Bioplásticos con pulpa de naranja y tomate

Tarjetas de visita hechas con pulpa de tomate, expositores de fibra vegetal o cartas de restaurante elaboradas con residuo de naranja. Son parte del escaparate de producto de Agro Biomaterials. El proyecto de bioplásticos 100% compostables, biodegradables y con hasta un 60% menos de emisiones en su fabricación, que abanderan los diseñadores y biomakers Berta Daina y Arnau Serra nació, “literalmente” —cuenta Daina—, en la cocina de su casa de Escaldes Engordany (Andorra) en plena covid. “Agro Biomaterials es fruto de la casualidad. Fue mi trabajo final de grado; al estar confinados tuve que hacer algo sin salir de casa, vi los residuos que generaba y me encerré en la cocina a hacer recetas para elaborar bioplásticos, y, a golpe de prueba y error, di con la fórmula”, explica Daina, al frente también, junto a Serra, de Mersi Studio de diseño gráfico, que comparte “los mismos valores que Agro”.

Los ingredientes corporativos son sencillos y naturales: residuos orgánicos, como piel de frutas, mezclados con agua, glicerina vegetal, vinagre blanco y fécula de maíz. “Es más complicado hacer un pastel”, reconoce, entre risas. La empresa tiene su sede en el pueblo natal y de residencia de sus impulsores. “Emprender aquí nos permite un ritmo más cercano a nuestra filosofía de vida y de trabajo. Además, Andorra tiene una riqueza natural y un enfoque en la sostenibilidad que encaja con el proyecto”, explica Daina.

Arrancó con 1.500 euros de un premio que ganó al inicio del proyecto y que “aunque puedan parecer modesto, me ayudó a invertir en I+D y perfeccionar la fórmula”. Los ahorros personales hicieron el resto. Cuatro años después, Agro Biomaterials factura 80.000 euros anuales a través de una red estable de 45 clientes concentrada en España y Dubái, que se ramifica también a Francia, Países Bajos, Italia y el Reino Unido. “La sostenibilidad es un tema global; estamos contentos de colaborar con quienes comparten nuestra visión de reducir el impacto ambiental”, dicen.

Sus clientes están en la restauración, el embalaje ecológico, la arquitectura, papelería y envases. Se unen los ingresos adicionales por los talleres que imparten los tres integrantes del equipo para enseñar la receta del bioplástico. “La gente alucina cuando le dices que lo que tiene en la mano es cebolla; su primera reacción es olerlo y luego preguntar si se puede comer”, sonríe Berta.

La restauración es su gran nicho. Es aquí donde se crea, dicen, una economía circular gracias a la sinergia entre los residuos generados por los restaurantes “y nuestra capacidad de transformarlos en bioplástico y devolverles utilidad”. Han creado las cartas para el restaurante barcelonés Disfrutar a partir de su residuo orgánico o las diseñadas para Cervezas Alhambra. También los envases biodagradables personalizados para los productos de cacao repostero Iván Pascual. El sello Agro figura también en las instalaciones efímeras para Dubai Design Week en 2022, realizadas con bioplástico de naranja, o en la colaboración con la agencia Creative Dialogue, focalizada en Oriente Próximo, desarrollando piezas artísticas como Alwadiya: The Living Pots, una colección de jarrones que captura la sensación del oasis de Aiuia utilizando los residuos de dátiles, flores y cítricos. Agro Biomaterial es rentable y sus beneficios se reinvierten en investigación.