Seresco, la tecnológica que quiere vivir una segunda juventud pasados los 50
Nacida en Oviedo en 1969, la compañía aspira a facturar 68 millones de euros en 2025, lo que supone doblar sus ingresos actuales
Nació como Asturiana de Informática, SA, cuando la televisión aún era en blanco y negro. Tres familias empresarias la pusieron en marcha en Oviedo en 1969 con 12 millones de pesetas como capital inicial y, más de medio siglo después, Seresco sigue al pie del cañón en el sector tecnológico. A casi 450 kilómetros por carretera de la sede original, en las oficinas madrileñas de la compañía, su consejero delegado, Carlos Suárez, cuenta que la parte conservadora del ADN que la ha mantenido hizo también que no llegase más lejos. “Tuvo la gran ventaja de que aguantó mucho siendo una empresa independiente y siendo una empresa española durante todo ese tiempo. Pero es verdad que, desde mi perspectiva, les faltó un puntito de ambición”, dice.
Esa carencia de sus predecesores se corrigió en el plan estratégico que la compañía, que desarrolla software para empresas y ofrece servicios TIC, adoptó tras una operación de concentración de acciones en 2018. Suárez, hijo y sobrino de fundadores y miembro de la familia que mantiene la mayoría de las participaciones (66%), asegura que con los relevos generacionales la titularidad se iba diluyendo. “Eso es un riesgo. Las empresas familiares en un momento determinado se pueden terminar deshaciendo”, dice. Algunos accionistas y el equipo directivo la adquirieron entonces: “El objetivo era seguir preservando y seguir manteniendo Seresco como era, pero con un proyecto más ambicioso y de crecimiento”.
La empresa asturiana se ha propuesto sobrepasar los 68 millones de ingresos en 2025. Según las cuentas de 2022 que han de depositar, cumpliendo con lo exigido tras su estreno en el mercado de valores de las pymes BME Growth el año pasado, están a mitad de camino, con una facturación de alrededor de 34 millones. “Respecto al año 2021, hemos estado en un crecimiento de cifra de negocio por encima del 10%”, cuenta el consejero delegado. Para alcanzar su objetivo, necesitan más de un 30% anual de mejora. El ebitda rondó el pasado año los 4,1 millones, una cifra mayor que la que habían estimado y que situaban en los 3,5 millones. “Es una cuestión de gestión, de mejora y de control de los costes de la compañía”, apunta sobre el incremento de este resultado, que esperan que alcance los 10 millones en 2025.
Para llegar a doblar sus números en algo más de dos años, Seresco apuesta, por un lado, por el crecimiento orgánico, impulsado por una nueva organización que lo optimice y que favorezca la venta cruzada entre áreas. En la actualidad, la compañía tiene cinco divisiones, de las que tres son las más habituales para una TIC. Consultoría y Software (CyS), con clientes como la Xunta de Galicia o ArcelorMittal; Infraestructura, Sistemas y Servicios (ISS), en la que dan cobertura, por ejemplo, al Principado de Asturias, y Servicios de Transformación Digital (STD). Por el momento, ciberseguridad forma parte de ISS, pero prevén que se independice en un futuro.
Dos áreas diferenciales
“Y luego tenemos dos áreas que son diferenciales a las demás [empresas TIC]. Una es Nóminas y Recursos Humanos, que es nuestra área estrella, el core de la compañía”, dice Suárez sobre el departamento en el que gestionan alrededor de 2,2 millones de recibos externalizados al año, entre ellos, los de Auchan o Amazon. “Y, por último, tenemos una rara avis que es nuestra área de Cartografía y Catastro”, cuenta el directivo, que admite no saber qué llevó a sus predecesores a embarcarse en esta vía de negocio. En un marco de modernización de productos e I+D+i, la compañía, añade, ha invertido mucho en ella en los últimos tres años y prevén pasar de los 1,6 millones de facturación en 2022 a los 5 millones este 2023.
Otro de los pilares de su estrategia es el crecimiento inorgánico, centrado en la adquisición de empresas internacionales que aumentan el volumen de negocio y, a la vez, permiten la penetración de la asturiana en territorios en los que estas ya operan. En la cartera de Seresco hay entre 18 y 20 millones de euros para ir de compras hasta 2025. Tras hacerse con el 100% de la consultora española de ciberseguridad SPW el pasado octubre y casi el 77% de la portuguesa Elo-Si en febrero, el departamento de desarrollo empresarial estudia entre 25 y 30 nuevas candidatas.
Seresco tiene unos 2.200 clientes; sedes en Madrid, Cataluña, Galicia y Portugal, y está presente en diferentes países como Colombia, Costa Rica o Perú. Hasta el momento, el grueso de sus ingresos, alrededor del 90%, proviene del mercado nacional. “Fundamentalmente está presente en España. Y es especialmente fuerte en el norte”, señala Suárez. “El desafío para nosotros es crecer tanto a nivel nacional, en zonas donde no se nos conoce tanto, como en Andalucía o la zona centro. Y luego también extendernos a nivel internacional”.
Para, entre otros objetivos, apuntalar la vía de crecimiento inorgánico, la compañía se estrenó el pasado diciembre en la Bolsa con un listing del 2,5% de su capital. Actuamente tiene una capitalización bursátil de 36,4 millones. “Para nosotros no es un objetivo salir al BME Growth. Es un paso más”, apunta Suárez. Aunque en enero las noticias apuntaban a la intención de la compañía de acudir al mercado en primavera para una nueva ampliación de capital, Suárez asegura que no tienen previsto captar recursos a corto plazo. “Somos una empresa muy bien gestionada, pero salir al mercado obliga a profesionalizarte todavía más”, dice. “Eso nos parecía superinteresante. Yo creo que hay que serlo y parecerlo. Y si llegas al BME Growth, lo eres y lo pareces. El mercado te ve de una forma diferente”.
En un momento en el que el sector ha temblado por los despidos masivos en las grandes tecnológicas de Estados Unidos, como Amazon, Meta o Google, Seresco se encuentra en el polo opuesto. “A nosotros no nos sobra gente. Nos falta gente”, dice el consejero delegado, que apunta a la escasez de ciertos perfiles profesionales en determinadas divisiones, como la de desarrollo de software, como uno de los principales desafíos. “En otras áreas, como puede ser en Nóminas y Recursos Humanos, no tanto, porque nosotros tenemos nuestra propia fábrica de talento”, dice en alusión a programas de formación que desarrolla la propia compañía, como el Campus de Gestión Laboral.
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