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Soltec busca calor en la Bolsa

Las ventas de la compañía se recuperan tras el impacto de la inflación, pero la cotización sigue muy lejos de su máximo

Soltec
Granja solar de Soltec en Totana, Murcia.
María Fernández

Seguro que lo ha oído muchas veces: “El precio actual de nuestra compañía en Bolsa no refleja su valor”. Lo han dicho en este periódico los primeros ejecutivos de grandes y medianas cotizadas enojados al ver las curvas de capitalización, y lo repite ahora sobre la suya Raúl Morales, consejero delegado y segundo accionista de Soltec (con cerca del 20%) tras el empresario José Moreno Riquelme (42%).

Una primera parte del año complicada —los títulos perdieron la mitad es su valor entre enero y mayo— ha dado paso a una recta final de 2022 más favorable para la empresa murciana que fabrica seguidores solares, que son estructuras móviles con un motor sobre las que se montan los paneles y que los mueven siguiendo la trayectoria del sol. La empresa vale ahora 432 millones, lejos de los 565 con los que cerró 2021 o de los 1.206 con los que cerró en 2020 un rally alcista que ni en la propia compañía se explicaban en su momento.

Morales reflexiona sobre un mercado aparentemente enloquecido: “No tiene confianza en nada… si vemos dónde está el Ibex... Les hemos preguntado a los analistas que nos siguen, nos dicen que no es un tema específico de nuestra compañía, y de hecho nos asignan unos precios objetivos mucho más altos [cotizan a 4,7 euros]. Sinceramente, a nivel personal, pienso que la acción tiene mucho recorrido y por eso mismo es una oportunidad”. Los mínimos que marcaron los títulos en mayo hicieron saltar las alarmas y lanzaron especulaciones sobre si podría haber una opa de exclusión (como hizo Siemens sobre Gamesa), pero nada de eso está en la agenda de la compañía, que a partir de entonces hizo varios cambios estratégicos en su negocio. A la vez, los bajos precios han atraído más inversores (de las gestoras Invesco y Franklin Templeton y del propio Morales, que subió unas décimas su participación en Bolsa), aunque no habrá dividendo hasta, por lo menos, el 2025.

Soltec estaba dividida en dos ramas: la de fabricación de seguidores, también llamados trakers, y el desarrollo de parques solares para su venta posterior a terceros. En el primer semestre, como resultado de una inflación alta en la que arrastraban contratos a precios más moderados que tuvieron que mantener, perdieron 10 millones pese a que triplicaron los ingresos.

Ahora han añadido una pata más al negocio en su plan estratégico: una empresa que se quedará y explotará parte de los parques que pongan en funcionamiento para conseguir elevar los beneficios. “La nueva división tiene como objetivo poner en marcha entre 800 megavatios y un giga en 2025. El primer año, 2022, vamos a terminarlo con aproximadamente 225 megas” —los últimos parques se conectarán este mes o a principios de enero en Brasil—, explica Morales. Esta nueva política, que les permite quedarse con el margen de ganancias de todo el desarrollo de un huerto solar, llevará tiempo y es costosa, teniendo en cuenta que cada parque normalmente está financiado en un 70% con dinero prestado. Pero aportará su grano de arena para conseguir el ambicioso objetivo del grupo: llegar a 2025 con unos ingresos de entre 780 y 840 millones y un ebitda de entre 100 y 120 millones.

¿Lo conseguirán? “No veo por qué no”, responde el consejero delegado. El presente no se lo va a poner fácil. Con las subidas de tipos de interés, la financiación será cada vez más cara. “Los tipos suben, hay que pedirle más rentabilidad a los proyectos, es ley de vida”, resume Morales. De modo que los futuros acuerdos de precios de venta de energía (PPA) que firmen serán a precios necesariamente más elevados para mantener la ecuación y tener una ratio entre deuda y resultado de explotación razonable.

Eso mismo le está pasando a otras compañías del sector. Y esa ha sido la explicación, según Morales, de que la última subasta realizada por el Ministerio de Transición Ecológica quedase prácticamente desierta a finales de noviembre —cuando hace no más de un año los promotores de parques se peleaban con el cuchillo en la boca por cada megavatio en concurso—. “Pusieron un precio de reserva muy bajo. Los tipos de interés han subido, los capex (gastos en capital) han subido y el precio de la energía tiene que ser más alto”. También analiza con cautela la fecha que el sector tiene en la cabeza: el 25 de enero. Es el límite que el Ministerio que dirige Teresa Ribera ha puesto para recibir de las comunidades autónomas las declaraciones de impacto ambiental de los proyectos de energías renovables que ya tienen acceso de conexión concedido por Red Eléctrica. En juego hay en toda España 80.000 MW. “El atasco sigue. Vamos a ver lo que ocurre, porque se están dando mensajes contradictorios, como que algunas Comunidades Autónomas han vuelto a pedir prórrogas”.

Rama industrial

En la venta de seguidores solares las aguas bajan más calmadas. En la compañía hablan de un cambio de tendencia, en palabras de Meritxell Pérez, directora de relación con inversores: “En la división industrial hemos conseguido unos ingresos récord como consecuencia de una demanda tremendamente fortalecida de seguidores solares y otros servicios de construcción. En términos de márgenes hemos visto una recuperación desde el tercer trimestre, porque las alzas en los precios de las materias primas o transporte se han mitigado”. Además Soltec construirá una nueva fábrica en Teruel tras firmar un acuerdo con Endesa por el que suministrarán componentes para construir cinco plantas solares en el marco del Proyecto Mudéjar de Andorra (Teruel). ¿Y cuando se acabe el proyecto —financiado con ayudas públicas— se cerrará la fábrica? “No tiene por qué”, responde Morales. “Será como mínimo un desarrollo de tres o cuatro años. Nuestra fábrica en Molina de Segura (Murcia) va justa, podríamos aprovechar la de Teruel para abastecer a los mercados europeos”.

De cara al cierre de este año esperan cumplir su promesa y terminar con entre 450 y 550 millones de ingresos y un ebitda industrial entre el 2% y el 3%. “Nuestra idea es crecer en ventas, mantener márgenes sanos y un volumen lo suficientemente grande para ser competitivos”. En el desarrollo de huertos tienen 13,7 gigavatios en proyectos en ocho países.

Fusión nuclear contra las renovables

Esta semana el Departamento de Energía de EEUU daba a conocer un nuevo hito en la fusión nuclear, un avance que podría revolucionar el futuro de la energía y el funcionamiento de las centrales nucleares. Pero una energía limpia, barata y potencialmente inagotable se convertiría en enemiga de los sectores desde donde ahora se extraen actualmente los recursos, tanto fósiles como renovables. “Como ingeniero y apasionado de la energía me entusiasma cualquier avance. En cualquier caso, y como ya han asegurado varios expertos, el despliegue masivo de este tipo de energía llevará décadas en el mejor de los casos”, opina Morales. Recuerda que la solar fotovoltaica necesitó más de 60 años, desde la invención de la primera célula fotovoltaica hasta su despliegue masivo que estamos viviendo ahora. “La crisis climática a la que nos enfrentamos no puede esperar ni un año más, muchísimo menos décadas”. 

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Sobre la firma

María Fernández
Redactora del diario EL PAÍS desde 2008. Ha trabajado en la delegación de Galicia, en Nacional y actualmente en la sección de Economía, dentro del suplemento NEGOCIOS. Ha sido durante cinco años profesora de narrativas digitales del Máster que imparte el periódico en colaboración con la UAM y tiene formación de posgrado en economía.

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