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Las empresas aumentan sus márgenes hasta junio y se encaminan hacia otro año récord

El Observatorio de Márgenes Empresariales indica que el beneficio sobre ventas supera el 13,5%, lo que augura el tercer ejercicio consecutivo en niveles máximos

Supermercados colaborativos
Un supermercado de Madrid.
Pablo Sempere

Las empresas españolas siguen aumentando sus márgenes y los llevarán a niveles récord en 2024 tras haber encadenado cifras nunca vistas en los últimos años. Entre abril y junio, el beneficio sobre ventas se situó en el 13,6%, un avance de más de un punto porcentual sobre el 12,5% que se registró en el primer trimestre, según los datos actualizados este miércoles por el Observatorio de Márgenes Empresariales. A partir de las cifras cerradas en la primera mitad del año, el monitor que elabora la Agencia Tributaria hace una proyección para el conjunto del ejercicio y estima que la ratio sobre ventas cerrará con una media del 13,5%, una tasa que, de confirmarse, sería inédita en la serie histórica y supondría el tercer ejercicio consecutivo batiendo récords.

Es un avance insólito en los últimos 15 años que se explica por la conjunción de dos efectos: volumen y valor. Es decir, hay más ventas y a precios más elevados. Todo ello, pese a la paulatina moderación del Índice de Precios al Consumo (IPC) que empieza a percibirse y a la tímida relajación de la política monetaria.

En España, los márgenes sobre ventas se han movido tradicionalmente en torno al 11%. Sin embargo, en 2020, en pleno parón económico por la crisis sanitaria derivada de la pandemia del coronavirus, cayeron hasta el 10%, una tasa no vista en más de una década. Poco a poco, de la mano de la recuperación y de la fuerte escalada de los precios, la ratio fue subiendo hasta que en 2022 superó por primera vez la frontera del 12%. Un año después rozó el 13% y ahora se espera que rebase con holgura esa referencia.

En esta evolución reciente, a juzgar por los datos, han jugado un papel fundamental los incrementos de los costes generados por la crisis energética y su impacto en los precios finales. El margen empresarial es la ratio entre el resultado bruto de explotación (las ganancias que obtienen tras descontar los costes, pero antes de pagar impuestos, intereses y amortizaciones) y las ventas totales de las compañías. Un aumento, por ello, no representa necesariamente una evolución al alza de los beneficios netos que registran las organizaciones. Pero sí deja entrever un incremento de la facturación que puede deberse a distintos factores de carácter interno, como la optimización de recursos por parte de la compañía, o externo, como puede ser el aumento de los tipos de interés o una traslación a los bienes y servicios del incremento de los costes de producción.

Los datos del observatorio, una herramienta puesta en marcha el pasado verano por el Banco de España y por los Ministerios de Economía y de Hacienda, vienen sugiriendo que, efectivamente, ha tenido lugar esta traslación a los precios finales. Aunque estos tres organismos publican sus propias cifras, que no siempre coinciden, sí dibujan una tendencia similar.

En el Gabinete Económico de Comisiones Obreras recuerdan que, pese a la corrección de la inflación, que cerró julio con un avance anual del 2,8%, los márgenes empresariales “siguen disparados”. Por ello, el sindicato insiste en que hay margen para mayores reducciones de los precios y para aumentar los salarios. “España debe incidir en la rebaja de los márgenes empresariales excesivos y lograr que las bajadas en los precios de la energía y materias primas se trasladen completamente e igual de rápido a como lo hicieron las subidas en estos insumos”, apunta Mariano Sanz, secretario confederal de Salud Laboral de Comisiones. Otros expertos, no obstante, recuerdan que el margen es una medida difícil de analizar y que podría mostrar, simplemente, cómo las empresas están recuperando el terreno perdido durante la pandemia.

Más margen en alimentos que en gas

Para llegar a todas estas cifras, el observatorio se fija tanto en el volumen de ventas de todas las empresas del país como en el resultado bruto de explotación que estas registran. Desde 2022, cuando empezó a cobrar fuerza la crisis inflacionista con el inicio de la guerra en Ucrania, el primer indicador ronda los 2,4 billones de euros, y el segundo, mucho más volátil, los 300.000 millones de euros. Para el año en curso, según las estimaciones de la Agencia Tributaria, las ventas seguirán en el mismo nivel, mientras que el resultado bruto de explotación llegará a los 325.000 millones, la mayor cifra de la serie histórica. Sin embargo, más allá de la evolución general, cada uno de los sectores analizados por el monitor muestra un comportamiento diferente, con una relajación de los márgenes en la electricidad y el gas y un crecimiento considerable en la alimentación.

Las empresas de venta de combustibles, por ejemplo, son de las que más han aumentado sus ratios. En 2024, de acuerdo con las proyecciones de la Agencia Tributaria, alcanzarán un margen sobre ventas de casi el 34%, un récord histórico indiscutible. Hasta la fecha, la mayor tasa se registró en 2022, con un 29,9%. Algo parecido sucede con las compañías de distribución de alimentos, que alcanzarán una ratio de beneficios sobre ventas del 12,7%, muy por encima del 8,8% anotado en 2023 y del 11% de 2020. Estas compañías registraron una cierta mejora de márgenes con el coronavirus, luego los fueron perdiendo a medida que padecían las subidas de costes por la energía y las materias primas, sobre todo piensos y fertilizantes. Y finalmente los fueron recuperando.

Al otro lado se encontrarían las compañías que comercializan electricidad y gas, las cuales reducirían su tasa en un punto porcentual a lo largo de este ejercicio, hasta el 22%, después de haber alcanzado su techo en los años anteriores, cuando el Gobierno impulsó un impuesto extraordinario para gravar los beneficios caídos del cielo. Los datos de Hacienda muestran que la industria química mejoraría levemente sus ratios, al igual que la construcción y el comercio mayorista. La fabricación de vehículos a motor y el comercio al por menor, por su parte, retrocederían. De los grandes sectores de España, el observatorio no incluye a la banca. Esto se debe a que buena parte de los datos y las proyecciones se llevan a cabo con la información de las retenciones por rendimientos del trabajo y de las declaraciones de IVA, un impuesto, este último, que no abonan las entidades bancarias.

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Sobre la firma

Pablo Sempere
Es redactor en la sección de Economía de CINCO DÍAS y EL PAÍS y está especializado en Hacienda. Escribe habitualmente de fiscalidad, finanzas públicas y financiación autonómica. Es graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.
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