Yuly Galindo, la creadora de los ‘cultivos por internet’ que promueven el comercio justo en el agro
Esta psicóloga y su esposo fundaron la plataforma virtual SiembraCo que permite a empresas y particulares pagarles a cultivadores para que siembren y les vendan los productos que requieren. Ya 2.600 familias campesinas de Colombia y Guatemala reciben pagos justos por sus cosechas, capacitación y financiación sin intereses
A sus 30 años, la bogotana Yuly Galindo tenía una vida citadina común, como la de millones bogotanos. Levantarse, soportar los largos trancones, ir a la oficina, regresar a su casa en la tarde noche y, de vez en cuando, salir a divertirse. Con su esposo, Camilo Ramos, vivían felices, tenían trabajos relativamente estables y un capital ahorrado. Ella, psicóloga de la Universidad del Rosario con énfasis en psicología organizacional, trabajaba para una empresa de seguros de venta de intangibles. Él, por su parte, estaba en el sector financiero. Sin embargo, la pandemia les cambió la vida y los hizo retornar al campo, de donde eran sus padres.
En esos días de encierro obligatorio, Galindo veía en los noticieros a cientos de personas en los almacenes de cadena comprando de manera desesperada pacas de papel higiénico. Las imágenes iban acompañadas de los relatos de periodistas hablando del desabastecimiento de este artículo de primera necesidad. “¿Qué va a pasar cuando en las ciudades empiece a escasear la comida?”, pensaba.
Esa pregunta rondaba día y noche por su cabeza y por la de su esposo. En sus conversaciones, coincidían en que el problema de desabastecimiento no lo tendrían los campesinos, porque vivirían de lo que cultivan. Se les ocurrió entonces que una alternativa podría ser la “siembra virtual”, es decir, que las personas pudieran pagarles a través de la web a los agricultores para que estos les cultivaran y cosecharan los productos para su consumo. Sería prácticamente como tener un sembrado propio, sin necesidad de adquirir tierras, contratar empleados, comprar insumos o aprender sobre el campo.
Con pocos conocimientos agrícolas y sin saber nada de programación, en 2020 pusieron en marcha su emprendimiento, el portal SiembraCo. Sin embargo, un año después de su lanzamiento no tuvieron las ventas que proyectaron. El sueño al que le habían invertido todos sus ahorros estaba a punto de fracasar. Fue, entonces, cuando decidieron buscar asesoría.
En ese camino, participaron en un programa de aceleración de empresas, en el que un mentor les dio la clave para salvar su emprendimiento. “Su solución es muy interesante, pero le están apuntando al mercado equivocado –recuerda Galindo que les dijo el experto–. Pocos quieren sembrar un tomate que va a tardar semanas en llegarles, cuando pueden comprarlo en una tienda y tenerlo en minutos”. El mentor les sugirió enfocarse en otro nicho, como restaurantes o empresas procesadoras de alimentos a los que les interesara conocer el origen de los productos, tener trazabilidad o darles un valor agregado a sus clientes. Galindo y su esposo aceptaron el consejo y SiembraCo despegó.
En el modelo actual, los clientes contactan a SiembraCo y crean sus cultivos virtuales con las especificaciones del caso. Luego, estos son asignados a los agricultores vinculados a la plataforma para que conviertan ese requerimiento en un cultivo real. Galindo y su equipo controlan todo el proceso con el fin de garantizar la calidad. Aunque los principales clientes son empresas, SiembraCo sigue ofreciendo la posibilidad de que cualquier particular pueda tener su siembra virtual o pagar para que les cultiven alimentos que luego serán donados.
“Lo que hacemos no es una simple intermediación, como las que ya existen en la cadena del mercado de productos agrícolas y que, generalmente, lesionan la economía del cultivador –explica Galindo–. Agregamos valor a ambas partes de la cadena: por un lado, ayudamos al cliente a que conozca al cultivador que está sembrando sus productos y, por otro, brindamos un acompañamiento técnico durante todo el proceso al agricultor para que produzca de manera más eficiente y sostenible. Además, por supuesto, garantizamos un precio justo para ambas partes”.
En la actualidad, SiembraCo trabaja con alrededor de 2.600 familias campesinas de Colombia y Guatemala –país al que se ha expandido en los últimos años– que obtienen una buena remuneración por sus cosechas, acompañamiento técnico, financiación con cero por ciento de interés y conexiones comerciales. Por esta labor, la iniciativa fue galardonada en 2021 con el premio Social Skin, que concede el Grupo Bolívar Davivienda a emprendimientos con impacto social. También ganó el concurso Tech Innovator Colombia 2022, organizado por la consultora KPMG, que premia a las mejores startups del país.
“Lo bonito de nuestro trabajo es que hacemos un ejercicio ético, ya que no buscamos ahogar al campesino ni exprimirlo –asegura Galindo–. Nuestra apuesta pasa por revitalizar el campo y por darles un reconocimiento, que siempre se les ha negado, a los pequeños cultivadores que a diario nos dan de comer”.
*Apoyan Ecopetrol, Movistar, Fundación Corona, Indra, Bavaria y Colsubsidio.
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