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¿Barrios de trabajadores, barrios de rentistas? Consulte el origen de los ingresos por código postal

Las estadísticas de la Agencia Tributaria para los principales municipios evidencian cómo el empleo pierde peso frente a la inversión y otras fuentes de ingresos en los barrios ricos

En el código postal más pobre de Valencia, que encuadra el área de Sant Pau y Benimàmet, el 83% de la renta de los vecinos procede del trabajo. En cambio, en el área más rica de la misma ciudad, Pla del Remei, la aportación del trabajo es de menos de la mitad (43%). Allí, la mayoría de los ingresos procede de rentas del capital, actividades económicas y ganancias patrimoniales.

El siguiente gráfico ilustra el alcance de esa brecha. Muestra, para cada código postal de las principales ciudades de España, la renta media y el porcentaje de esta que procede del trabajo.

En la mayoría de barrios el trabajo es la fuente principal de ingresos. Sin embargo, su peso aumenta conforme desciende la riqueza: en los de rentas bajas ―menos de 25.000 euros al año por declaración del IRPF― alrededor del 80% de los ingresos proceden de la nómina. La investigadora del Instituto de Estudios Fiscales Nuria Badenes Plá confirma que lo más habitual “es que este tipo de rentas representen el 80% o más”.

Sin embargo, en los barrios muy ricos ―más de 100.000 euros de renta media― el porcentaje de ingresos procedentes del salario nunca pasa del 65%. Y hay seis de ellos en los que no llega al 50%.

La Agencia Tributaria ha actualizado este miércoles la Estadística de declarantes del IRPF por código postal para los mayores municipios de España ―con la excepción del País Vasco y Navarra―, correspondiente a 2023. Los datos se basan en las partidas de las declaraciones de la renta y permiten analizar cuál es el origen de los ingresos.

¿Cómo se gana dinero cuando el trabajo pesa menos?

Aquí entran en juego las rentas del capital (por ejemplo, intereses de una cuenta corriente, dividendos, acciones o rentas del alquiler), las actividades económicas (los ingresos de autónomos o profesionales independientes) y las ganancias patrimoniales (por ejemplo, el beneficio de vender una casa o una acción empresarial).

Como muestra el siguiente gráfico, el peso del capital llega a superar el 25% en barrios ricos como Muntaner y Pedralbes-Sarrià en Barcelona, Salamanca-Goya (Madrid) y Pla del Remei, en Valencia. En la gran mayoría de códigos postales no pasa del 10%.

Las actividades económicas destacan en varios códigos postales de ciudades costeras andaluzas, mientras que las ganancias patrimoniales se disparan hasta el 38% en el caso de Massarrochos-Santa Bárbara (Valencia).

Consulte su barrio

En la siguiente tabla puede buscar su municipio o código postal para consultar el peso de cada componente de la renta según las estadísticas de 2023.

Ciudad por ciudad

El contraste se percibe con especial nitidez dentro de las grandes ciudades. En un mismo municipio pueden convivir barrios donde casi toda la renta depende del esfuerzo laboral y otros donde la riqueza crece gracias al capital acumulado. Así, algunos distritos y urbanizaciones se sostienen sobre una economía del rendimiento financiero, mientras que, a pocos kilómetros de distancia, los barrios obreros viven del salario mensual y de una economía mucho más dependiente del empleo.

En Madrid, zonas como Chamartín y Salamanca-Goya tienen un peso del trabajo sobre el total de ingresos que coquetea con el límite del 50%. En cambio, en los barrios que rodean al centro (Carabanchel, Vallecas, Villaverde, Moratalaz, San Blas…) la proporción del salario es mayoritaria, superior al 80%. Fuera de la capital destacan urbanizaciones como La Moraleja o Fuente del Fresno, con un protagonismo de los salarios también bajo, de aproximadamente el 55%. Lo normal, añade Badenes Plá, es que a mayores ingresos haya más peso de las inversiones o las actividades empresariales.

Es lo que sucede en La Moraleja, explica Miguel Artola, investigador en la Universidad Carlos III de Madrid. “Allí tenemos una aproximación de la cúspide de la distribución de la renta, lo que en términos comparados suele denominarse como el top 0,01%”. La renta media bruta media ronda los 200.000 euros por declarante, frente a los aproximadamente 30.000 de media en España. “En la Moraleja las rentas del capital mobiliario y las plusvalías representan más de una cuarta parte de los ingresos brutos, pero también es cierto que se registran rentas del trabajo muy elevadas”. Es decir, “en el top tenemos declarantes con mucho patrimonio, pero también con salarios muy elevados”.

Estos contrastes también se perciben en Barcelona. En códigos postales como Muntaner o Pedralbes el peso del trabajo no llega al 50%, mientras que el capital alcanza casi el 30% y las ganancias patrimoniales y actividades empresariales completan la tarta. Al otro lado, en Torre Baró, Sants o Sant Andreu los salarios vuelven a ser predominantes y el resto de componentes, testimoniales. Son dos modelos de vida que comparten ciudad, pero no las mismas reglas del juego.

Valencia repite la tónica. A un lado están Pla de Remei, El Centro y Massarrochos-Santa Bárbara, donde el capital y los negocios marcan el ritmo de la renta. Badenes Plá, sin embargo, recuerda que en los barrios céntricos de estas urbes, que suelen ser los más caros y concentran gran peso de la inversión, también suelen tener mucha representación las actividades económicas ligadas a la hostelería y el turismo y a profesiones liberales como la abogacía o la medicina privada.

En Sevilla la brecha entre salarios e inversión se va reduciendo. Los barrios en los que menos peso tiene el trabajo son Casco Antiguo y Triana, pero con una representación ya claramente mayoritaria sobre el total, superior al 60%. En ellos, el capital empieza a ser minoritario y cobran relevancia las actividades económicas, impulsadas sobre todo por la hostelería. Son las zonas ricas de la ciudad, pero con rentas totales de 50.000 euros, muy alejadas de las que se manejan en las localidades más pudientes de España.

A Coruña se perfila como ciudad trabajadora, con un peso medio-alto del trabajo en casi todos sus códigos postales. En contraste, en sus dos áreas más ricas –Juan Flórez-San Pablo y Ciudad Vieja-Centro– el capital compone el 20% de la renta.

Dos barrios de Palma de Mallorca reflejan a la perfección la brecha de la composición de los ingresos. Uno es San Jaume, en pleno centro, donde las rentas medias declaradas rozan los 70.000 euros y se consolidan como las más altas de la ciudad. Allí, el peso del trabajo es anecdótico (del 42,5%) y lo que marca la diferencia son el capital y las actividades económicas, con un protagonismo conjunto del 44%. En el otro extremo está El Arenal, en el que el trabajo explica el 80% del dinero que recibe cada contribuyente, y que asciende a los 25.607 euros al año.

En el conjunto del país, la mayor brecha se dibuja precisamente entre San Jaume y la zona de Arcosur, en Zaragoza, donde el trabajo supone el 91% de la renta.

Metodología

La estadística incluye los datos de renta bruta de 792 barrios de 66 municipios.

La selección de municipios para los que la Agencia Tributaria tiene datos se basa tres criterios de los que debe de cumplirse al menos uno: “tamaño de la población (más de 200.000 habitantes según el Censo de Población), tamaño fiscal (más de 100.000 declaraciones de IRPF en el ejercicio fiscal) y renta bruta total (tener una renta bruta agregada superior a los 2.200 millones de euros). En la mayoría de los casos los tres criterios se cumplen simultáneamente, pero hay unos pocos casos en los que es válido solo alguno de ellos”. 

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