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La UE se abre a ampliar las partidas de defensa que no computarán en las reglas fiscales

Países como España, Polonia y Francia defienden que se ensanche el concepto actual para dar cabida a otros gastos, como los soldados o la lucha contra ciberataques

El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, antes de la reunión del Eurogrupo, el lunes en Bruselas.
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, antes de la reunión del Eurogrupo, el lunes en Bruselas.OLIVIER HOSLET (EFE)
Manuel V. Gómez

Europa ya ha decidido entrar en la carrera armamentista y ahora toca pagarla. Corresponde a los ministros de Finanzas de la UE analizar cómo. Y ahí entran en juego las reglas fiscales y la propuesta de la Comisión Europea para suspenderlas durante cuatro años para financiar el aumento del gasto en defensa. Pero, ¿qué es gasto en defensa? ¿Cómo se definirá y qué parte tendrá un tratamiento especial cuando se activen las cláusulas de escape? Polonia, el país que preside el Consejo de la UE este semestre, cree que la definición actual se queda corta y lo ha llevado a la reunión de ministros de Finanzas de la Unión, Ecofin, que se celebra este lunes y martes en Bruselas. También España piensa que hay que trascender el concepto actual e incluir la seguridad (terrorismo, ciberataques, vigilancia fronteriza).

Cuando se reformaron las reglas fiscales a comienzos de 2024, ya se contaba con que los Estados miembros iban a gastar más en defensa, así que los aumentos temporales de esta partida presupuestaria se consideraron un atenuante para abrir un procedimiento de sanción a los países que superaran un déficit presupuestario del 3% del PIB. Pero en esta reforma no se definió qué se iba a considerar gasto en defensa. Su concreción ha venido después y, según un documento preparatorio del Ecofin de la presidencia polaca del Consejo al que ha tenido acceso EL PAÍS, “ha prevalecido una interpretación estricta”. Esta “se ha limitado al material militar mientras se evita considerar otros favores, como el reclutamiento de nuevos soldados, que son esenciales para las operaciones y el mantenimiento de este nuevo material”, expone.

Tras este razonamiento, Varsovia ha lanzado una pregunta para que los ministros se posicionen sobre este punto en la cena que se celebra este lunes y en la reunión del martes. España tiene claro lo que dirá: “Hay un concepto más amplio de seguridad que tiene que estar en la discusión. No solo se trata de armamento, sino de seguridad en términos amplios. Seguridad, por ejemplo, en materia de defensa ante los ciberataques o desarrollo de infraestructuras críticas. Estos son elementos que tienen que formar parte de la discusión”, explicó este lunes el ministro de Economía español, Carlos Cuerpo, antes de comenzar los encuentros con sus homólogos de la zona euro (Eurogrupo) y de toda la UE (Ecofin).

También Francia, por boca de su presidente, Emmanuel Macron, el pasado jueves en el Consejo Europeo, se ha alineado con estos planteamientos.

El ensanchamiento de la definición de qué es gasto de defensa resulta clave ante la intención de la Comisión Europea de dar manga ancha a los países en esta partida, activando las cláusulas de escape nacionales. Es decir, suspender las reglas fiscales para aquellas capitales que lo soliciten. Aunque todavía no se conocen los detalles de la propuesta del Ejecutivo de la Unión, se sabe que su idea es que se pueda aumentar la partida militar en torno a un punto y medio de PIB, según el anuncio que hizo la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, el martes de la semana pasada.

Ese margen adicional daría mucho oxígeno a Polonia, que se ha convertido en el miembro de la OTAN que más gasta en defensa respecto de su PIB. También lo haría con otros Estados como Estonia, otro de los países de la Alianza Atlántica y la Unión que ha disparado este capítulo para garantizar su seguridad a raíz de la invasión de Ucrania.

La necesidad de incrementar el gasto en defensa y seguridad ha cambiado mucho el escenario de posiciones habitual cuando se abren los debates fiscales. Alemania, el país que suele liderar al grupo de Estados partidarios del rigor presupuestario, ha dado un giro radical en su postura. Los conservadores de la CDU y los socialdemócratas del SPD, que están negociando el nuevo Gobierno de coalición, se han puesto de acuerdo para reformar la Constitución y eliminar sus obstáculos al endeudamiento con el fin de poner en marcha un plan masivo de inversiones en infraestructuras y reforzar su defensa.

Este giro ha hecho que Berlín crea que el plan de la Comisión, al menos en su dimensión de presupuestos nacionales, se quede corto. Alemania ha planteado que vuelvan a reformarse las reglas fiscales para hacer un hueco estructural al gasto militar, porque cree que el horizonte temporal de suspensión de reglas fiscales por cuatro años que ha planteado Bruselas es poco tiempo. Frente a ella, se ha encontrado con Suecia, que respalda totalmente al Ejecutivo de la Unión.

Tampoco España se ha alineado con la posición alemana. ”Hemos dotado a las reglas fiscales de suficiente flexibilidad como para que tengamos hueco en los próximos años, sin que tenga que competir [en el presupuesto] con el escudo social que hemos desarrollado en España. A corto plazo, con la simple activación de la cláusula de escape, hay suficiente espacio para responder desde el ámbito nacional”, señaló Cuerpo. El ministro, en cambio, sí se mostró partidario de que el fondo de 150.000 millones en créditos puesto sobre la mesa por la Comisión para financiar las compras militares de los Estados contenga también una parte de transferencias directas y no sean solo préstamos.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.
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