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El sector turístico es el que mejor aprovecha la mano de obra europea en España

La mayoría de grandes empresas cuentan con una baja representación de trabajadores comunitarios en sus plantillas

Proporción de trabajadores de la UE en las grandes compañías.
Proporción de trabajadores de la UE en las grandes compañías.Belén Trincado Aznar
Luis Enrique Velasco

Cruzar los Pirineos para cotizar en una empresa española no parece ser la prioridad de los trabajadores de la Unión Europea. De hecho, la presencia de empleados de otros países de la UE es escasa en las plantillas de las grandes compañías del país. En la gran mayoría de casos —de una decena de compañías consultadas por este diario— el porcentaje de trabajadores comunitarios ronda el 1,5% del total de la plantilla. La proporción de estos empleados es prácticamente marginal en casi todos los sectores, como el automovilístico, los servicios, la banca, la construcción o el sector energético. Destacan, sin embargo, las grandes firmas dedicadas al turismo, que mantienen una cuota significativamente mayor de personal procedente del territorio de la moneda común. Este panorama se enmarca en un momento en el que los empleados extranjeros son cada vez más numerosos e importantes para el mercado laboral español: representan el 14% del total, casi el doble que hace dos décadas.

En España hay 3,7 millones de trabajadores foráneos, pero solo uno de cada cuatro (905 mil) proceden de países de la UE, mientras que la mayoría (2,8 millones) llegan de terceros países. La Comisión Europea ya advertía en su informe de movilidad laboral de 2022 de la decreciente tendencia en la migración por trabajo en suelo comunitario. “Hubo una disminución significativa de la movilidad laboral durante 2020, en gran parte debido a las restricciones impuestas por la pandemia de covid-19″, detalla el estudio. La Comisión Europea cifra que las entradas de personas en edad de trabajar disminuyeron un 21% y las salidas cayeron un 14% durante ese año. Francia y Polonia se han convertido en los países de origen más relevantes, mientras que los principales receptores fueron Alemania y Suiza. José Luis Risco, socio responsable de talento en la consultora EY, esclarece que el idioma se ha impuesto como una barrera determinante para la llegada de talento de la UE en España y que, por ese mismo factor, al país han migrado principalmente trabajadores de Latinoamérica.

El sueldo no parece ser, según Risco, un gran impedimento de los trabajadores comunitarios para elegir trasladarse a España a trabajar. La brecha salarial entre los países europeos y España se ha ido reduciendo en los últimos años. En la actualidad, la remuneración media ordinaria bruta en los 27 países de la UE ronda los 2.194 euros mensuales, mientras que este dato en España se ubica en los 1.822 euros por mes. “Los trabajadores de la región ahora valoran mucho más otros factores sobre el salario para mudarse a trabajar”, explica Risco.

La mayor parte de las empresas consultadas no tiene un registro de cuántos trabajadores extranjeros tienen en sus platillas. En su mayoría, el empleo extranjero se da en pequeñas empresas vinculadas al sector de la hostelería, turismo, construcción, o servicios. Entre las grandes compañías españolas, el porcentaje de trabajadores foráneos decae. No obstante, si se hace un análisis sobre los trabajadores de origen comunitario, estos suelen contar con mejor formación y ocupar puestos más técnicos entre las grandes empresas.

Aun así, la menor proporción de mano de obra comunitaria se evidencia en las principales compañías del país. La energética Endesa, por ejemplo, cuenta con 88 trabajadores de la UE en una plantilla de 9.035 personas, lo que representa cerca del 1% de presencia de comunitarios en nómina. Según la entidad, el 28% de estos empleados trabaja en la línea de Generación, el 17% en Infraestructuras Comunes de Telecomunicaciones (ICT) y el 11,4% en Comercialización. Otras energéticas como Repsol manejan porcentajes similares. La petrolera cuenta con un 1,1% de trabajadores de la Unión Europea en sus instalaciones, lo que equivale a 195 empleados en un cuerpo laboral que roza los 18.000 afiliados.

La entidad con sede en Madrid comparte con EL PAÍS que gran parte de estos trabajadores se encuentran áreas comerciales, aunque también están ubicados en los departamentos de ingeniería, mantenimiento de instalaciones, en tareas de planificación, en compras, contratos y logística. Según Repsol, en estos últimos dos años el número de empleados provenientes de la UE y Reino Unido se ha mantenido estable en torno a las 200 personas. En Cepsa, en cambio, el porcentaje de los trabajadores que provienen de Estados con la moneda única se sitúa en el 2,3%. Esta es una cuota que no ha variado mucho a lo largo de los últimos años, pese al aumento de la contratación en Cepsa, que ha pasado de tener 8.521 trabajadores en 2021 a los 9.595 en 2023.

El sector de los servicios, representado por Mapfre, tampoco desafía la tendencia. La empresa de seguros cuenta con 105 empleados en sus oficinas en España, de un total de 10.861 trabajadores, lo que representa un 0,97% de extranjeros comunitarios del total. Otras compañías como ONCE, que abraza al grupo Ilunion, dedicado a los servicios de limpieza, se mantienen en la misma línea. Cerca de 500 empleados —todos con algún tipo de discapacidad, según la compañía— han llegado de países de la Unión Europea. Esto representa el 0,7% de la que es la cuarta plantilla más amplia en España, con cerca de 72.000 trabajadores.

Las compañías que, por otro lado, sí destacan en la lista son Meliá y Amadeus, ambas dedicadas al sector turístico. La primera mantiene cerca de 293 empleados comunitarios en una plantilla de 5.093 personas, lo que equivale al 6,50% de la fuerza de trabajo. Pero la gran sorpresa es la del grupo Amadeus, donde uno de cada cuatro trabajadores pertenece a algún país de la UE. La firma, que brinda soluciones tecnológicas para aerolíneas y distribuye servicios turísticos, dispone de 434 empleados extranjeros de la UE en una plantilla de 1.693 personas, lo que representa aproximadamente el 25% de su fuerza laboral. Desde la empresa comparten que estos empleados se distribuyen en todas las áreas y niveles de la organización. “Tenemos la ambición de ser la firma empleadora de referencia para atraer el mejor talento procedente de diversas geografías”, señala Amelia Rodríguez, directora de Gente y Cultura de Amadeus en España y Portugal. “Solo en nuestra oficina en Madrid, la compañía cuenta con más de 54 nacionalidades”, agrega.

El de la hostelería se ha convertido en un sector con cada vez mayor peso en el tejido económico, pese a que los economistas advierten de que su dependencia lastra la competitividad en España, dado su menor valor añadido, Sin embargo, ha pasado a ser el segmento que más empleo crea y que más crece ante el boom turístico que atraviesa el país tras la pandemia. Durante el último mes, supuso el 38% de la creación de nuevos puestos de trabajo.

Este crecimiento es menor en otros sectores como el de la automoción, donde la tasa de empleados de la UE también es baja. En concreto, Ford España tan solo tiene 29 empleados comunitarios en una plantilla que ronda los 4.800 trabajadores. La constructora FCC —el sexto mayor empleador de España— dispone de 654 trabajadores de la UE, en una plantilla de 48.587, lo que equivale al 1,35%. Y CaixaBank, con 40.174 empleados en España, cuenta con 264 comunitarios en nómina.

Para Risco, de EY, que España reciba trabajadores foráneos implica la importación de novedosas formas de trabajo y una mejora a la hora de que la empresa se plantee objetivos a largo plazo. “Tener una empresa diversa es el toque de distinción entre entidades”, subraya este experto y agrega que en los últimos años ha visto un auge de estudiantes que se han interesado en el español como segundo idioma. Esto, sumado a la posibilidad de trabajar de manera remota, puede traducirse en una mayor presencia de trabajadores comunitarios en la siguiente década, zanja Risco.

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