La ‘nueva’ Inditex de Marta Ortega convence a los mercados en su año de estreno

Cuando Marta Ortega se puso al frente de Inditex hace un año, el imperio textil afrontaba uno de sus momentos más complicados. Las restricciones por la pandemia aún no se habían desvanecido del todo y el estallido de la guerra en Ucrania había sumido a la economía mundial en una densa nube de incertidumbre y turbulencias. La Bolsa recibió con cautela el cambio al frente de la cúpula de la empresa dueña de Zara. Las acciones bajaron. Pero la maquinaria de la compañía ha superado su primera prueba con un récord de beneficios y ventas en un 2022 muy complejo en el que ha perdido, además, uno de sus mercados clave: Rusia. Mientras, la cotización ha acumulado en los últimos 12 meses una mejora cercana al 50%. ¿Hay margen para poder seguir creciendo a este ritmo? ¿Qué ha cambiado con la llegada de la heredera, hija menor de Amancio Ortega, a la presidencia?

El relevo en la cúpula no ha variado la gestión interna, el corazón de la estrategia, forjada años atrás bajo el liderazgo de Pablo Isla, que dejó la empresa en abril de 2022 tras 17 ejercicios en los que el beneficio se multiplicó por seis. La receta de éxito del grupo sigue residiendo en “un modelo de negocio integrado que funciona a pleno rendimiento” —resumió durante la presentación de resultados el pasado 15 de marzo Óscar García Maceiras, designado consejero delegado en diciembre 2021— y que ha hecho que las ventas alcancen 32.569 millones, un 17,5% más, y el beneficio se dispare un 27%, hasta 4.130 millones, en el ejercicio 2022. El máximo accionista del grupo con un 60% del capital, Amancio Ortega, ingresará este año 2.217 millones en dividendos.

Esta mejora de los resultados amplía la distancia que separa a Inditex de sus rivales, como la sueca H&M, la estadounidense GAP y la japonesa Uniqlo, y consolida a la compañía gallega como la mayor empresa por capitalización bursátil del Ibex 35 (más de 90.000 millones). Firmas de análisis como HSBC, Morgan Stanley o Sabadell han subido estos días la valoración que otorgan a los títulos de Inditex. Y, para intentar disipar dudas sobre el potencial futuro, la empresa insiste en que los buenos resultados de 2022 no son solo fruto de la inercia de ejercicios anteriores y ha asegurado a los analistas que hay mucho margen para crecer.

El “siguiente nivel”

El objetivo sigue siendo el mismo: vender más. El grupo habla en los documentos registrados hace unas semanas en la CNMV de una “actualización estratégica” que le permitirá acceder “al siguiente nivel”, una nueva fase de crecimiento. Para conseguirlo, enumera cuatro pilares genéricos: producto, experiencia de compra, sostenibilidad y empleados (este año, tras las protestas convocadas principalmente por las empleadas en tienda en Galicia, ha cerrado un acuerdo para igualar y mejorar las condiciones laborales de sus 46.000 trabajadores en España; 165.000 en todo el mundo).

Las inversiones previstas para 2023 ascienden a 1.600 millones, sobre todo para tiendas. La empresa considera que tiene una “baja cuota” en los 213 mercados en los que tiene presencia comercial y que el sector está muy fragmentado, con lo que hay mucho margen para crecer. Una de las grandes prioridades es Estados Unidos, su nuevo gran mercado tras vender el negocio en Rusia (el grupo tuvo que provisionar 230 millones en 2022 para hacer frente al cierre de sus operaciones en ese país). El estadounidense es ya, con 100 tiendas, su segundo mercado tras España. De cada 100 dólares que se venden en moda en aquel país, Inditex calcula que se queda con menos de 50 centavos. Para ampliar las ventas, el objetivo es comenzar con al menos 30 proyectos en los próximos tres años, con nuevas aperturas, ampliaciones y renovaciones.

La tienda sigue siendo el centro de la estrategia de Inditex. La red se ha ido reorganizando con el cierre de decenas de establecimientos (a 31 de enero de 2023 eran 5.815, 662 menos que un año antes) para centrarse en tiendas más grandes y productivas que integran también el canal online y albergan almacenes para la distribución y devolución rápida de los productos al punto de venta. Una de las más emblemáticas es el nuevo establecimiento en la plaza de España de Madrid, abierto en la primavera de 2022.

La empresa considera que la optimización de las tiendas está dando sus frutos: con un 10% menos de establecimientos y un 6% menos de espacio comercial, las ventas en estos espacios crecieron un 23%. La facturación de Inditex por metro cuadrado es ahora un 16% superior que en 2019, justo antes de la pandemia. El canal online y físico están tan unidos que cada vez resulta más complicado diferenciar entre uno y otro negocio y, si antes Inditex ponía mucho énfasis en el objetivo de porcentaje de ventas por Internet (se fijó en el 30% para 2024 y ahora está en el 24%), ahora insiste menos.

La mejora de las plataformas logísticas es otro punto esencial. La compañía planea incrementar su capacidad con actuaciones en los centros de distribución de Arteixo (A Coruña), Zaragoza, Tordera (Barcelona), Sallent (Barcelona) y Lelystad (Países Bajos), con especial foco en la optimización y automatización de las operaciones. Mientras, el 50% de sus proveedores ya están en Europa o el arco mediterráneo (España, Portugal, Turquía o Marruecos). “Todo ello permite una reacción rápida a las tendencias de la moda, y a precios asequibles, y una posición única en el mercado”, aseguró García Maceiras.

La llegada a la presidencia no ejecutiva de Marta Ortega, que se hizo efectiva el 1 de abril de 2022, ha cambiado algunas cosas. El discurso del grupo ya no solo se centra en la excelencia operativa y logística, sino que se pone cada vez más el foco en el producto y la experiencia de compra del cliente. La hija menor de Amancio Ortega ha desarrollado casi toda su carrera en el departamento de mujer de Zara, buque insignia del grupo, y quiere impulsar los aspectos del negocio más relacionados con la moda: mejorar el producto, incluso con colecciones premium.

Desmarcarse de la ‘moda rápida’

Inditex quiere quitarse de encima la etiqueta de moda rápida. “No nos reconocemos en eso que llaman fast fashion”, afirmaba Marta Ortega en una entrevista publicada el 29 de marzo por Financial Times, la segunda que ha dado la heredera de Inditex (la primera fue a The Wall Street Journal, otro de los periódicos de cabecera de las élites económicas, en agosto de 2021). “Porque eso trae a la mente la cantidad de artículos sin vender y ropa de mala calidad enfocada a un precio muy barato, y eso no puede estar más lejos de lo que hacemos”, añadía. Sin embargo, una de las principales ventajas de Inditex reside en su capacidad de reacción rápida a las tendencias, con ciclos de producción mucho más cortos que sus competidores.

Su elevada producción ha convertido la sostenibilidad es otro elemento clave. La industria de la moda es una de las más contaminantes del mundo y cada vez son mayores los requerimientos medioambientales que llegan desde la UE, como el reciclaje. En este sentido, Inditex sigue potenciando el uso de energías renovables y ha puesto en marcha, entre otras iniciativas, un servicio de venta de ropa de segunda mano y para arreglar ropa usada.

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