Aznar y Zapatero eluden la confrontación abierta en su primer gran cara a cara
El presidente del Gobierno responde a Llamazares que no cesará a Piqué ni a ningún miembro del Gobierno
Las palabras de Zapatero y de Aznar en materia de terrorismo y justicia han dejado aparcada la confrontación. La firma de el Pacto contra el Terrorismo y por las libertades y el Pacto de la Justicia han moderado y acercado las posturas de los dos principales partidos del hemiciclo.
Aznar ha tendido la mano al Gobierno vasco surgido de las urnas tras el 13 de mayo, al que ha ofrecido una colaboración institucional plena en la lucha contra el terrorismo. Por su parte, Zapatero ha expresado su confianza en que el pacto contra el terrorismo viva hasta que acabe el terror y ha citado una frase de Borges, al recordar por qué firmó este acuerdo con el PP: "No nos une el amor, sino el espanto".
El presidente ha hecho hincapié en el apoyo de la PSOE y del resto de las formaciones políticas para llegar a un pacto sobre la reforma de la Justicia del pasado 31 de mayo. Aznar ha calificado el acuerdo como el punto de partida de una reforma "global y ambiciosa", dado que afecta a más de 10 leyes, e implicará un importante "esfuerzo presupuestario". El Pacto supone una mayor especialización de los jueces, el aumento de los mismos, que la Administración de la Justicia se encuentre a disposición de los ciudadanos también por las tardes y la agilización de los trámites.
La política de inmigración ha sido una de las materias donde más discrepancias han surgido entre ambos líderes. Para Zapatero, dicha política ha sido errática, ya que las realidad "ha obligado" al Ejecutivo a "rectificar una y otra vez". Zapatero cree que la nueva Ley de Extranjería es "papel mojado", por lo que ha reiterado su disposición al pacto en esta cuestión. También ha criticado las iniciativas gubernamentales, sobre todo la llamada operación Ecuador, que preveía pagar el viaje a Ecuador de miles de inmigrantes ilegales para que regularizaran su situación, asunto que el Gobierno ha tenido que rectificar.
Durante el turno de réplica, Aznar ha rechazado que el Gobierno no haya querido un acuerdo con el PSOE en materia de inmigración y a pedido a los socialistas que sean coherentes y no hagan demagogia, ya que "mientras un día decían que no iban a recurrir la Ley de Extranjería ante el Tribunal Constitucional, al siguiente obligaban a ello algunos dirigentes regionales". Además, el presidente del Gobierno ha dejado la puerta abierta para consensuar el Reglamento que desarrolla la Ley de Extranjería. Sin embargo, Aznar ha pedido "coherencia" en este asunto y ha solicitado al PSOE que abandone las posiciones demagógicas y que se atenga a los objetivos de la nueva ley y que ha resumido en "no dejar que las mafias ilegales se hagan con el control de los inmigrantes". Para Aznar, el fracaso en el diálogo sobre inmigración se debe más al PSOE que al Gobierno " al ser Zapatero el que ha cambiado de opinión en varias ocasiones".
En política territorial, Zapatero ha pedido una reforma del Senado en un plazo de seis meses para que sea útil en la vertebración del país y ha lamentado que Aznar no haya celebrado un debate sobre el estado de las autonomías en esa Cámara. Ante la petición del dirigente del PSOE de reformar la Cámara Alta, Aznar ha expresado su disposición al diálogo, pero ha recordado a Rodríguez Zapatero que sobre ese asunto hay propuestas contrarias planteadas en el seno del Senado por el grupo socialista y por los senadores socialistas catalanes. Sobre el Plan Hidrológico Nacional, el líder socialista ha lamentado que "no puede ser bueno para la vertebración de España si divide a los españoles de unas y otras comunidades".
La espinosa cuestión de la corrupción ha sido omitida deliberadamente por ambos, en un intento de no crispar el debate. Sólo Zapatero se ha referido al caso Piqué en el turno de réplica para pedir a Aznar que "resuelva la solución, no le voy a pedir más que eso". Según Zapatero es una situación que nos debe preocupar a todos por los importantes compromisos internacionales que España tiene con carácter inmediato. El presidente dle Gobierno ha evitado referirse a este asunto en su respuesta.
En materia económica, Aznar ha insistido en que España avanza hacia la convergencia real con los países de la Unión Europea y no puede mantenerse con rigor la afirmación de que no ha prosperado el bienestar de los ciudadanos españoles. A ello cree que contribuye el camino hacia el pleno empleo, momento en el que ha pedido al dirigente socialista que explique con qué aspectos de la última reforma laboral no está de acuerdo.
En su turno de réplica, Zapatero ha reconocido a Aznar el crecimiento económico y la aproximación a la media de la UE, pero ha insistido en que "en cohesión social no se ha avanzado absolutamente nada, ni en igualdad", y se ha apoyado en informes internacionales y en indicadores de renta para apoyar este argumento.
En cuanto a política exterior, Zapatero ha reprochado al presidente su falta de un proyecto para España, que está ahora más aislada que nunca en Europa y que no asume el liderazgo europeo hacia Hispanoamérica. Además, ha reprochado a Aznar su aceptación del escudo antimisiles de Bush, una idea "desfasada", sin consultar al Parlamento.
En su discurso de la mañana, Aznar ha mencionado el deterioro de las relaciones de España con Marruecos, que contempla como "entre iguales, privilegiadas y basadas en el respeto mutuo". Además, ha destacado la importancia de la relación con los países sudamericanos, y el buen momento que viven las que unen España con EE UU, que han dejado de ser sólo militares para ser también económicas y culturales, según el presidente.
En el plano cultural, Rodríguez Zapatero le ha vuelto a pedir a Aznar respuesta a sus propuestas, como la de celebrar el aniversario de la aparición de El Quijote. El secretario general del PSOE ha pedido una potenciación y acercamiento de lo hispano, para que en 2005, cuando se cumple el 400 aniversario de El Quijote, se consiga que el XXI sea el nuevo siglo de oro de la cultura española.
José María Aznar ha respondido con cierta ironía a las peticiones culturales de los socialistas y ha considerado un "reconocimiento" a la tarea de Gobierno que las preocupaciones del PSOE en esta materia pasen sólo por la celebración de El Quijote. De todas maneras, Aznar ha reiterado su disponibilidad para el diálogo en esta materia.
El 'caso Piqué'
El debate sobre el estado de la nación ha vivido bien avanzada la tarde su momento más tenso. Ha sido cuando el presidente del Gobierno ha aseverado que no cesará a ningún miembro de su Gobierno, en referencia a Josep Piqué. El líder de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, ha reclamado la dimisión de Piqué y de Matas por los casos Ercros y Formentera y Aznar le ha respondido que ningún miembro de su Gabinete está imputado, inculpado o procesado.
El jefe del Ejecutivo ha asegurado que Llamazares tiene la legitimidad de pedir las dimisiones que quiera, pero ha recordado que él es quien tiene actualmente la legitimidad de nombrar y cesar ministros y no piensa llevar a cabo ningún cese en su Gabinete. Para Aznar, es "excesivo atribuir a ministros en ejercicio del Gobierno acciones o situaciones que no se corresponden con la realidad".
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