El BCE alienta la fusión de BBVA y Sabadell en su política de crear campeones europeos
El regulador busca que los bancos sean sólidos y solventes y viene animando a las fusiones transfronterizas para crear gigantes europeos de gran escala
El BBVA espera contar con el favor del Banco Central Europeo (BCE) en su intento de comprar el Sabadell. El supervisor viene animando estos procesos en su objetivo por contar con entidades solventes. “No hacemos comentarios sobre transacciones individuales, pero tenemos una clara visión sobre la consolidación”, aseguran fuentes oficiales del organismo, al tiempo que remiten a declaraciones de sus miembros en las que dejan claro que es fundamental promover el tamaño de las entidades para ganar escala global. Es el caso. La transacción convertiría a la fusionada en el décimo banco europeo por activos, lo que mejoraría su posición para resistir una crisis.
En esta línea, el presidente del BBVA, Carlos Torres Vila, mostró su confianza en contar con el visto bueno del BCE, lo que supondría un respaldo de su proyecto. “En las primeras interacciones con los supervisores no hay ningún obstáculo desde su punto de vista, incluso tienen una opinión favorable a que haya consolidación con la consideración de que las entidades adquieran escala. Al BCE le gusta que haya consolidación y le encantaría que hubiese consolidación transfronteriza. No aplica a esta transacción, pero su opinión está en el lado favorable y han venido estando informados”, explicó este jueves en su comparecencia para explicar la iniciativa.
El banco ha iniciado una carrera de obstáculos para hacerse con la entidad catalana. Primero, debe convencer a los accionistas para que entreguen sus títulos. Y en caso de lograrlo, después se enfrenta a un extenso escrutinio por parte de autoridades supervisoras y reguladoras que deben aprobar la fusión. De entre todas ellas, el banco confía en obtener luz verde del regulador europeo.
El BCE tiene como misión principal velar por la estabilidad financiera de la Unión Europea. Y en ese propósito busca que las entidades cuenten con niveles altos de solvencia para soportar una crisis. Fuentes financieras explican que la visión del regulador es favorable a la concentración bancaria con el objetivo de crear campeones europeos que sean demasiado grandes como para caer ante un ciclo económico desfavorable. De hecho, los propios reguladores han expresado públicamente su deseo de que se cristalicen operaciones de fusión transfronterizas, entre bancos de dos países distintos, con el objetivo de crear entidades europeas que ganen escala y puedan competir con los mayores bancos internacionales.
El BBVA estima que el plácet del BCE a la operación se basaría en criterios de solvencia y estabilidad. La nueva entidad contaría niveles elevados de solvencia, por encima del objetivo del 12% del propio banco. La previsión es que la operación consuma apenas 30 puntos básicos de capital (unos 1.450 millones, mientras que actualmente BBVA cuenta con un exceso de capital de 3.100 millones). “Tenemos que ser absolutamente prudentes, en este momento no sabemos si la operación va a cristalizar, depende de los accionistas. Pero el BCE tiene que autorizarla y lo hace siempre basado en el principio de solvencia y en el principio prudencial. Nosotros lo que buscamos es la estabilidad del sistema financiero en la zona euro y España es un país importante”, aseguró ayer el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos.
Más allá de contar con el visto bueno del BCE, el BBVA debe obtener la aprobación del Banco de España, de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el Ministerio de Economía y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Y precisamente las autoridades están poniendo el foco en las implicaciones que supondría la operación en términos de reducción de la competencia bancaria. “Es un buen momento para prestarle atención a cuál es el nivel óptimo de concentración. No tengo hoy una respuesta, pero creo que es importante analizarlo”, valoró el martes el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, durante su intervención en el Congreso de los Diputados.
Según los cálculos del BBVA, la entidad fusionada contaría con una cuota de mercado del 22% en créditos. Los tres primeros bancos en el mercado español concentrarían más del 70% del negocio. Y ahí es donde el Gobierno y las autoridades están poniendo la lupa. “La operación introduce efectos lesivos potenciales en el sistema financiero español. Supondría un incremento en el nivel de concentración que podría tener impacto negativo en el empleo y en la prestación de servicios financieros”, señalan fuentes oficiales del Ministerio de Economía.
El BBVA cuenta con una baza. A pesar de que la entidad resultante ganaría sensiblemente en cuota de mercado, no sería el banco líder en el mercado español. Ese título lo ostenta CaixaBank desde que absorbió Bankia. Y la entidad pilotada por Carlos Torres entiende que si las autoridades accedieron hace cuatro años a esa fusión, creando una entidad dominadora en todos los segmentos de negocios con cuotas superiores al 20% y 25%, no deberían poner trabas a un banco que se mantendría en una segunda posición del mercado. “Para analizar esta operación hemos contado con asesores legales que han analizado precedentes y los criterios de la CNMC. De todo ese análisis, la conclusión es que con la concentración resultante llegaríamos a cuotas moderadas, inferiores en casi todos los ámbitos a CaixaBank”, expuso ayer Torres.
En operaciones anteriores, la CNMC analizaba los niveles de cuota de mercado que acumularía la entidad resultante en todos los segmentos de negocio en los que opera. Y también en términos de oficinas, ya que suponen uno de los principales canales de distribución. Según los datos sobre sucursales que ofrece el Banco de España, el BBVA es la única entidad con oficina bancaria en 30 códigos postales y el Sabadell en 18. Pero más allá de los niveles de concentración, el BBVA defiende que la competencia bancaria en España es más amplia, ya que en general todas las entidades permiten crear una cuenta online o contratar sus productos y servicios a través de las app móviles o las páginas web. En los últimos años, bancos digitales, entidades extranjeras y fintech se han sumado a la oferta que ya ofrecía la banca tradicional.
“El mercado se caracteriza por una competencia digital. El año pasado, más de la mitad de los clientes que abrieron sus cuentas en el BBVA lo hicieron por el canal digital. Y es la misma tónica en otros bancos. Hay un tipo de competencia distinta y esos factores los tendrá en cuenta la CNMC. Todo indica que la operación no debería tener mayor problema de competencia”, insistió Torres.
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