha
La intervención de la Ertzaintza, que ha realizado una carga con sus porras para frenar a algunos de los partidarios de la participación de mujeres en el desfile, ha impedido a éstos incorporarse al Alarde en sucesivas intentonas que se produjeron antes y durante la "arrancada" del desfile en la plaza de Urdanibia.
Se han producido varios forcejeos entre los tradicionalistas y las personas que intentaban incorporarse. Parte del público que se encontraban observando la marcha profirió gritos de "Fuera, fuera", mientras las integrantes de la compañía mixta Oiasso replicaban con "Alardean emakumeak" ("Mujeres en el Alarde").
Los arrestos se han producido hacia las 8.50 de esta mañana cuando los detenidos, partidarios de la participación de la mujer como soldado en el desfile y no sólo como cantinera, han intentado interrumpirlo a su paso por la Plaza Urdanibia e, incluso, se han enfrentado a la Ertzaintza, que, por orden del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, no puede permitir la asistencia de la compañía mixta Oiasso a la marcha. Según el Departamento de Interior, dos de los tres detenidos tienen antecedentes por agredir a ertzainas.
Se trata de los varones I.C.D. e I.P.G. y de la mujer I.L.E., todos ellos de 25 años y vecinos de Irún, que ya han sido puestos en libertad. El primero fue detenido en 1995 por atentado contra agentes de la autoridad durante el desarrollo de las fiestas de Irún.
La mujer, que fue arrestada el 8 de septiembre de 1999 durante el desarrollo del Alarde de Hondarribia, también por atentado contra ertzainas, pertenece al colectivo Bidasoaldeko Emakumeak (Mujeres del Bidasoa), que junto a la "Plataforma por un solo Alarde", pidió el jueves al Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, tras hacerse pública la resolución que autorizaba el desfile tradicional, que adoptara medidas cautelares que permitiesen la participación de las escopeteras en el Alarde, pero el TSJPV rechazó la petición.
La decisión de las mujeres de no organizar el Alarde mixto, amparado por distintas sentencias judiciales, ha hecho que por primera vez desde 1998 sólo hayan recorrido las calles de Irún los defensores del desfile tradicional, que cuenta con la autorización de la Alcaldía y con el apoyo de la inmensa mayoría del pueblo para conmemorar la victoria de las tropas irunesas sobre los franceses en 1522.
La mayoría de los integrantes de los grupos que trataron de sumarse a esta marcha no llevaban el atuendo típico de la fiesta de San Marcial -pantalones y camisa blanca y pañuelo y txapela roja-, que sí vestían los componentes de la compañía mixta Oiasso, cuyos escarceos para lograr participar en el Alarde también resultaron fallidos.
Las tentativas de esta unidad, que se había situado en una zona alejada del lugar de la "arrancada", fueron sólo "simbólicas", según ha declarado una de sus integrantes.
Tras los sucesos iniciales, unos 8.000 hombres marcharon al son de tambores y pífanos por las calles de Irún entre los aplausos y entusiasmo de los partidarios del Alarde tradicional, apostados también con atuendos típicos de esta festividad de San Marcial durante todo el recorrido.
Resolver el conflicto
El alcalde, el socialista Alberto Buen, dijo al término del desfile que el "conflicto" que enfrenta a partidarios y detractores de las mujeres soldado hay resolverlo "sin prisas y con paciencia".
Tras reiterar que las fiestas hay que vivirlas "en armonía", ha lamentado lo ocurrido al comienzo del desfile y ha señalado que la mayoría del pueblo se había comportado de forma "muy cívica".
Mertxe Trantxe, del colectivo Bidasoaldeko Emakumeak, ha hecho un balance "positivo" de la actuación de los partidarios del Alarde mixto porque, en su opinión, "han podido intentar incorporarse y han visualizado la existencia de un conflicto que es preciso solucionar".
Ha criticado, además, la intervención de la Ertzaintza por "su diferencia de trato" con los defensores de las escopeteras. "Su comportamiento con el tradicional siempre ha sido de guante blanco. Si hubiera actuado igual con nosotros cuando tuvimos las resoluciones judiciales de nuestra parte, estaríamos en otro punto bien distinto", ha asegurado
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