La emprendedora que quiere revolucionar el negocio sexual con sus lubricantes ecológicos y monodosis
Alicia Zurita creó Lubets en plena pandemia y ahora distribuye sus geles en 2.500 puntos de venta y factura 700.000 euros
A la madrileña Alicia Zurita le llegaron 4.000 dosis de lubricante sexual a casa la misma semana que se declaró el estado de alarma por la pandemia. Era la primera producción de su nueva empresa, Lubets, que iba a distribuir entre posibles clientes. Con el país cerrado, no tuvo más remedio que centrarse en la estrategia online. Acertó. Esos meses le sirvieron para realizar las primeras ventas, desarrollar la imagen y diseñar la propuesta que más tarde impulsó en perfumerías y farmacias. Hoy sus productos se encuentran en más de 2.500 puntos de venta. En 2021 facturó 100.000 euros y en 2022 va camino de multiplicar por siete la cifra. Espera alcanzar los tres millones el próximo año, cuando prevé los primeros beneficios.
Desde la Costa del Sol, donde reside, Zurita relata que sabía bien dónde se metía. Poseía una larga experiencia emprendedora desde que a los 20 años impulsara junto a su pareja de entonces Esware, un software libre. Y, segundo, porque desde que cayó en sus manos un juguete sexual supo que el sector tendría que cambiar. “Algo fallaba”, recuerda. Una década después de su primera aventura empresarial, entró en el mercado erótico con la compañía Late Chocolate, especializada en vibradores, lencería y lubricantes. Más tarde se convirtió en distribuidora de la marca japonesa Tenga en Europa. Hizo pruebas: situó sus productos en perfumerías como Primor o tiendas de regalos como Superskunk. Funcionó. “Confirmé que había muchas posibilidades más allá del clásico sex shop”.
Pensaba que hacía falta un lubricante sexual que se saliera de los productos de farmacia o los genéricos orientados al público juvenil. Sus lubricantes son ecológicos —con envoltorio de plástico— y se presentan en monodosis de cuatro mililitros. La empresaria tiene a la venta ocho fórmulas diferentes, como efecto calor o retardante. También hay un potenciador de orgasmo masculino y otro femenino. Éste último es el producto estrella: supone el 40% de las ventas. Algo más de la mitad de sus clientes son hombres, cuyo gasto medio es mucho más alto que el de las mujeres. “Compran más variedad, son más optimistas”, dice Zurita, que trabaja junto a un equipo de diez personas repartidas entre Málaga, Sevilla, Madrid, Valencia y Barcelona.
La venta por internet representa hoy unas cifras residuales para la marca. La mayor parte de su facturación procede de los 2.500 puntos de venta que tiene repartidos por el país. Casi todos, unos 2.000, son farmacias. El resto, tiendas de marcas como Druni, Douglas, Arenal o Marvimundo. Su objetivo es llegar a 8.000 establecimientos a lo largo de 2023 en España. El plan pasa por asentarse en farmacias y perfumerías para luego dar el salto a supermercados y grandes superficies. Es el mismo recorrido que pretende hacer en otros muchos países. Ya tiene clientes en media Europa y acuerdos cerrados en lugares como China, Japón, Filipinas, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Perú o Colombia. Pronto dará el salto a Estados Unidos.
Para recorrer este camino, Zurita asegura que una de sus necesidades más importantes es ganar visibilidad. Por eso, tras una primera ronda de inversión en 2021 en la que obtuvo 150.000 euros, está cerrando otra por más de 400.000 euros en las que ya han entrado fondos como Eoniq y Seedway. “El producto tiene tracción, ventas, inversores y pedidos en firme a largo plazo. Ahora necesitamos acelerar el proceso para llegar a más sitios y darnos a conocer todo lo posible”, subraya Zurita, que cree que la mejor opción es seguir lejos del mercado erótico tradicional y centrarse en puntos de venta convencionales. “En 2005 llamaba a muchas puertas en las que no me atendía nadie. Ahora todo el mundo quiere productos de bienestar sexual y los quiere con frescura, que sean algo diferentes”, destaca la empresaria, quien espera llegar a los ocho millones de facturación en 2025.
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