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Fertiberia abona su crecimiento

La firma de fertilizantes, de la mano del fondo de capital riesgo Triton, se lanza a la compra de empresas en Europa

Fertiberia
Planta de Hidrógeno verde en Puertollano, resultado de la alianza entre Iberdrola e Fertiberia.

Las compras de la compañía de fertilizantes y productos químicos industriales Fertiberia se suceden: Van de Reijt y Fertimix en Países Bajos, y la realizada el pasado año de la sevillana Trichodex, especializada en biotecnología. A ello se suma la creación de filiales en Grecia, países balcánicos, Francia y Suecia en poco más de dos años

Fertiberia se creó en 1995 de la mano del empresario y exministro de Hacienda Juan Villar Mir, y tras 24 años bajo su propiedad, la vendió al fondo Triton Partners, especializado en compras de firmas industriales (actualmente está presente en 50 empresas) y que ya tenía experiencia en España con Befesa y Abengoa. Una entrada la del capital riesgo que ha dado un vuelco radical Fertiberia, que en 2019 factuaba 551 millones de euros con pérdidas de 17,4 millones al cierre de ese ejercicio, frente a los 1.460 millones vendidos el pasado año con un resultado positivo de 38,8 millones de euros. Una transformación que, sin embargo, se ha llevado a cabo con el mismo equipo directivo. Villar Mir nombró en 2015 presidente y consejero delegado a Javier Goñi (Pamplona, 54 años), que sigue al frente de la compañía con el nuevo accionista.

Actualmente, en torno al 60% de su facturación se realiza en España y el 40% son exportaciones. El principal destino es Europa, que copa casi tres de cada cuatro euros que se venden al extranjero. En España cuenta con plantas industriales en Huelva, Palos de la Frontera, Puertollano, Sagunto, Cartagena, Avilés, Altorricón, Villalar de los Comuneros, Mengíbar, Utrera y Sevilla. En Portugal, es propietaria de tres instalaciones fabriles en Setúbal, Lavradio y Alverca, y en Francia una planta en L’Hermitage. La compañía tiene en nómina a 1.600 trabajadores, mientras que otros mil empleados entran en sus instalaciones todos los días para cubrir diferentes servicios.

Goñi apunta a que el objeto de Fertiberia es la internacionalización de su amplia gama de productos fertilizantes. “Nosotros arrancamos hace ya más de cinco años con una estrategia de conseguir ser los líderes en la fertilización sostenible en Europa, de tener la oferta más potente de productos de alto valor añadido”. Así, en Fertiberia han pasado en pocos años de producir ocho o 10 tipos de abonos a más de 500, que buscan ser eficaces en los distintos tipos de suelo y de plantas. “Estamos desarrollando, por ejemplo, un producto específico para la maduración del tomate, para un determinado tipo de variedad de patata o concretamente para el olivar de Jaén. Y eso, al final, es un producto que aporta lo que necesita cada planta, frente a la fertilización en la que prácticamente se aplicaba el mismo producto”, explica con entusiasmo al reivindicar España como un magnífico campo de pruebas por la variedad de suelos y de cultivos que no se conoce en el resto de Europa. Y comenta que con la compra de la biotecnológica Trichodex se han abierto a fertilizantes basados en seres vivos, en microbios, que generan unas propiedades beneficiosas tanto para la planta como para el suelo. Además, en Huelva han abierto una planta experimental para obtener abonos a partir de residuos biológicos.

Residuos biológicos

Esta división de Fertiberia es la que genera el 70% de sus ingresos y que la sitúa en el tercer puesto europeo en la producción de fertilizantes. Aunque Javier Goñi matiza que “aproximadamente el 60% de nuestras ventas son ya de fertilizantes de alta tecnología, mientras que en el año 2015 no llegábamos al 30%, y cada vez más sostenibles, sin huellas de carbono porque fabricamos buena parte a partir de amoniaco verde”. El 30% de su negocio restante son productos dedicados a la industria como CO2 para el sector agroalimentario o los hospitales, soluciones amoniacales, ureas de alimentación animal, ácidos nítricos o nitratos amónicos para la producción de explosivos. Son también líderes en España en la producción del aditivo AdBlue para reducir los gases contaminantes emitidos por los motores diésel, entre otros.

El modelo de gasto en I+D de Fertiberia es sui generis, como explica su presidente y consejero delegado: “Tenemos una gestión del I+D bastante descentralizada. Contamos con un Centro de Tecnologías Agroambientales ubicado en la Universidad de Sevilla con una veintena de expertos en plantilla, aunque nos apalancamos en todas las plataformas de investigación que existen en España y llegamos a acuerdos con científicos, el CSIC y con universidades. Ahora mismo son 17 convenios con universidades en España, en Portugal y Holanda”. Asimismo, la compañía lidera junto a otras firmas el proyecto europeo B-First, dotado con 10 millones de euros, para transformar los residuos municipales o agroalimentarios en fertilizantes.

La inversión en los últimos tres años de Fertiberia ha alcanzado los 137 millones de euros, que han ido a parar a sus activos industriales. Un paso importante cuantitativamente, según explica Javier Goñi, frente a los poco más de 20 millones de euros que se invertían anualmente antes de que el fondo Triton adquiriese la compañía. Pero en este dinero no se incluyen las operaciones de adquisición de otras empresas realizadas en el último trienio: “No puedo dar los datos porque son confidenciales y tenemos acuerdos de no desvelarlos”, explica Javier Goñi.

Eso sí, buena parte de esas compras se ha realizado con la emisión de bonos por valor de 175 millones de euros, lanzados en los mercados nórdicos y que vencen en 2026. La financiación de Fertiberia se completa con una línea de crédito ofrecida por un grupo de bancos con el fin de cubrir las necesidades del circulante. “Tenemos una deuda sobre el ebitda en torno a solo una vez y, por tanto, estamos en una posición cómoda”, explica el directivo. Eso sí, poco puede decidir sobre otros movimientos accionariales de la compañía: “No cabe duda que la vocación de un fondo de capital riesgo es salir del accionariado en algún momento, mediante la venta a otro fondo, a un inversor estratégico o con una salida a Bolsa, pero esa es una decisión que solo puede tomar el propietario”, concluye.

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