Ir al contenido
_
_
_
_

Iberdrola reafirma su apuesta por EE UU pese al golpe de Trump y centra su inversión en redes sobre renovables

Las maniobras de la Administración estadounidense complica su apuesta por la eólica offshore y deja más margen a canalizar sus fondos hacia las redes

El presidente de EE UU, Donald Trump.

El golpe asestado por la Administración Trump a dos proyectos de eólica marina de Iberdrola en EE UU llega en un momento de decisiones estratégicas clave para la multinacional. Aunque el proyecto suspendido no supone un impacto material -como está demostrando la leve caída en bolsa de la compañía este jueves y la interpretación de los analistas- los intangibles que hay detrás de la política antirrenovable y a favor de los hidrocarburos del magnate norteamericano (que acuñó el lema “Drill, baby, Drill”) sí tienen consecuencias para una compañía que lleva años haciendo una fuerte apuesta por esta tecnología en el gigante norteamericano.

Fuentes al tanto de la situación de estos parques paralizados señalan que el impacto es mínimo, ya que no estaba previsto invertir en los mismos antes de 2030. Pero lo ocurrido para las plantas de Massachusetts muestra el camino de lo que podría ocurrir en otros proyectos más maduros donde sí se han llevado a cabo los desarrollos. En EEUU Iberdrola tiene además el parque eólico marino Vineyard Wind 1 con 806 megavatios (MW) ya en construcción; Kitty Hawks con 2.400 MW en fase previa de desarrollo, y Gulf of Maine, también en desarrollo, con 3.000 MW. No es la primera vez que se paralizan proyectos y posteriormente se retoman, tanto en EE UU como en otros países donde opera la compañía. El pasado 25 de agosto, Orsted se desplomó un 16% en la bolsa danesa tras la paralización de un parque en EE UU que estaba completado en un 80%. En abril, el secretario del Interior congeló el proyecto Empire Wind de la noruega Equinor, (unos 4.300 millones de euros) frente a la costa de Long Island.

“Malas noticias para Iberdrola, al suponer un varapalo para una de las principales vías de crecimiento del grupo: eólica marina en EE.UU. La parte positiva es que, afortunadamente para Iberdrola, New England es un proyecto que está en una fase totalmente inicial y no tiene invertidos, de momento, una cantidad importante de fondos”, opinan los analistas de Bankinter.

Este escenario de incertidumbre generado por el presidente norteamericano, contrario con las renovables, también está complicando en parte la política de rotación de activos que despliega la compañía. Pese a contar con uno de los mejores equipos de fusiones y adquisiciones del mundo, con resultados constatables en diversas geografías, la cuestión se les está atragantando en EE UU. La compañía lanzó un proceso de venta parcial de un paquete de energías limpias en 2023 valorado en 10.000 millones de euros que no logra concretar. Tampoco la venta de activos fotovoltaicos por valor de 1.800 millones que puso en marcha en 2024.

El daño se extiende a la industria auxiliar española que subcontrata Iberdrola, y que también se ve afectada. La política arancelaria he llevado a los fabricantes españoles a pedir ayuda al Gobierno, ya que se juegan 1.200 millones de exportaciones. En buena medida, Iberdrola ha contribuido a su desembarco en el gigante norteamericano.

Pese a trabajar intensamente en la parte institucional (Galán tuvo un acto institucional con Trump en Qatar esta primavera), Iberdrola lleva años capeando el temporal contra los populismos de uno u otro corte que han lanzado políticas antirrenovables. Y eso se ve en cómo mueve su capital. En el caso de México, tras varios encontronazos con la Administración de Andrés Manuel López Obrador, Iberdrola ha optado por vender todos sus activos allí para centrarse en geografías que considera más estables como Reino Unido.

Aún mantiene una apuesta muy fuerte por EE UU, pero desde antes del regreso de Trump a la Casa Blanca, ya viró su estrategia para centrarse mucho más en redes, unos activos que no generan la polémica política de las energías verdes. Esa apuesta ya se está demostrando con acciones como la congelación en agosto de proyectos renovables por los cambios fiscales y arancelarios, según adelantó El Español. La incertidumbre sobre los pasos de la Administración Trump es elevada. En agosto varias compañías europeas como Vestas se dispararon en bolsa al ver que los recortes a los incentivos que dio Joe Biden con el plan IRA no eran tan duros. En el sector otros restan intensidad a la problemática ya que buena parte de las competencias en materia energética está en manos de los Estados y no del Ejecutivo federal.

Todos estos movimientos se dan en un momento clave para Iberdrola. La compañía ha levantado entre capital e instrumentos financieros más de 20.000 millones de euros en un breve periodo de tiempo. El mercado se encuentra expectante sobre sus intenciones, que tendrá que definir en el Capital Markets Day que celebra el próximo 24 de septiembre. El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, incluso llegó a presentar al gabinete de Donald Trump planes de inversión en EEUU de 18.000 millones de dólares (más de 15.000 millones de euros al cambio actual). “Habrá que esperar y ver qué pasa finalmente con los proyectos de Iberdrola en EEUU y su enfoque en su próximo Día del Inversor”, destaca Bankinter.

Aunque aún no se conoce el detalle de la actualización de su hoja de ruta, la firma ha dejado bien claro que quiere apostar por redes en EE UU y Reino Unido, dados sus marcos retributivos estables a largo plazo. Esta apuesta deja entrever que está reajustándose al contexto político actual. Iberdrola fue una de las primeras en apostar por las renovables cuando intuyó que los vientos políticos que soplaban desde la Administración de Barack Obama a favor de una agenda verde eran su razón de ser.

Y sin abandonar esa filosofía, ahora empiezan a adaptarse a los populismos que cada vez tienen más respaldo en las geografías donde operan. Apostar por las redes les permite evitar polémicas con las energías renovables, demonizadas por Trump y otros muchos partidos en auge negacionistas del cambio climático.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_