El arte de ser becario y sobrevivir a las prácticas
Cerca del 60% de quienes realizan las becas no perciben remuneración. En las grandes empresas se pagan entre 600 y 1.000 euros al mes
España no es país para becarios. Aunque lidera el ranking en Europa por volumen de personas que realizan prácticas laborales, solo por detrás de Eslovenia, con 1,4 millones, según la EPA de 2015 (no se ha vuelto a repetir la encuesta), las condiciones que ofrece a quienes se incorporan al mercado laboral como becarios figuran entre las peores de la UE. Basta con echar un vistazo a las ofertas que publican los portales de empleo para comprobar, con permiso del cuerpo de ingenieros, su alto grado de precariedad. Si tenemos en cuenta que no existe obligatoriedad de remunerarlas, incorporar talento joven puede salir a precio de ganga.
Lo revela el informe La experiencia de los becarios en la Unión Europea, donde la Comisión cifra en un 58% los alumnos en prácticas que no perciben ningún tipo de remuneración en España. Una precariedad que amenaza con hacerse estructural, ya que el estatuto del becario, presentado a bombo y platillo por el Ministerio de Trabajo, CC OO y UGT, no ha logrado llegar al Consejo de Ministros. Se trunca así para muchos jóvenes la posibilidad de percibir al menos una cuantía mínima para cubrir gastos de desplazamiento, alojamiento o manutención en becas curriculares (obligatorias y sujetas a créditos) y extracurriculares (voluntarias, no incluidas en el plan de estudios). La buena noticia es que a partir del 1 enero de 2024 todos los becarios cotizarán a la Seguridad Social tanto si las prácticas son remuneradas como si no (Real Decreto Ley 5/2023 de la Reforma de las Pensiones).
A la penuria del salario, los jóvenes suman otras quejas, como la exigencia de experiencia previa, escasa política de acogida y mentorización limitada a los primeros días. “Aprendes poco y te asignan lo que nadie quiere hacer. Los compañeros, al ser mayores, tampoco intentan generar vínculos y te sientes desplazada”, denuncia María, estudiante de Administración y Dirección de Empresas y becaria en una multinacional. Las empresas tampoco se quedan cortas. “El retorno que recibimos de algunas compañías coincide en que los becarios llegan muy verdes y sin saber resolver el cometido que se les asigna”, apunta Pilar Moliné, fundadora de Becadvisor, portal de prácticas y primer empleo.
Para adquirir esta experiencia, las prácticas formativas son el principal recurso. Hacerse con ellas exige su planificación. “Para solicitarlas debe existir un convenio de cooperación educativa entre la Universidad y la entidad que ha de ser firmado por ambas y por el estudiante”, aclara Dolores Dorado, jefa de servicio de la Oficina de Prácticas y Empleo de la Universidad Complutense de Madrid. Como segundo paso, se debe subir el currículo a los portales de empleo de la Universidad, a las webs corporativas de las empresas, así como a LinkedIn y plataformas de prácticas como Studentjob, Primer Empleo, beWanted, JobToday, EmpleaFP, Icaro, Talentoteca o Universia. “De los 200 jóvenes que se apuntan a prácticas cada semana, cerca de 70 las consiguen en una media de seis meses”, dice la fundadora de Becadvisor.
La situación es bien distinta si el empleador figura entre las grandes compañías del país o se trata de perfiles que escasean en el mercado, como los tecnológicos. En estos casos, las becas sí son remuneradas, según Moliné, en una horquilla de entre 600 y 1.000 euros mensuales, es decir, a partir de siete u ocho euros por hora y hasta 25, en el caso de las grandes empresas, y desde nueve euros en las ingenierías. Así lo ha vivido Lucía Galve, ingeniera electrónica y automática, becaria en Amazon, que celebra esta semana precisamente su contrato ya de primer empleo con la tecnológica y destaca “la oportunidad que ofrece la compañía para desarrollar al máximo tus capacidades”. Seleccionada para el programa Aprendices, que busca atraer talento en una etapa temprana e incorporarlo tras la formación, ha cursado un máster subvencionado por la compañía con una remuneración que supera los 1.000 euros al mes.
En Enagás, que también ofrece prácticas pagadas, Laura Sánchez, becaria en gerencia de atracción y desarrollo de talento, destaca “el buen ambiente y la mucha flexibilidad”. El director de Organización y Talento de la compañía, Ignacio Muñumer, da las claves para captar talento joven: “Nos fijamos en la actitud y las ganas de aprender y en que sus valores y habilidades estén en línea con nuestra cultura”. Algo en lo que incide Pilar Moliné: “Lo de poner ‘estudiante motivado y con ganas de trabajar’ en el currículo pasó a la historia. Si has hecho un proyecto durante la carrera, enlaza su URL a tu CV y resalta, en plan Tinder, coincidencias entre tu perfil y la empresa”, aconseja.
Con juegos
Para evaluar esta alineación, la consultora EY propone en el proceso de selección a los jóvenes un escape room. “Se trata de un juego virtual, donde hay que superar cuatro fases, lo que nos permite ver cómo trabajan los candidatos. Valoramos orientación a resultados, proactividad, capacidad de adaptación, trabajo en equipo, liderazgo, comunicación, toma de decisiones y finalmente se hace una entrevista personal”, explica su directora de talento en España, Lucía Jaquotot. Dependiendo de si tienen o no máster, la remuneración de la beca oscila de 750 a 850 euros.
Otro escenario a favor de los alumnos es la FP dual, donde se pagan las prácticas según el número de horas realizadas en el centro de trabajo tomando como referencia el SMI, que asciende a 1.080 euros. Hijos de Rivera (Estrella Galicia) cuenta con un programa de prácticas para alumnos de FP dual dirigido sobre todo a titulaciones de mecatrónica y química industrial, transporte y logística, cuya media de contratación se sitúa por encima del 60%, según José Yera, director de recursos humanos de la compañía, que destaca la oportunidad de desarrollo interno que proporciona. Eva Mosquera, que comenzó a trabajar en la cervecera en el ciclo de FP dual de Química Industrial y ahora es operaria de bodega en Estrella Galicia y tutora de los nuevos alumnos, es ejemplo de ello. “Es un programa muy interesante porque está orientado al puesto de trabajo. La posibilidad de rotar por puestos diferentes te permite decidir en qué quieres especializarte”, asegura.
Primer empleo
Cursar una beca es la puerta de acceso a un primer empleo. El 87% de las becas que gestiona la Fundación Universidad y Empresa a través del programa Talentoteca lo consiguen, y el 65% recibe una oferta laboral de la empresa donde las realiza. En lo que va de año han otorgado 2.241 prácticas formativas remuneradas, “prácticas que son indispensables para la empleabilidad de los jóvenes al aportarles las competencias transversales que el mercado requiere”, según Carmen Palomino, su directora de operaciones.
En Telefónica este año se están incorporando 450 becarios mediante su programa de becas Talentum, que ha concedido más de 6.000 en sus 10 años de vida, de las que casi un 44% se ha convertido en contrataciones.
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