La inversión del BEI en España llegó a 12.300 millones en 2024, el 14% del total

España se consolida como uno de los principales destinos de los préstamos del Banco Europeo de Inversiones. El año pasado el monto total ascendió a 12.300 millones, casi el 14% de todos los créditos que la principal entidad financiera de las instituciones europeas concedió durante el primer año de la presidencia de la española Nadia Calviño. La suma total se elevó hasta los 89.000 millones, un incremento considerable, cercano al 12%, respecto a las inversiones del año anterior.

Es habitual que España sea uno de los principales receptores de los créditos del BEI al ser uno de los países grandes de la UE. “El BEI logró un récord en España, con 12.300 millones de euros invertidos en nuestro país, contribuyendo a consolidarlo como el país de las renovables”, ha declarado Calviño al presentar los resultados en el único momento en que ha hablado en español durante la rueda de prensa. No obstante, fue Francia el país que más créditos de esta institución recibió en 2024: 12.600 millones.

La inmensa cantidad de dinero que hace falta invertir en Europa, tanto en el sector privado como en el público para poder impulsar la productividad de la economía, ha elevado la importancia del BEI en el engranaje institucional de la UE. Justo un día antes de que Calviño haya presentado los resultados, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, desveló su programa de acción económica y en él reserva un papel relevante para esta entidad.

Ese mayor protagonismo se ve en el objetivo de inversión que se ha fijado el BEI para este año: llegar a 95.000 millones. De lograrlo, aumentaría un 6,7% los créditos concedidos el año pasado, y habría incrementado el volumen en 20.000 millones en solo dos años.

Una de las críticas que suele recibir el BEI entre los observadores más atentos a las finanzas de las instituciones europeas es que no suele arriesgar mucho cuando concede préstamos. Las crecientes necesidades de inversión han provocado que se escuchen más voces, por ejemplo en Francia, reclamándole que asuma más riesgos. No obstante, también hay quien recuerda que es muy importante que la entidad mantenga la preciada triple A (máxima puntuación) en la calificación de sus bonos cuando sale a reclamar financiación en los mercados y, por tanto, piden no perder de vista la prudencia.

En ese difícil equilibrio se ha tenido que mover Calviño durante los primeros 12 meses al frente de la institución, en los que ha ido desplegando alguno de los papeles que desde los Estados miembros se le han ido reclamando. Uno de ellos ha sido desempeñar un papel más activo en auxilio de la industria de defensa. Y lo ha hecho duplicando la inversión, de 500 millones a 1.000, en este tiempo. La idea es seguir en esa línea, pues el objetivo para 2025 es alcanzar los 2.000 millones.

Ya hace tiempo que el BEI se califica a sí mismo como el banco verde por la cantidad de proyectos de energía renovable, medioambientales o destinados a la transición ecológica que financia. Según las cifras que ha presentado este jueves, en 2024 casi el 60% de los préstamos tendrían esta etiqueta. En cifras absolutas, eso supone algo más de 50.000 millones.

“Hemos batido récords con nuestra financiación en 2024. Nos hemos preparado para apoyar las prioridades de la UE en este nuevo mandato político. Y desempeñaremos un papel aún más relevante en 2025, basándonos en los excelentes resultados del grupo BEI para aumentar nuestro impacto, reforzando la seguridad y la competitividad de Europa con inversiones estratégicas y ambiciosas”, ha subrayado Calviño.

Entre los objetivos que la institución se ha marcado para este año, además de duplicar la inversión en defensa, también está mantener el 60% de créditos concedidos a proyectos verdes, así como aumentar la financiación a investigación, tecnología cuántica o semiconductores.