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INFLACIÓN
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Beneficios empresariales e inflación

Se podría considerar para otros sectores un impuesto como el de los resultados extraordinarios de las eléctricas

NEGOCIOS 17-07-22
MARAVILLAS DELGADO

Desde hace varios meses, cada vez que vamos al supermercado observamos impotentes las subidas de precio del pan, la pasta, la leche... Lo mismo sucede cuando pagamos las facturas del gas y de la electricidad. Las disrupciones en la oferta y la demanda de bienes y servicios causadas por la pandemia y agravadas por la invasión de Ucrania han ocasionado subidas de precios importantes no vistas desde hace décadas, afectando sobre todo a los alimentos, materias primas y energía. Según los resultados de una encuesta lanzada en Twitter por Javier Aznar, que recibió 1.147 respuestas a principios de junio, la causa número uno de la inflación reciente son las interrupciones en las cadenas de suministros (55%), seguidas por la política fiscal/monetaria (38%), el poder de mercado de las empresas (6%) y las estrategias ESG (1%, siglas en inglés de Medio ambiente, Social y Gobernanza).

Veamos qué indican estudios recientes. Ana Maria Santacreu y Jesse LaBelle, investigadores del Banco de la Reserva Federal de San Luis, muestran que en Estados Unidos gran parte de la subida en los precios industriales puede atribuirse a disrupciones en las cadenas de suministro, indicadas como primer factor en importancia en la encuesta de Twitter, cuando hay un aumento de la demanda muy fuerte. Por otra parte, Josh Bivens, director de investigación del Instituto de Política Económica en Washington (IPE por sus siglas en inglés), hace hincapié en la contribución de los beneficios extraordinarios empresariales, que se han disparado desde el comienzo la crisis de la covid-19, y cuyo crecimiento está relacionado con el poder de mercado, tercer factor en la citada encuesta. Argumenta que es posible que las empresas hayan incrementado sus márgenes de beneficios por encima de lo necesario para cubrir los incrementos en costes, aprovechando la actual coyuntura de subidas de precios de productos intermedios.

Josh Bivens indica en el blog del IPE que el incremento de los beneficios ha contribuido alrededor de un 54% al aumento total de los precios desde el principio de la pandemia hasta abril de 2021, mientras que las disrupciones en las cadenas de valor representan el 38% y los costes laborales el 6%. Sin embargo, en la eurozona la historia difiere en cuanto a que la subida en los precios de la energía ha contribuido más que otros factores a la inflación, como indicaba recientemente Emilio Ontiveros en este periódico haciendo referencia a la inflación importada.

Los datos del último boletín económico publicado por el Banco Central Europeo indican que la inflación interanual en mayo de 2022 fue del 8,1%, con los precios de la energía un 39% por encima de su nivel en el año anterior y los de los alimentos un 7,5%. También se apunta que hay muchos puestos de trabajo vacantes, que el crecimiento en los salarios ha empezado a repuntar y se prevé que la inflación se mantenga elevada durante todo 2022, incluso excluyendo del cómputo los precios de los alimentos y la energía. Sorprendentemente, no se hace referencia a los beneficios extraordinarios empresariales como potencial factor que también contribuye al incremento de los precios. ¿Acaso en la Unión Europea (UE) los márgenes de beneficios de las empresas no han crecido tanto como en Estados Unidos? Veamos. Aunque tanto datos de empresas como de industrias indican que los márgenes de beneficios cayeron después de la introducción del euro, a nivel global, hay evidencia de una tendencia de incremento a largo plazo en el sector de las manufacturas después de 2010. Así lo muestran los economistas De Loecker y Eeckhout, para una muestra de 134 países, 16 de la UE, en una reciente publicación académica.

Resumiendo, aunque la evidencia empírica es incompleta y se requieren datos más recientes de los márgenes de beneficio de las empresas para extraer conclusiones de lo ocurrido tras la pandemia, no se debe descartar de antemano la potencial relevancia del incremento de concentración en algunos sectores industriales, con el consiguiente aumento de poder de mercado y de fijación de precios, como candidato a contribuir a la inflación. Por ello, abogar por un impuesto que grave los beneficios extraordinarios, como ya se ha aplicado en Italia y anunciado en España para las eléctricas, y recomendado por la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional para la energía, podría también considerarse para otros sectores. Puede que las subidas rápidas de tipos de interés no sean suficientes para frenar las presiones inflacionistas a medio plazo, si no van acompañadas de otras medidas.

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