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A Warren Buffett le gusta el ladrillo español

La inmobiliaria del famoso inversor, Berkshire Hathaway HomeServices, busca oportunidades en el sector del lujo de las grandes ciudades y en la costa

Christy Budnick, consejera delegada de Berkshire Hathaway HomeServices, agencia inmobiliaria de lujo.
Christy Budnick, consejera delegada de Berkshire Hathaway HomeServices, agencia inmobiliaria de lujo.Brad Kasselman
José Luis Aranda

Ni la inflación, ni la subida de los tipos de interés, ni la consecuente ralentización que experimenta el mercado inmobiliario detienen los planes en España de Berkshire Hathaway HomeServices, la inmobiliaria del conglomerado empresarial de Warren Buffett. Christy Budnick (Corpus Christi, EE UU, 53 años) es su consejera delegada y se muestra encantada de que la gente asocie la compañía que dirige con los negocios del magnate estadounidense: “El nombre Berkshire Hathaway [la matriz y holding inversor, con intereses en múltiples sectores] resuena en el mundo entero”, afirma, “es importante recordar que la primera vez que Buffett permitió usar ese nombre para una empresa de servicios cara al público fue con nosotros”.

Budnick visitó esta semana a sus socios españoles, un viaje en el que se invitó a EL PAÍS a mantener una entrevista que se desarrolla en Marbella (Málaga). El encuentro, en realidad, se transforma en una charla en la que participan otros altos cargos de la firma. Esta deja claro que España es un país “extremadamente importante” en su estrategia de expansión. “Tiene todas las cualidades que queremos replicar en nuestro crecimiento”, completa Frank Perdichizzi, encargado de Desarrollo Global de Negocio. “Cuando miro a Europa, para mí España es el punto de referencia: está fijando el listón de lo que queremos ofrecer en términos de calidad, servicio y confianza en toda nuestra red”.

En realidad, Bershire Hathaway HomeServices Spain es una empresa conjunta de la matriz estadounidense y la consultora Larvia, que forma parte del grupo inmobiliario de origen familiar Petrus. La actividad arrancó en 2019 y los planes de crecimiento reproducen un esquema que es marca de la casa. De la misma manera que Buffett compró en 2012 una inmobiliaria, Prudential, que fue la base del negocio estadounidense; en España se han ido adquiriendo y asimilando a la marca agencias ubicadas en mercados estratégicos.

Con una notable vocación por las casas de lujo, aunque también trabaja en otros segmentos, la huella geográfica que se persigue son las grandes ciudades y las localizaciones turísticas de costa. Y la cosa no ha ido mal: si hace cuatro años arrancó con dos oficinas en Madrid y una en Barcelona, actualmente ya tiene nueve; ha extendido su presencia a los litorales de Málaga, Alicante y Mallorca; y suma 134 empleados. Las cifras de facturación y el volumen de operaciones se mantienen en secreto desde el principio, aunque como muchas empresas en despegue, Bruno Rabassa, el consejero delegado en España, detalla un crecimiento desorbitante en el número de transacciones: el año pasado, del 79% en Madrid y del 142% en Barcelona. Y también planes de expansión en continua evolución: “Estamos en conversaciones muy avanzadas con otras compañías en lugares donde de verdad tiene sentido que la compañía esté operando”, defiende el directivo español. “Probablemente este año estemos en condiciones de anunciar por lo menos la apertura [de una oficina] en la Costa Brava o en Ibiza o en ambas”, añade. Valencia y Canarias también están “en el punto de mira”.

Orígenes

Esa red todavía modesta y la focalización en las casas de categoría elevada suponen una diferencia muy notable con el negocio estadounidense. Allí, recuerda la consejera delegada mundial, Berkshire empezó desde una posición muy distinta: “Teníamos mucha presencia comercial que venía de la red de Prudential”. Es decir, la base para convertirse de la noche a la mañana en una de las mayores agencias inmobiliarias del país: actualmente suma más de 40.000 agentes en 1.300 localizaciones, muchas en régimen de franquicia. A nivel global opera en 12 países de tres continentes (América, Europa y Asia) y, según los últimos resultados anuales de la matriz, el negocio inmobiliario aportó más de 5.000 millones de dólares de ingresos en 2022 (sobre un total de más de 300.000 millones). “Nuestro potencial de crecimiento es muy amplio”, advierte Budnick. “Para la expansión global, hemos optado por una aproximación más pausada porque queremos ser selectivos”, matiza.

También la coyuntura económica está obligando a tomarse las cosas con más calma. EE UU vivió un auge en el sector tras la pandemia que la ejecutiva compara con “un tren desenfrenado” y convirtió 2021 en “un unicornio”, una metáfora con la que los anglosajones se refieren a situaciones extraordinarias y a negocios que crecen muy rápido. En 2022, abunda Budnick, “las ventas bajaron alrededor de un 30%” en su país. Un nuevo panorama que se mantiene: “Si se mira a las cifras de operaciones que prevemos en 2023, nos retrotrae a 2014 o 2015. Por tanto, vamos a ver a gente quedarse fuera del negocio. Y no vamos a ver el inventario de propiedades crecer, porque si eres un propietario que has comprado con un interés del 3% [en la hipoteca], puede que quieras moverte, pero no quieres comprar una nueva casa con los intereses al 6%. Eso hace que tengamos mucha gente fuera de juego ahora mismo”.

La cronología o la intensidad es diferente, pero la situación que Budnick describe en EE UU recuerda en algo a Europa. Y también los problemas de acceso a la vivienda acechan en ambas orillas del Atlántico. “Que alguien no sea capaz de comprar una propiedad o de hacerlo a una distancia razonable de su trabajo supone un problema, y si soy honesta no veo ninguna varita mágica que vaya a resolver esto en un futuro próximo”, responde una de las ejecutivas más influyentes del sector inmobiliario estadounidense y mundial. “El mayor reto, para mí, es la falta de existencias [de vivienda]. En EE UU necesitaríamos que entrasen en el mercado cinco millones de propiedades para responder a las necesidades de aquellos que quieren comprar”, agrega, “y queremos ver los precios crecer, pero no necesariamente un 10% al año, creo que entre un 3% y un 5% es un porcentaje más estable, lo que también ayuda en el terreno de la asequibilidad”. Por su parte, Rabassa coincide en que en España también faltan casas y relata otros problemas como la escasez de mano de obra o el encarecimiento de los precios de construcción.

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Sobre la firma

José Luis Aranda
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS, diario donde entró a trabajar en 2008. Escribe habitualmente sobre temas de vivienda y referentes al sector inmobiliario. Es licenciado en Historia por la Universitat de València y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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