Estudiantes de primaria llenan las calles de música
La escuela debe ofrecer una ventana desde la que mirar al mundo como una realidad que necesita ser transformada, organizar la tarea educativa para ampliar las posibilidades de cada estudiante y mejorar las condiciones de vida de su comunidad
- Alumna de cuarto de Primaria: “Es como una parte de mi vida y a mí me gusta mucho (…) llevo tocando el violín cuatro años”.
- Alumno de cuarto de Primaria: “Por la tarde hay veces que me llevo el violín y, como ayer, toqué el violín a mis padres y a mi hermano, porque la verdad es que me relaja mucho su sonido (…) llevo cuatro años tocando el violín”.
- Madre de alumna de cuarto y de alumno de primero de Primaria: “Mira, por un lado, yo opino que a los niños los quitan de las calles (…) yo veo que mi niño está adelantando mucho. Mi niña desde que tiene el violín está más tranquila. La ilusión que ella tiene para explicarnos lo que ha aprendido (...) están adelantando mucho mis niños de inteligencia y de todo. Y lo que más me gusta es la emoción que ellos tienen para explicárnoslo y que veamos cómo han aprendido”.
Nos encontramos en la barriada de La Plata, conocida en la ciudad de Sevilla como el barrio de Su Eminencia. La denominación le viene de la carretera que lo cruza, evocando la antigua hacienda de un cardenal residente en este lugar en el siglo XIX. El vecindario está conformado por personas trabajadoras que desean vivir con dignidad; inmigrantes de la década de los 50 que abandonan el campo con el avance de la mecanización.
Las altas cifras de paro, especialmente en jóvenes, de población sin estudios y de viviendas sin aseo, hace que se considere una de las zonas más vulnerables de la ciudad. Según el informe municipal de salud del 2017, el nivel socioeconómico del barrio de La Plata es el más bajo de la Sevilla. Un barrio que desde hace una década viene sufriendo continuos cortes del suministro eléctrico por el aumento de consumo y de enganches ilegales que no soporta un viejo, deteriorado e insuficientemente renovado tendido eléctrico.
El vecindario está preocupado por lo que considera un aumento de la delincuencia y denuncia, también, la escasez de zonas verdes, el excesivo ruido de tráfico y la falta de buenas comunicaciones. La multiculturalidad es un rasgo que se palpa en el trasiego de sus calles y comercios.
“Un día cualquiera por la mañana, en el Metrocentro. Acompañados por tres profesoras unos niños vuelven a su barrio [Su Eminencia] tras hacer una visita cultural al centro de la ciudad. El grupo parece unas minúsculas Naciones Unidas en las que se adivinan o se evidencian diversas procedencias centroeuropeas, latinoamericanas o asiáticas; eso sí, todos hablan un castellano andaluz que crea un efecto divertido cuando los rasgos son marcadamente extranjeros. ¿Extranjeros? No: sólo diversos, porque todos son sevillanos”, escribe Carlos Colón en un artículo de opinión en el Diario de Sevilla.
En el barrio de Su Eminencia se ubica el Colegio de Educación Infantil y Primaria Adriano del Valle, un centro público que desde el 2006 forma parte de la red de Comunidades de Aprendizaje, con el compromiso que esto supone de colaboración de la comunidad educativa en la construcción de una escuela justa y participativa.
El Colegio Adriano del Valle escolariza a 65 alumnos en educación infantil y 144 en primaria, de los cuales 56 disponen de violín y se muestran entusiasmados de aprender a arrancarle ese mágico sonido que encierra. En el curso 2016-17, Eva Marín Fatuarte, maestra especialista en Música y actual jefa de estudios, puso en marcha un proyecto de Aprendizaje-Servicio, denominado “Violines en el barrio de la Plata”, con el que ha llenado de música las calles del barrio.
En el centro entienden que su labor trasciende lo académico, que “la escuela debe ofrecer siempre una ventana desde la que mirar al mundo como una realidad que necesita ser transformada, mejorada. Una realidad que precisa de hombres y mujeres que pongan su esfuerzo, conocimiento y voluntad en conseguir sociedades, donde gane terreno la convivencia, la tolerancia y el respeto a todas las identidades culturales. Educar soñadores y soñadoras capaces de asumir estos retos, solventes para afrontarlos, es una de las tareas más hermosas que, como docentes, tenemos encomendadas”, anuncian en la web del centro.
“El compromiso del docente con la realidad sociocultural es vital en este tipo de proyectos, y su papel dinamizador de todos los sectores implicados (familias, entidades, alumnado…). El liderazgo docente debe estar encaminado a garantizar el éxito de cada estudiante junto a la mejora de las condiciones de vida del barrio”, afirma Eva Marín Fatuarte.
Teresa Muñoz Frías, orientadora del centro, añade: “Este proyecto supone para nuestro alumnado abrir una puerta a un mundo, hasta ahora inaccesible para ellos, y darles la oportunidad de alcanzar esa singularidad, la importancia y relevancia que necesitan en un barrio tan desfavorecido.”
“Profe, este año quiero aprender a tocar el violín”
Contemplar a la profe tocando el violín despierta la curiosidad y admiración de sus estudiantes. Fue el “club de exploradores”, un grupo de estudiantes de alto rendimiento académico quienes, junto a Eva Marín, decidieron iniciar esta andadura. En el curso 2016-17 eran ocho los aprendices, cinco niñas y tres niños.
Pasados unos días la maestra lleva a clase unos violines de tamaño adaptado (eran de sus hijos) y esto desató la ‘fiebre’ de aprender a tocar este instrumento. Corrió la voz y alumnado de todo el colegio, de diferentes edades, capacidades y orígenes nacionales, querían aprender. En el curso 2022-23, eran 56 los estudiantes de primaria que durante la jornada escolar lo estudian y practican. Cuentan con el apoyo de sus maestras tutoras y el compromiso de las familias de mantener la continuidad de la asistencia y cuidar el instrumento.
El compositor, director de orquesta y educador Leonard Bernstein en su obra The Joy of Music escribía en 1959: “La música es un lenguaje universal que todos pueden entender. Es un derecho de nacimiento de todos los niños, independientemente de su talento o condición social”.
Siguen teniendo una larga lista de espera, a expensas de conseguir más violines de segunda mano; dependen de las donaciones. De hecho, en alguna ocasión han recurrido a una plataforma virtual de crowdfunding. Teresa Muñoz, la orientadora, apoya con verdadera convicción el proyecto por los beneficios personales y de aprendizaje que observa en el alumnado. Fue ella quien organizó el crowdfunding el curso pasado. Ahora está preparando una rifa de camisetas del Betis y del Sevilla firmadas por los jugadores. En estos momentos aprovechan la publicación de este relato para pedir la colaboración de los lectores, contactando con el colegio. Necesitan más donaciones y financiación.
Para la formación de estos jóvenes violinistas utilizan varios momentos de la jornada escolar. En el recreo, grupos de aprendices se reúnen voluntariamente en un aula y se ayudan unos a otros, entrenándose y corrigiendo posiciones de manos y dedos y algunas técnicas. Cuentan siempre con la presencia y el seguimiento de Eva Marín. Una profesora le avisa: “Eva, los niños del violín vienen a por ti, que si no subes. No te puedes retrasar ni un segundo”.
Semanalmente, además, durante 30 minutos y por parejas, con el acuerdo de las maestras tutoras, salen de clase y trabajan con el violín. En algunos cursos han contado con la ayuda voluntaria de la violinista y pianista Clare Applewhite, colaboradora de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Y siempre que han dispuesto de financiación de algún un programa institucional (Programa Proeducar, Programa Impulsa I, Programa Impulsa II. Innovación, Impulsa III, Proyecto Aprendizaje-Servicio, Programa PROA+ “Transfórmate”, entre otros) han montado un taller, en el que ha colaborado la profesora Clare Applewhite.
Hay que añadir el tiempo semanal asignado en el horario a la Educación Musical, del Área de Educación Artística (2 módulos de 45 minutos), impartida, en esta ocasión, por otro maestro del centro especialista en Música: Dersus de Toledo, un entusiasta promotor del proyecto, que se incorporó el curso pasado al centro. Además de editar muchos de los vídeos divulgativos (algunos incorporados a este relato), ha creado un nuevo repertorio para los violines, que ahora tocan acompañados de flautas escolares y voces. En los dos últimos cursos ha organizado los pasacalles y conciertos por el barrio que han caracterizado este proyecto.
Llenando las calles de música
La vocación del proyecto es unir desarrollo personal y social. Crecer con el barrio. Las actividades dirigidas a la vecindad son una constante. La metodología de Aprendizaje-Servicio así lo contempla. Las actuaciones musicales en el barrio son, al tiempo, tareas finales de proyectos multidisciplinares del centro. Daremos fe de estas actuaciones aludiendo a algunas de ellas.
Visitas-concierto al Centro de Día Pizarro. Cada trimestre, los estudiantes violinistas tocan para unas treinta personas mayores, canciones populares de la infancia de la audiencia. Niños y abuelos que se han carteado previamente disfrutan conversando. La actividad tiene mucha difusión en la televisión local y en redes sociales.
Participación en las Jornadas Calle Cultura de Su Eminencia, organizadas por el Ayuntamiento de Sevilla. El joven equipo de violinistas ofrece un concierto y montan un punto de información con violines, departiendo con los vecinos sobre las características del instrumento. “El entusiasmo, tanto de las autoridades presentes como de los vecinos, se hizo patente a través de las felicitaciones explícitas, los comentarios entusiastas y el silencio absoluto que se hizo en la calle para acoger la música de nuestros pequeños grandes violinistas y al finalizar, un enorme y cálido aplauso emocionado” escribe Eva Marín Fatuarte.
Concierto didáctico por el día del Medioambiente. Se lleva a cabo en el centro. Asisten autoridades y representantes de instituciones como el adjunto al Defensor del Pueblo, el director de Ayuda en Acción en Sevilla y la delegada de LIPASAM en el Ayuntamiento de Sevilla, además de familias y alumnado.
Conciertos de clausura de curso. Al finalizar cada curso y para evaluar todo el recorrido de esfuerzo, ilusión y participación, celebran un concierto en el centro cívico al que invitan a toda la comunidad. Un éxito para su compromiso cultural con el barrio. Añadamos también los conciertos de Navidad, Día de la Paz y Día de Andalucía.
Marcha por las calles. El alumnado de Primaria del centro con violines, flautas y voces ofrecen un concierto con repertorio original por las calles del barrio, haciendo paradas en el edificio de infantil del centro y en el Colegio Público Emilio Prados.
Participación en la fiesta vecinal organizada por la plataforma “Yo lucho por mi barrio”, con el que seguir dando visualización al proyecto. Todo un éxito de participación.
Y otras muchas actuaciones como la de Música en las calles, en las plazas del Ayuntamiento de Sevilla y de la Virgen de los Reyes, etcétera.
El 15 de diciembre de 2023, por el proyecto Jóvenes Violinistas en La Plata, conceden al Colegio Público Adriano del Valle el Premio Aprendizaje-Servicio en Infantil y Primaria, apoyado por la Organización de Estados Iberoamericanos y convocado por la Red Española de Aprendizaje-Servicio, Educo y la Fundación Edebé, con la colaboración del Ministerio de Educación y Formación Profesional.
Un proyecto que entusiasma y transforma
“La población ha acogido con sorpresa, alegría y orgullo el interés y entusiasmo con el que el alumnado se ha implicado en esta nueva aventura. Siempre habían pensado que era un aprendizaje propio de otro tipo de barrio, que para ellos estaba vedada. La escuela se ha abanderado como agente de transformación y ofrece nuevas alternativas culturales y de ocio, en un lugar donde es especialmente necesario”, nos traslada Eva Marín Fatuarte.
Este relato trata de ir más allá de las anunciadas medidas coyunturales, plantea posibilidades de futuro. Quere alzar el vuelo y apostar por otras políticas educativas de más calado, impulsadas desde la utopía, siempre tan necesaria en el campo educativo.
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