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El hierro cae como si fuese plomo

La cotización del metal está contra las cuerdas. Las muestras de debilidad de la economía china, su mayor consumidor, y el exceso de oferta en el mercado son los dos principales lastres

Mineral de hierro amontonado en el puerto de Rizhao (China).
Mineral de hierro amontonado en el puerto de Rizhao (China).VCG (Getty Images)

Las tripas de China están llenas de materias primas. Su notable crecimiento en los últimos 30 años ha hecho que se convierta en una enorme aspiradora de algunos alimentos como la soja, el maíz y el trigo, así como de metales como el cobre, el níquel, el litio, el cobalto o tierras raras, fundamentales para las nuevas tecnologías. Entre todas estas mercancías, sin embargo, hay una que es la perla de la corona: el mineral de hierro (indispensable para hacer acero), que ha sido crucial en la construcción de viviendas urbanas, infraestructuras como carreteras, ferrocarriles, alcantarillado y sistemas de generación y distribución de electricidad. Hoy, ese país compra el 75% del mineral de hierro que circula por el mundo, entre 100 y 120 millones de toneladas mensuales, suficientes para construir unos 2.000 Empire State. Así que en épocas de auge, la demanda de este metal se dispara por la expansión en el sector inmobiliario y de la construcción, pero en momentos de desaceleración, como el que se vive actualmente, el consumo cae, afectando los precios a nivel global.

La capacidad de China para generar crecimiento a través de la construcción ha llegado a su fin, con millones de unidades vacías que conducen a precios más bajos, lo que aumenta el riesgo de una recesión prolongada en el mercado inmobiliario”, afirma Ole Hansen, responsable de estrategia en materias primas de Saxo Bank. Esto ha llevado a un debilitamiento de la demanda de acero y, con ello, a una menor hambre de mineral de hierro, en un momento en que las empresas mineras han incrementado su capacidad de producción. El precio de la tonelada métrica de este metal navegaba los 90 y los 100 dólares —en la primera semana de octubre—, un 50% menos que su récord de 212 dólares que tocó en el verano de 2021. “Es una de las materias primas con peor rendimiento en lo que va de año, con precios que han bajado alrededor de un 30% en este ejercicio”, añade Ewa Manthey, experta en commodities en ING.

Antes de que China abriera su economía, el mercado del mineral de hierro era relativamente tranquilo, explica Stephen Hare, experto en Oxford Economics. “Pero el precio de la materia prima se disparó a principios del siglo XXI más que otros productos básicos a medida que el gigante asiático se industrializaba rápidamente y la urbanización aumentaba”, destaca. La demanda de este metal en Pekín ha registrado un incremento superior al 900% desde mediados de los años noventa, mientras que el consumo de cobre y carbón ha crecido a menos de la mitad de esa tasa, según Bloomberg. El creciente apetito de este producto ha sido un motor para el desarrollo de gigantes de la minería. Empresas como las australianas Fortescue o Rio Tinto, la mayor minera de mineral de hierro en el mundo, o la brasileña Vale y la angloaustraliana BHP han nutrido sus cuentas de resultados y expandido sus negocios a otros metales gracias a los jugosos beneficios obtenidos por la venta de mineral de hierro.

Actualmente, sin embargo, también están sintiendo el impacto de la desaceleración. Las acciones de estas empresas han caído en el mercado entre un 11% y un 35% desde enero hasta principios de septiembre. Aun así, las ganancias se mantienen significativas. Para muestra, un botón: el coste de producción de Vale a finales de 2023 fue de 20,8 dólares por tonelada métrica, lo que deja un margen considerable para seguir generando beneficios. El escenario, sin embargo, es retador. “La combinación de un periodo de oferta robusta [como la de ahora] y una demanda en desaceleración pueden añadir presión adicional a la baja sobre los precios”, advierte Hansen, de Saxo Bank. A principios de año, se apreciaba una cierta sobreoferta en el mercado, la cual se ha hecho evidente a lo largo del mismo. BHP y Vale, por ejemplo, lograron volúmenes récord de extracción en el primer semestre. Mientras tanto, en los puertos chinos, las existencias de este recurso se siguen acumulando.

“Esperamos que los precios del mineral de hierro sigan cayendo en los próximos cinco años, impulsados por la entrada de nueva producción y la desaceleración económica en China”, comenta Hare, de Oxford Economics. Un desequilibrio similar se dio entre 2015 y 2016, lo que provocó un desplome de los precios hasta los 50 dólares por tonelada. “Nuestro pronóstico actual no prevé que se llegue a ese nivel, ya que las mineras ajustarían la oferta para evitar una caída tan pronunciada”, añade Hare. “A largo plazo, las perspectivas del mineral de hierro son sombrías”, añade Bill Weatherburn, economista experto en materias primas en Capital Economics. La demanda de China disminuirá a medida que la construcción de propiedades continúe contrayéndose y los esfuerzos de descarbonización signifiquen que una mayor proporción de la producción de acero se produzca a partir de hornos de arco eléctrico, que utilizan chatarra de acero en lugar de mineral de hierro y carbón de coque, destaca el experto.

Medidas de estímulo

Para Manthey, de ING, la cotización del mineral está cada vez más sesgada a la baja, por las sombrías perspectivas que tiene el desarrollo del PIB. “Con vistas al resto del año, los fundamentos siguen apuntando a la baja. La prolongada crisis en el mercado inmobiliario de China no muestra signos de tocar fondo”, asegura la experta. La construcción de nuevas viviendas en el país ha caído bruscamente en lo que va de año, más de un 20%. “Sin nuevas medidas de estímulo, hay pocas esperanzas de una recuperación a corto plazo para el sector de la construcción”, asegura. Además, la producción industrial mundial ha sido moderada este año, especialmente en las economías avanzadas, afirma Hase, de Oxford Economics. “Los ciclos de subidas de tipos de los bancos centrales han lastrado los sectores de la economía consumidores de acero”.

A pesar de este escenario, los especialistas consultados descartan una crisis grave en el mercado del mineral de hierro. Las industrias de las economías desarrolladas y algunas emergentes continuarán demandando este recurso. Incluso China, que reducirá su consumo de acero largo (utilizado en construcción), seguirá necesitando la materia prima para impulsar su transición hacia una economía verde. “El mercado seguirá atento a los datos económicos de China en busca de indicios de recuperación, mientras que la debilidad económica en Europa, especialmente en Alemania, continúa siendo un motivo de preocupación”, señala Hansen. Una eventual victoria de Trump en las elecciones, apunta el experto desde una perspectiva geopolítica, podría desencadenar un aumento de los aranceles sobre las importaciones, lo que afectaría al crecimiento global y la cotización del mineral. Por otro lado, la nueva fase monetaria con recortes en los tipos de interés en EE UU podría mitigar algunos de estos riesgos y estimular el crecimiento, sobre todo en los mercados emergentes. El futuro, sin embargo, sigue sin estar escrito en piedra.


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