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Las ‘startups’ españolas buscan revitalizarse

El ‘Mapa del Emprendimiento 2024′ muestra un ecosistema maduro pero ralentizado que necesita un nuevo impulso. La brecha de género continúa siendo relevante

Acto de presentación del Mapa del Emprendimiento 2024, al que asistieron María Benjumea, fundadora de South Summit, y Juan José Güemes, vicepresidente de IE University.
Acto de presentación del Mapa del Emprendimiento 2024, al que asistieron María Benjumea, fundadora de South Summit, y Juan José Güemes, vicepresidente de IE University.IE University
Nacho Meneses

La buena salud de las empresas emergentes en España se refleja claramente en su edad media, que se mantiene en algo más de tres años (3,19 en 2024 frente a 3,12 en 2023), y en que dos de cada 10 son ya scaleups (empresas que crecen a un ritmo superior al 20 % en facturación o número de empleados a lo largo de tres ejercicios, según las define la OCDE). Pero si el mundo del emprendimiento se caracteriza por un espíritu “basado en la innovación, en una manera diferente de hacer las cosas, con agilidad, escalabilidad y visión global”, en palabras de María Benjumea, fundadora y presidenta de South Summit, también es ágil a la hora de detectar necesidades: tanto sociales como de su propio entorno, que necesita revitalizarse para crecer. “Tenemos un ecosistema consolidado, maduro, con todos sus condicionantes: sigue con su crecimiento, pero también descubre una ralentización en algunos aspectos claves”, añade.

Así, el Mapa del Emprendimiento 2024, elaborado por South Summit en colaboración con IE University, muestra como solo un 18 % de las empresas emergentes españolas presenta un Ebitda (un indicador financiero que muestra el beneficio y rentabilidad) positivo en 2024, una cifra que se ha mantenido sin grandes cambios desde 2017. Pero también se han estancado los ingresos reales de las startups desde 2018: el porcentaje de emprendedores con al menos 150.000 euros de ingresos en sus proyectos se mantiene en torno al 35 %, mientras que las de medianos y grandes ingresos (entre 150.000 y 500.000 euros y con más de 500.000, respectivamente) están atascadas en un 10 %.

La foto fija del ecosistema muestra, por lo tanto, un grado de estabilidad notable, pero precisamente por ello, los cambios son muy marginales. “En el lado positivo, esto muestra que los emprendedores son muy conscientes de cuáles son las causas de sus fracasos, y saben ya dónde buscar recursos. Pero, debido a esa madurez, han alcanzado su límite de crecimiento, por lo que si queremos romper esa barrera tenemos que repensar algunas cosas”, explica Salvador Aragón, Chief Innovation Officer (CIO) de IE University.

No se trata de una falta de cualificación (casi el 100 % tienen formación universitaria, y el 63 % un máster), sino que, aunque las emergentes siguen creciendo, sus expectativas de contratación son menores: el 60 % espera aumentar su plantilla a corto plazo, pero ese porcentaje ha ido reduciéndose de forma constante desde 2021, cuando registró un 76 %. El ecosistema, además, sigue adoleciendo de una sorprendente brecha de género, ya que solo el 20 % de los fundadores de startups son mujeres, frente a un 80 % de hombres. Así, el retrato robot del emprendedor español es el de un hombre de 38 años con alta formación académica.

¿Cómo revitalizar el ecosistema de emprendimiento?

La solución, como casi siempre, pasa por una combinación de factores: por un lado, afirma Aragón, por incorporar “sangre nueva. Por ejemplo, una figura que va poco a poco apareciendo es el emprendedor en solitario. Si apostamos por esta figura, vamos a poder generar modelos de negocio nuevos que van a permitir entrar a gente que viene de ser autónomos, con niveles de cualificación distintos”. Y luego, por posibilitar la participación de las distintas Administraciones públicas como clientes o elementos tractores de las empresas emergentes: “El convencimiento de que los Gobiernos también son clientes puede potenciar el crecimiento de las startups, y es muy importante que se abran a ello, como sucede en otras regiones como Norteamérica o Asia-Pacífico”, apunta Benjumea.

Aragón, por su parte, recuerda el ejemplo de Estados Unidos, “donde es muy interesante lo que hacen en el sector de Defensa, al contratar productos o servicios muy innovadores a las startups, porque son las que ofrecen soluciones muy distintas, y ellos tienen la capacidad de financiar esos desarrollos con un apetito de riesgo muy distinto al de una empresa normal”. Según el Mapa del Emprendimiento 2024, las startups B2B (de negocio a negocio) son las predominantes, mientras que las B2C (del negocio al consumidor final) se quedan en un 7 % del mercado.

Para la fundadora de South Summit, otro de los ejes a los que hay que prestar atención es la flamante ley de startups, que está a punto de cumplir los dos años de existencia: “Yo me siento superorgullosa de haber formado parte de esta ley, porque ha sido un paso adelante espectacular, la puesta en escena de un sistema que es importantísimo para el emprendimiento”. La ley, sostiene, debe ser extremadamente ágil, para que evolucione a la vez que el sistema emprendedor al que sirve. Y puntualiza: para sacarle todo el jugo hay que hacer tres cosas: que de verdad se saque partido a todo lo que hay, ponerlo en funcionamiento y en conocimiento de todo el mundo para que lo use; agilizar los trámites administrativos; y hacer una labor de difusión de las ventajas y, sobre todo, los resultados ya existentes de lo que se está haciendo. “La ley ha de seguir avanzando y tiene que apoyar a esas empresas en crecimiento, para encontrar las inversiones que requiere su crecimiento y poder de verdad evolucionar y convertirse en una gran compañía”, añade Benjumea.

En lo que respecta a la brecha de género, cabe señalar que las empresas emergentes fundadas exclusivamente por mujeres han aumentado de un 6 a un 10 % con respecto a 2022, mientras que las fundadas solo por hombres se mantienen estables en el 59 % y las de equipos mixtos han pasado de representar un 35 % a un 31 %. “Es necesario desmitificar las cosas y trabajar todos juntos y de la mano de las mujeres para que estas se convenzan de que [emprender] merece la pena. Y te lo digo yo, que tengo 70 años y lo he hecho toda mi vida”, cuenta Benjumea.

La importancia de las nuevas tecnologías

Uno de los aspectos que mejor ejemplifica la madurez del ecosistema de emprendimiento es, sin duda, la rapidez con la que adopta las nuevas tecnologías: prácticamente una de cada tres startups españolas ya está haciendo uso de la inteligencia artificial (IA) para generar una propuesta de valor diferencial, si bien este porcentaje aún está por detrás del existente en EE UU (casi el 40 %) o el conjunto de Europa (35 %). “En tres o cuatro años hablaremos de la siguiente generación de IA para, por ejemplo, desarrollar lo que empezamos a llamar digital selves (los “yoes” digitales): réplicas digitales de personas para entrenarnos contra ellos”, señala Aragón.

Las primeras aplicaciones de esta tecnología ya se ven en Estados Unidos, donde sin ir más lejos los abogados se entrenan contra la réplica digital de un juez concreto, lo que maximiza enormemente su eficiencia. Son, en definitiva, simuladores muy potentes que además, si pueden, incorporarán datos en tiempo real, para que se puedan comportar de forma cada vez más cercana a la realidad. “Otro ámbito que va a tener un desarrollo muy interesante es el del Internet de las Cosas (IoT). Lo vamos a poder comprobar en entornos de movilidad o industriales, generando formas más eficientes de operar una determinada planta”, explica Aragón.

En todas las regiones analizadas en la presente edición del Mapa del Emprendimiento se observa, además, una tendencia positiva a la hora de registrar patentes y proteger las innovaciones propias de las empresas emergentes. Así, en España, se ha pasado de un 15 a un 20 % de startups que afirman haber desarrollado una patente en 2024 (que, no obstante, sigue por detrás de otras regiones como Norteamérica (30 %) o Asía-Pacífico (33 %).

Sectores de emprendimiento más representativos

Según el mencionado informe, los dos ámbitos favoritos para los emprendedores españoles continúan siendo los relacionados con las finanzas (Fintech) y el sector de la salud, especialmente en lo relacionado con la economía del cuidado. “En cierta forma, el ecosistema refleja preocupaciones o inquietudes sociales. Es muy interesante porque el propio cambio demográfico de nuestro país está haciendo que nos preocupemos más por nuestra salud y por una mayor longevidad, lo que impulsa las propuestas de valor relacionadas con este aspecto y con la economía del cuidado”, sostiene Aragón.

Conviene recordar que, no obstante, la propia agilidad característica del sector emprendedor hace que los sectores más relevantes cambien de año en año: así, por ejemplo, han destacado el sector de la ciberseguridad, el Agrotech, el desarrollo de software o las startups de impacto social. Por otro lado, a nivel sectorial, el informe destaca la aparición de las startups relacionadas con el Green Business, es decir, la relacionada con elementos de sostenibilidad como son las energías limpias y el reciclaje o la economía circular, que emerge como la cuarta industria más representada en este mapa del emprendimiento.

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Sobre la firma

Nacho Meneses
Coordinador y redactor del canal de Formación de EL PAÍS, está especializado en educación y tendencias profesionales, además de colaborar en Mamas & Papas, donde escribe de educación, salud y crianza. Es licenciado en Filología Inglesa por la Universidad de Valladolid y Máster de Periodismo UAM / EL PAÍS
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