La excepción ibérica en patentes

La no participación de España en el sistema de patente unitaria europea tendrá consecuencias para el ecosistema innovador de nuestra economía. La excepción en este caso es española más que ibérica, a diferencia de lo ocurrido con el mercado eléctrico, pues es España y no Portugal quien se queda fuera de la puesta en marcha del sistema. Quedarse fuera puede tener consecuencias negativas, a diferencia de lo que ocurrió con la bajada de la factura de la luz tras la excepción ibérica.

La protección que se les brinda a los inventores con las patentes es determinante para incentivar el proceso creativo y generar innovación, favoreciendo así la competitividad y el crecimiento económico. Por ello es importante que la Unión Europea (UE) tenga un sistema de patentes que sea eficiente y permita competir con los líderes mundiales tradicionales, como Estados Unidos y Japón, o con los emergentes como China y Corea del Sur. A día de hoy, solicitar una patente europea en la Oficina Europea de Patentes y registrarla en toda la EU, es mucho más costoso, en tiempo y dinero, que hacerlo en Estados Unidos.

Desde hace una década, con la firma del acuerdo sobre patentes unitarias en 2013, se intenta instaurar un nuevo sistema de patentes unificado en la UE. El proceso, que pretende simplificar y abaratar el actual sistema, no ha estado libre de escollos. España e Italia no se unieron inicialmente al acuerdo, e incluso lo impugnaron, mientras que el Reino Unido lo abandonó en 2020. Sin embargo, Italia terminó adhiriéndose, pero no así España, justificándolo con motivos lingüísticos y legales. Aunque los idiomas en los que se podrá solicitar la patente única, el inglés, el francés y el alemán, son los mismos que para patentes europeas en el actual sistema, estas últimas se deben registrar y renovar en cada país para obtener protección legal. La unitaria, por el contrario, implicará un registro único y entrará en vigor automáticamente en todos los países que hayan ratificado el acuerdo. Además, será un organismo internacional, el Tribunal Unificado de Patentes (TUP), el encargado de resolver litigios relacionados con infracciones y validez de las patentes registradas. Por tanto, resolverá casos de los que ahora se ocupan los tribunales nacionales y que pueden resultar complejos.

¿Por qué es importante subirse al carro? Principalmente porque la fragmentación del mercado de patentes y las diferencias entre sistemas judiciales entre países de la UE van en detrimento de la innovación, sobre todo para las empresas pequeñas y medianas, con menos medios para defender sus patentes en otros mercados. Se trata de generar un sistema que garantice la competencia en el mercado único europeo. Un estudio reciente realizado por tres investigadores finlandeses (Stevenson, Takalo y Toivanen, 2022) evalúa los incentivos y los efectos del sistema de patentes unitaria europea sobre el bienestar. Los principales resultados indican que: primero, la mayoría de los inventores hubieran optado por la patente unitaria si hubiera estado disponible en el 2020; segundo, el valor privado de las patentes aumentará un 7% con la patente unitaria. Finalmente, el bienestar social, aumentará entre un 2% y un 9%, de forma que también habrá ganancias para la sociedad en su conjunto.

Aunque a partir de marzo de 2023 ya se podrán solicitar patentes europeas con efecto unitario, el sistema entrará en vigor en junio de forma simultánea con el TUP. Durante los primeros siete años, las empresas podrán decidir resolver los litigios en el TUP o en los juzgados nacionales, como si el sistema estuviese a prueba. La buena noticia es que los países de la UE que no se han unido, España, Croacia y Polonia, todavía están a tiempo de cambiar de opinión y adherirse a los acuerdos. La autoexclusión de España cuando arranca el sistema, puede traer consecuencias, dado que en el periodo inicial se sentarán las bases legales en las que se fundamentarán las decisiones del TUP en futuros litigios. No partir con representación en el mismo implica no cortar el pastel. También podría implicar quedar más aislado del sistema global de innovación, si las empresas españolas optan por registrar sus patentes solo en España, ya que tendrán que pagar un coste extra para registrarlas como unitarias. El nuevo sistema también fortalecerá la transferencia de tecnología global y, por tanto, mejor dejar la excepción ibérica para otros ámbitos.